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Álvaro San José
Adrián Peral y Carlos Minguito
ALGUNOS TIEMPOS PASADOS FUERON MEJORES
RED DEAD REDEMPTION O CÓMO SER UN VAQUERO POR UN DÍA
Estas vacaciones haciendo limpieza en uno de los armarios me topé con una caja, una caja de cartón polvorienta que llevaba allí olvidada durante años, una caja que guardaba a algunos compañeros de mi infancia. Sí, estas vacaciones desempolvé mis viejas GameBoys, desde la antigua, grandona y gris GameBoy original hasta la más pequeña y cuadrada Game-Boy Advance SP. Mirándolas recordé las horas que eché jugando a todos mis juegos, lo bien que lo pasaba y lo entretenidos que eran y me pregunté: “¿Qué ha pasado? ¿Dónde se han ido estos maravillosos juegos?” Y es que no sé si será que me he hecho mayor, pero los juegos de ahora han perdido toda la magia y fascinación que me causaban en mi infancia. Dónde se han ido esas sensaciones que me causaba un Tomb Raider, donde Lara era más una forma con miles de polígonos que una mujer, a la hora de destruir un enemigo final o la alegría que te provocaba el capturar por fin ese Pokemon que tanto querías y que tanto se te resistía.
¿Estás cansado de jugar siempre a los mismos juegos, ver siempre las mismas películas o simplemente tocándote (no, sabemos que nunca te cansas)? He aquí un juego que puede ser la alternativa (¡¡¡y no es el PRO!!!), se llama Red Dead Redemption, un juego en el que puedes convertirte en el vaquero más peligroso de tu pasillo. No lo pienses más y ensilla tu caballo para esta épica aventura en el Oeste Americano de Rockstar Games, los creadores de la conocida saga GTA. Red Dead Redemption combina una gran experiencia de juego con una gran experiencia cinematográfica impresionante y muy atractiva ambientada en las inmensas extensiones del Oeste americano en una época de violentos cambios, donde todo es inestable. Tiene un desarrollo rico y variado, con una historia bien hilada con multitud de retos, desafíos jugables y minijuegos (como el doloroso juego de clavar un cuchillo entre los dedos de la mano), es decir, puedes crear tu propia aventura o puedes seguir las misiones que el juego te va ordenando. Asimismo, tiene una banda sonora original que hará que te quites el sombrero con muchos temas dignos del mismísimo Ennio Morricone. Podemos usar también la función “Dead-Eye” (Disparo mortal) para ralentizar la acción y apuntar a distintos objetivos, y así vivir escenas de acción increíblemente tensas y excitantes. Entre las muchas funciones que se pueden hacer está domesticar y montar caballos, tomar copas en un saloon, entablar épicos tiroteos (con una amplia selección de armamento, incluyendo pistolas, rifles, escopetas y más), o dar una vuelta para conocer a las más “zorras” de Texas (sí, ya decían que era una zona algo caliente). Encontramos pocos fallos al juego, pero por destacar alguno se puede apuntar que algunas de sus ideas son claramente heredadas de la saga GTA y, por lo tanto, poco sorprendentes; también hay algún que otro fallo entre subtítulos y doblajes (que están en inglés), que pueden empañar la experiencia en momentos determinados. En definitiva, Red Dead Redemption es un juego fantástico a nivel técnico, destacando la excelente ambientación, el excelente modo online, los modelados (los caballos son obras de arte) y el tamaño y la variedad de los escenarios del Oeste, junto a sus ecosistemas propios o clima. Y por si esto fuera poco, ha salido a la venta estos últimos meses el juego Red Dead Redemption Undead Nightmare, un pack de expansión en el que podrás añadir nuevos escenarios o armas, además de un juego de zombies en el salvaje Oeste.
Y es que en este mundo actual en el que parece que más potencia significa mayor calidad ha hecho desaparecer toda esa esencia. Las compañías del sector parece que solo se preocupan por mejorar los gráficos, añadir nuevos periféricos y crear nuevas formas de juego. De esta forma nos encontramos con un arsenal de periféricos que nos permiten jugar usando nuestro propio cuerpo como mando o con nuevas generaciones de máquinas que nos permiten ver nuestros juegos en tres dimensiones. Las desarrolladoras deben de creer que es el camino correcto y en cierto modo así lo es, pero en mi opinión no se dan cuenta de que están dejando de lado lo importante: crear juegos con una historia potente, que duren más de tres míseras horas y que no cuesten 60 euros. En resumen, un producto de calidad que esté al alcance de todo el mundo. Por fortuna, entre tanto juego inservible todavía podemos encontrarnos autenticas joyas en los estantes de nuestras tiendas, como el nuevo Portal 2: esta aventura de plataformas mezcla un conjunto de fases y puzles que se han de superar con ayuda de unos portales. Otro ejemplo también válido son los dos últimos Assasins Creed, que aprendieron de los errores de su primera edición evitando que fuese tan repetitivo y añadiendo nuevas características. Aun así, muchos de los juegos que nos ofrecen pecan de escasa duración, y es que la mayoría con cinco horas de juego te los puedes acabar enteros, así que de aquí surgen las expansiones o los contenidos descargables que alargan la vida del juego en dos o tres horas más, siempre a cambio de un módico precio. Y es que, en mi opinión, el mercado de los videojuegos se está desvitalizando y convirtiéndo en una guerra para ver quién crea el producto más potente, olvidándose de la calidad, y quién se lleva más tajada engañando al personal con nuevos productos que no sirven para nada.
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Octava l a n t a