Revista Octava Planta Nº 44

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Jorge Espada

Internet no es el futuro, es el presente Se oye por ahí que Barbanegra ha vuelto, y con él una horda de piratas sedientos de sangre y deseosos de hacerse con la mayor de las fortunas. Saqueando y robando todo lo que encuentran a su paso mientras beben ron y alzan sus cánticos de lobos de mar. Lo raro es que la gente está tan tranquila saliendo a la calle cuando, según dicen, en España existen alrededor de veinte millones de piratas. Pero resulta que no, que el significado de la palabra pirata ha cambiado bastante en nuestra sociedad. Ahora una persona que sube archivos a la red o que comparte archivos en Internet es un pirata. Puede que no se lucre con ello, pero eso no evitará que se le considere un delincuente. Ante estos nuevos piratas, el Gobierno español ya ha movido ficha presionado por grupos de la industria de la música y el cine o la SGAE… En concreto, la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde ha aportado los cambios oportunos en una enmienda dentro de la nueva ley de Economía Sostenible. ¿Qué cambia esta ley? Antes, si a alguien no le gustaba que hubiera páginas de enlaces web a obras protegidas por los derechos de autor, la persona descontenta lo denunciaba y era un juez el que decidía si esas páginas violaban o no la ley. El problema es que en España eso no era un delito, por lo que siempre salían airosos. Por tanto, ahora gracias a la nueva ley, se crea una comisión independiente para que decidan lo que antes decidía un juez, dejando a este último el papel de verificar el cierre de la página. Esta nueva ley no es más que un nuevo intento de evitar lo inevitable. La cultura con Internet ha cambiado totalmente, se ha hecho libre (no gratis, ya que pagas por tener una conexión) y casi todo el mundo puede acceder a ella. Los que más se resisten a aceptar esta nueva realidad en España son los personajes del mundo de la música, conformado por artistas que ni siquiera pagan sus impuestos en el país, apenas salen de gira y, a pesar de sus grandes patrimonios, reclaman más… por la queridísima sociedad conocida por todos por su amabilidad y tolerancia con el uso de la música en España, la SGAE, que intentan recaudar hasta el último centavo allá donde van.

El mismo Álex de la Iglesia renunció a su posición como Director de la Academia del Cine al declararse en contra del cierre de webs, aceptando que el futuro está en Internet. Aceptando que “Algo como Internet ha conseguido revolucionar el mercado del cine y el que se vieran o no las películas no iba a ser solo cuestión de llevar al público a las salas. Internet no es el futuro, es el presente, es la manera de comunicarse, de compartir información, entretenimiento y cultura que utilizan cientos de millones de personas (…) la nueva ventana que nos abre la mente al mundo (…) Internet es la salvación del cine, no debemos temerlo si nos adaptamos, si innovamos con propuestas imaginativas creativas, aportando un nuevo modelo de mercado que tenga en cuenta a todos los implicados”. Ojalá todos aprendan de estas palabras. Ya la industria del videojuego (una de las más afectadas por la piratería ya que su única fuente de ingresos es la venta física de los juegos y consolas) se ha adaptado con medidas anti-copia, u ofreciendo otros contenidos exclusivos a los usuarios a través de Internet, o con juegos online de cuotas mensuales de forma que los usuarios interactúen entre ellos, etc. Eso es adaptarse. La música puede vivir de la música, es decir, de giras, conciertos festivales, y de las promociones y la venta de sus discos… pero también de Internet, ofreciendo una calidad óptima en su arte, y mejorando sus productos para un mayor consumo a través de Internet. En resumen, la ley Sinde en el fondo cambiará muy poco, ya que no afecta al intercambio de archivos que se seguirá utilizando, incluso un simple cambio de dominio o en la estructura de una página de enlaces evitaría en principio su desaparición. Lo único que cambia es que el Gobierno tendrá un poder más para cerrar aquellas páginas que vayan en contra de sus intereses. Sólo el futuro dirá si la industria del cine y la música se adapta lo suficiente para complacer a los consumidores de Internet, que al fin y al cabo… son su mayor público.

Y la industria del cine (donde en España reciben subvenciones hasta las películas peor criticadas como Mentiras y gordas) tanto española como estadounidense, presiona al Gobierno porque al parecer cada vez se hace menos taquilla o se venden menos DVD… Puede que la industria del cine y la música no pase por su mejor momento, y puede que un factor sea que ahora mucha gente puede ver o escuchar contenidos con un solo clic. Pero en vez de adaptarse a los cambios que supone Internet y aprovechar sus ventajas, como que pequeños grupos se den a conocer en el mundillo de la música por ejemplo, o aprovechar la ventajosa plataforma online para vender música… en vez de ofrecer una mejor calidad en la música o el cine, solo se oyen quejas y más quejas… porque a alguien al parecer se le acaba su “chollo de vida”.

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