Octava Planta número 38

Page 72

Nœmero 38:maqueta n”31.qxd

15/03/2009

20:01

PÆgina 72

Alfonsita la lo v ita ¡Hola Cachondilla! Te cuento. Desde que mi follamiga se metió a monja clarisa y se dedica a fabricar magdalenas y buñuelicos y poner el culillo respingón cuando aparece el padre Eusebio (ochenta y cinco años de edad, desde los quince al servicio de Dios), mi vida sexual se ha empobrecido. Lo he probado todo. He sustituido aquel lindo coñito por una cáscara de plátano embadurnada en Nutella (así me imagino que tengo sexo anal con una italiana), he intentado chupármela ocasionándome un esguince cervical (anduve toda la fiesta de Navidad con la cabeza torcida, perdiéndome todos los escotes turgentes, pues yo sólo podía mirar al pastel de cabracho del vecino), uso mi fonendoscopio para escuchar los polvos salvajes de la zorra de la vecina cuando le viene el novio de Calamocos de Arriba (que viene con hambre de toda la semana y morcillas caseras que degustamos todos los del pasillo)… Ya no sé qué hacer… Pillar en la Resi sólo está reservado a algún novato pringao, y los señores veteranos debemos conformarnos con un redtube que se peta constantemente en este antro de pajilleros. Tú que sabes tanto de asuntos del manubrio, aconséjame Alfonsita, ¡por favor! Estimado lector: En primer lugar, un respeto para referirse a mi persona, muerto de hambre. Lo de que pilles en la fiesta de primavera, a la par que lejano, me parece más bien imposible, dado tu estado de salidez compulsivo, obvio para todas las residentes, que te evitarán temiendo una violación en la lavandería del segundo. Dada tu situación, lo mejor será que te agencies una vagina en lata, un cómodo producto fabricado en látex, con tacto natural, que nunca se queja cuando te vas a ver el fútbol a la sala del cuarto ni pide flores por San Valentín. Eso sí, sé discreto, porque aunque su apariencia sea similar a la de una linterna, nuestro personal de limpieza (la experiencia es un grado) es capaz de identificarlas perfectamente y dar cuenta de tu salidez y estado de necesidad a todas las féminas del pasillo (y por consiguiente, de la Residencia). Así pues, lo más importante ha de ser la discreción. Te recomendamos que le pidas a tu abuela que te borde una bolsita de encaje de bolillos para guardar el artefacto (puedes decirle que es para ocultar el microondas). Querida Alfonsita: En mi pasillo habita una mujer absolutamente desesperada, sexualmente hablando. Ella tiene novio y parece satisfecha, al menos pega unos graznidos que hicieron venir a los conserjes para medir la contaminación acústica; sin embargo, yo creo que grita para darme celos. Cuando me la encuentro por los pasillos, se lanza a mis brazos, me palpa las nalgas e intenta acceder a mi paquetrón. Yo me resisto, excusándome y diciendo que llego tarde a clase, pero ella me retiene, oprimiéndome el jeto contra las tetas (que por cierto, apestan a Brisé un toque). Además, cada domingo se presenta en mi habitación con la excusa de que su abuela le ha traído longanizas para freír en mi calientaleches (aunque me consta que esos tocinetes son comprados en el Lupa). Yo me resisto diciendo que estoy en plena operación bikini, pero la tentación grasienta es tal, que siempre acabo haciéndome un bocata con la longaniza sobrante para desayunar. Así, además de gordo, me estoy volviendo un pajillero empedernido y me toqueteo sistemáticamente cuando la escucho berrear cual cochina apareándose. ¿Qué me está pasando? Estimado residente: Tu vecina es lo que comúnmente se denomina pulifurrianus vulgaris, es decir, la calientapollas de turno. Tiene un mocetón (que no me extrañaría que fuera el de la longaniza), pero ella es una mujer de varios hombres y, en cuanto su penecillo se va a clases de punto de cruz, ella aprovecha para pendonear de puerta en puerta. Me consta que varios machos de nuestra Residencia se encuentran apresados bajo la influencia de su chicharrillo saltarín. Mi consejo es que la abordes en el Lupa, en el rincón que queda entre la sección de Charcutería y la cámara de los Congelados. Déjala sentir el contraste entre el frío de los palitos de merluza Pescanova y el calor de tu falete. ¡¡¡Congélale el chicharro!!!

Página 72

Octava l a n t a

p

p


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.