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Una fiesta de Javi Qué difícil convencer a Visi para que me dejara meter un combi en la habitación. ¿Por qué no creyó que nunca lo iba a enchufar? Pero por fin ya está aquí, listo para cumplir su función. Ya sólo queda lo fácil y rutinario, los preparativos de la fiesta, lo que todas las veces he hecho como nadie ¡Qué emoción, el combi ya está aquí! Empezaré por las invitaciones: “Sabéis que siempre estáis invitados a mis fiestas de los miércoles. El motivo de esta nota es especificar las normas. Como siempre, a las diez, puntualidad británica. Antes de entrar, como de costumbre, tenéis que llamar y no debéis pasar bajo ningún pretexto hasta que no os dé permiso. A diferencia de la semana pasada, esta vez podéis usar el baño sin avisarme. Coged sólo lo que está sobre la mesa, no faltará de nada. Para poner la música, pulsad la barra espaciadora del ordenador. Como siempre, todo para vosotros pero sin vosotros”. ¡Qué emoción, el combi ya está aquí! ¿Lo pruebo?, me invade la curiosidad. No, no, mejor dejarlo para justo antes de la fiesta. Perfecto, perfecto. El vodka, güisqui, … hielo, cartas, aperitivos. Todo en su sitio. Se lo van a pasar genial. No puedo más, qué sensación, qué subidón. ¡Las diez menos cuarto! Es la hora de abrir la puerta y estrenar el combi. El cuerpo me ha entrado bien, pero la posición del cuello no es del todo cómoda. La sensación va a ser más fuerte, con toda esta oscuridad, que la última vez en el servicio. ¡Ya se oyen por el pasillo! ¡Qué sensación, esto no se puede comparar con nada, ni con el mejor de los orgasmos! – Sí, adelante, podéis pasar. Cómo se lo están pasando!, ¡qué bien, qué bien! Además la acústica en el interior es maravillosa. Con la soledad, los pensamientos se pierden en mi cabeza. Todo para ellos pero sin ellos. ¿Qué dicen?, ¿que falta la cerveza?, ¿cómo se me pudo olvidar? ¡Que van a abrir mi nueva nevera para buscarla! ¡Noooooooooooo! Aclaración: La literatura no es lo mío, pero he tenido que remangarme y meterme en la cocina, para que os enteréis de lo que sucede, cada miércoles, en una habitación de la Residencia. En cada fiesta la escena es diferente pero siempre se cumple el lema: “todo para vosotros pero sin vosotros”.
Guille 603
La vida que se acerca a su fin La vida que se acerca a su fin siguiendo el ritmo de aquellos tristes tambores. Los ojos que perdidos en la oscuridad quieren alcanzar el sol y mirar, sin miedo, el triste horizonte que se pinta en alegres tonos sobre ese viejo lienzo. El invierno ha pasado, pero la primavera no tiene ya fuerza. No brotan los árboles, ni florecen los almendros, ni vuelve el verde rocío transparente en el que nos bañábamos todas las mañanas. La tristeza ha inundado nuestra vida. La tristeza, oscura, seca y retorcida, está junto a nosotros en esta triste noche en la que la luna no brilla, no se ven las estrellas. No quiero volver a sufrir el silencio en el que nuestro amor desapareció, ni volver a sufrir ese horrible sentimiento en el que perdí mi razón.
Claveles amarillos Quiero soñar que te tengo. Quiero tenerte, mejor que soñarte, gritar que te quiero, amarte. Sueño que algún día serás mía. Te imagino rodeada de claveles, de esos que tanto te gustan, amarillos. Quiero abrazarte y sentirte tan cerca de mí como ese fresco aroma de tus claveles amarillos. Todavía es un sueño, pero parece tan real. Aún queda tiempo para que todo eso ocurra, para poder tenerte entre mis brazos y decirte, como cada día, que te quiero. Te quiero. Sólo es un sueño, otro más, pero no quiero renunciar a él. No quiero renunciar a tu compañía, tu cariño, tu comprensión, tus besos. Por eso, lucharé por los sueños, lucharé por ti, por tu amor. Sólo porque te quiero.
Jonatan Llamazares Blanco
Octava l a n t a
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