Octava Planta número 38

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Sonic, El Erizo Hugo Cortizo Piñán y Germán Alejandro Salgado Martín Corría el año 1991 y la NES triunfaba en todo el mundo, con el archiconocido Mario a la cabeza de aquel éxito. Sega, compañía que rivalizaba con Nintendo por la hegemonía del mercado de las videoconsolas domésticas, había intentado ponerse las pilas y atacar a aquel fontanero gordo y, para algunos, entrañable. Primero lo intentó con Alex Kidd, que tras Alex Kidd In Miracle World no volvió a aparecer en ningún juego potable y que, además, carecía de carisma. No fue hasta 1991 cuando apareció el erizo azul que todos conocemos, rompiendo esquemas a la frenética velocidad de su carrera. Sonic The Hedgehog (Sonic el Erizo) apareció por primera vez en la, por aquella época, nueva consola de 16bits, Sega Mega Drive, si bien se actualizó para las otras consolas que Sega disponía en aquella época, tanto Master System como la portátil Game Gear. Sonic proponía un videojuegos plataformas más rápido y frenético que el de su competidora Nintendo, dejando poco espacio para el respiro. Generalmente, si deseabas desvelar los secretos del juego debías ir a toda velocidad, para poder así aprovechar los saltos y rampas alcanzando mayores alturas. Las fases se dividían en seis actos cada uno compuesto por tres niveles, siendo el último de cada acto aquel en el que Sonic se debería enfrentar a uno de los ingenios de su enemigo, el Doctor Robotnik. Sonic, además, recogía anillos por donde quiera que iba, de tal manera que cuando un enemigo lo dañaba, nuestro erizo no moría, sino que perdía todos los anillos, muriendo solamente si no disponía de ellos. Un año más tarde, vista la gran acogida que Sonic tuvo en todo el mundo, Sega decide sacar Sonic The Hedgehog 2, donde hace aparición Tails, un zorro de dos colas que se hará inseparable amigo de Sonic. El juego es una secuela en toda regla, continuando con la gran calidad mostrada en el primero y simplemente añadiendo más posibilidades jugables. Era posible controlar a Tails, menos rápido que Sonic, pero que era capaz de usar sus dos colas para volar durante un breve lapso de tiempo. Hace aparición también la capacidad de Sonic de convertirse en SuperSonic, haciéndose invulnerable. En 1994, Sega explotaría todavía más a su erizo de los huevos de oro, sacando a la luz la tercera entrega de la saga, Sonic The Hedgehog 3 y otra entrega más, Sonic & Knuckles. Mientras que Sonic The Hedgehog 3 volvía a ser un juego muy similar a los dos anteriores con pocas novedades, en Sonic & Knuckles hacía aparición Knuckles el Equidna, guardián de las Master Emeralds. El cartucho de Sonic & Knuckles permitía, además, introducir tanto la segunda como tercera entregas de 16-bits de Sonic, actuando como una expansión. La última entrega para Mega Drive, Sonic 3D, supuso un cambio total en la saga, esta vez los escenarios se presentaban en vista isométrica, con Sonic moviéndose por el plano. El resultado fue un juego que perdía la esen-

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cia de los anteriores, pero que, pese a ello, era un gran juego. El tiempo hizo mella en la saga Sonic, cuya aparición en la siguiente consola de sobremesa de Sega (Sega Saturn) fue bastante escasa, acompañando el estrepitoso fracaso de la misma. No fue hasta años más tarde, con la última consola de Sega (Sega Dreamcast) cuando Sonic volvería a aparecer con fuerza en las dos entregas de Sonic Adventure. Con la desaparición de Sega como constructora de videoconsolas y su dedicación exclusiva a la creación de juegos, Sonic ha perdido gran parte de su apoyo, las versiones para consolas no portátiles no consiguen cuajar, prometiendo mucho más de lo que al final ofrecen, juegos carentes del carisma y enganche de los originales. En las portátiles, concretamente en la Nintendo DS, Sonic todavía goza de buena salud con dos grandes títulos como han sido las dos entregas de Sonic Rush, que si bien no alcanzan el nivel de los juegos de Mega Drive y Dreamcast, rayan un gran nivel. Diversos personajes han hecho aparición con el tiempo, compañeros o enemigos de Sonic, los erizos Shadow y Amy (que está coladita por Sonic), una seductora murciélago llamada Rouge o Tika, la última equidna junto con Knuckles. La historia se ha mantenido coherente a lo largo de todos los juegos, enriqueciéndose y permitiendo la salida hace pocos meses de un juego de rol para Nintendo DS, Las Crónicas de Sonic: La Hermandad Siniestra. Otros títulos no plataformeros han tenido escaso éxito, siendo en su mayoría juegos con el protagonismo compartido con otros personajes.

Sonic todavía permanece vivo y coleando, preparado para volver a barrer el mundo a toda velocidad con su rebosante carisma. Es hora de que las desarrolladoras se pongan las pilas de nuevo y apuesten de una manera seria por él, tal y como ha hecho Bioware, dejándose de experimentos con gaseosa en los que Sonic se convierte en un hombre-lobo o en un caballero medieval. Tales cosas no tienen sentido, y Sega debería comprenderlo. Algunos todavía pensamos que Sonic tiene un nombre que mantener y que ningún otro personaje del mundo de los videojuegos lo puede alcanzar.

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