20 años de residencia < EN PORTADA |
hay que tener cuidado con lo que se cuenta de la Residencia en la Revista, porque es de uso interno pero también sale fuera. Gracias a ella, por ejemplo, he podido seguir la pista a la Residencia durante los años en que estuve alejado de ella. 7. ¿Crees que habría que modificar algún aspecto de las comisiones tal y como se encuentran actualmente? Las cosas que cambiaría ya las hice en mi dirección: cambié el peso que tenía cada una de ellas y mantuve en las candidaturas a tutor la valoración de las mismas durante los dos cursos anteriores a la presentación. A mi juicio, las comisiones que más puntos otorgan son las más importantes, las que más peso tienen, las que más trabajo dan y las que más hacen por la imagen de la Residencia. Las otras son también importantes porque cumplen una función, pero suponen menos trabajo. Fundamentalmente Teatro y Revista son las que marcan la diferencia. Culturales está bien hecha, pero depende de sus coordinadores.
11. ¿Cuál fue la impresión que te dejó la Residencia en tu salida como director? La Residencia está llena de gente joven que quiere hacer muchas cosas. Ese porcentaje de gente que participativa es lo que salva a la Residencia. Incluso en épocas de dificultad económica en las que sería complicado sacar adelante Teatro o la Revista, los residentes disponen de dinero que consiguen gracias a una asociación de estudiantes creada por ellos mismos, ACUA. Creo que es muy difícil que se dejen de hacer actividades en la Residencia, porque siempre habrá gente dispuesta a colaborar y participar. Los directores realmente nos encargamos de facilitaros las cosas en la medida de lo posible. A la Residencia le quedan muchos años por delante y yo creo que, en ningún caso, las actividades que se hacen vayan a desaparecer completamente, aunque tengan altibajos. No hay más que ver que la revista va ya por su número 45, y con la vitalidad que tiene. Me parece algo increíble.
8. ¿Qué Residentes de Honor te impactaron más? El que más me sorprendió cuando era residente fue Fraga, el por entonces Presidente de la Xunta de Galicia. El acontecimiento apareció en todos los periódicos, vino en coche oficial con unos niveles de seguridad enormes, todo estaba lleno de fotógrafos... Ahora mismo es impensable hacer algo así. Fraga era una persona encantadora, aunque parezca una persona seria e inflexible. Se hizo una cena en su honor en la que se realizó una queimada, y Fraga la bendijo. Durante mi época de dirección, estoy contento por todos los que han venido. En particular, a mí me sorprendió muy gratamente Margarita Salas. Me pareció una mujer excepcional: investigadora de renombre del CSIC e integrante de la Academia de las Ciencias de EEUU, imaginad qué nivel tiene. Es una persona que me ha marcado. 9. Puede resultar paradójico que pasases por la Residencia como residente y después como director. ¿Cambió tu perspectiva sobre esta institución? Yo tenía buena opinión de la dirección de la Residencia, fui tutor durante el período en que Félix estuvo aquí. No veía a la dirección como algo lejano, pues los tutores realmente forman parte de la misma. A Félix lo vi trabajar de cerca y todas las negociaciones que son necesarias para que todo esto funcione. Es por ello que a mi regreso no noté un cambio muy brusco, pues sabía más o menos con qué me iba a encontrar. Yo estoy muy contento con los años que estuve de director en la Residencia, porque partí con una ventaja muy grande respecto a los anteriores: había sido residente, conocía la Residencia y a gran parte del personal. 10. Nos gustaría que nos realizases ahora una autocrítica, ¿Cuál crees que fueron el mayor acierto y el mayor fallo de tu dirección? El mayor acierto sin duda fue el futbolín, que era un sueño que tenían los residentes desde que yo vivía aquí (risas); lo justificamos con un escrito al Rectorado, no nos dijeron nada y coló. En la Residencia hemos tenido muy buenos momentos. Momentos malos no hemos tenido muchos, ha habido algún rifirrafe, alguna fricción interna. Sancionar a residentes es algo que nunca gusta hacer, pero tenemos que cumplir nuestro trabajo y ante faltas de disciplinas constantes nos hemos visto a reaccionar en ciertas ocasiones. De hecho, siempre hacíamos una advertencia sin amonestación antes de pasar a la sanción. Afortunadamente no hemos tenido que poner muchas, pues contamos también con una muy buena Vicerrectora de Alumnos, Isabel Vicente, que nos ayudó en todo lo que pudo de la Residencia. Tuvimos muy buena sintonía con el Rectorado de entonces. p
Octava l a n t a
12. ¿Cuál sería en tu opinión la época de mayor esplendor de la Residencia y el peor momento? Al haber sido director de la Residencia, me resulta un poco violento hablar de los peores momentos de la misma. Lo que sí te puedo decir es que el director que más hizo por la Residencia fue Félix Martínez: el funcionamiento interno de la Residencia fue elaborado en su totalidad por él. Se podría decir que fue el creador de nuestra “Constitución”. El resto de directores realmente hemos hecho ajustes de lo ya creado. El nivel de servicios ofrecidos por la Residencia en aquella época era muy difícil de igualar. Y la llegada de Internet fue una revolución: parecía algo futurista. No os podría decir el peor momento, pues la información que tengo durante mi ausencia es indirecta. 13. ¿Volverías a ser Director? De momento no, pero no porque haya acabado mal (risas). Cuando llegas a la Residencia tienes muchas propuestas nuevas que aportar (unas que se ven y otras que no). Después de cuatro años uno ya no sabe qué más hacer, y la llegada de un nuevo director puede aportar aire fresco, nuevas aportaciones. Ya antes de las elecciones a Rector de 2010 contacté con Evaristo Abril para comunicarle que, independientemente del resultado de las mismas, no continuaría en la dirección. En estos cuatro años hemos intentado poner en marcha todas las ideas que traía la dirección, así como las sugerencias que nos hicieron llegar los residentes (por ejemplo, las cocinas, una reivindicación de hace ya varios años). Quién sabe, quizá dentro de unos años me vea con ganas y con ideas nuevas para la Residencia, pero debería pasar mucho tiempo. Quiero agradecer a los residentes su buena disposición estos años y al personal por la labor que llevan a cabo, especialmente a Juan Antonio, a Visi y a Carlos.
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