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Nos ponemos emotivos a las siete de la mañana, y como para no: ¡Tenemos público! ¡Viva, viva! Mi vida sin mí, la segunda española de la noche, esta vez de Isabel Coixet. Ann, una joven madre de familia descubre en un chequeo rutinario que sólo le quedan dos meses de vida. No se lo cuenta a nadie y decide vivir al máximo el tiempo que le queda. Escribe una lista de todo lo que quiere hacer, cosas que seguramente no se habría atrevido a llevar a cabo, y se pone manos a la obra. Comienza a hacer planes para su familia para cuando ella no esté; graba cintas a sus hijas para cada cumpleaños hasta los dieciocho, y se enamora de un desconocido en la lavandería. Una historia muy tierna, donde es prácticamente imposible que no se escape una lagrimilla.
Son las ocho y media y le llega el turno a [REC] de Jaume Balaguero, otra española. Una reportera que intenta grabar la vida de un parque de bomberos. En una de las salidas quedan atrapados dos bomberos y el equipo televisivo en un edificio que se va a convertir en un infierno para ellos. Yo de esta peli no me enteré de nada, decidí dormirla, cosa bastante sorprendente, ya que lo único que había eran gritos (tanto por parte de la peli, como del público), pero bueno, ya tenía la espalda hecha a los sillones del cuarto.
Llegamos a las diez de la mañana y algunos residentes decidieron bajar a desayunar mientras veían La vaquilla de Luis García Berlanga. Se trata de una comedia ambientada en la Guerra Civil Española. Todo comienza con una fiesta en la que el bando republicano roba una vaquilla para intentar arruinar la fiesta a los enemigos y poder alimentarse. Entre risas, pasaron unos cuantos residentes la mañana en la sala del cuarto. Yo, por mi parte, decidí que lo había hecho muy bien y que ya era hora de ir a dormir a un colchón decente. Medio sonámbula, arrastré mis pies desde la televisión hacia dónde ellos me quisieron llevar. Estoy muy orgullosa de mí misma y de las personas que pasaron conmigo la noche en el cine, pues estuvimos allí más de 12 horas, no está nada mal...
La semana cultural tenía un temá: cultura musulmana. Por ello comenzamos la recta final del maratón con una película de origen iraní. Ahmad se da cuenta de que se ha llevado de la escuela el cuaderno de otro chico; en su intento de devolver el cuaderno a su amigo descubrirá un mundo hostil de adultos que no es lo que esperaba. Recomendación del DJ... Lock, stock & two smoking barrels de Guy Ritchie a la una
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y veinte, como antesala del gran final que teníamos preparado. Trata de una partida de cartas en la que Eddie y sus amigos no sólo apuestan todo su dinero, sino que acaban debiendo 120 millones a Harry el Hacha, un gran mafioso del barrio. Nos cuentan las peripecias e infortunios de estos chicos para intentar saldar su deuda. A destacar: que nos quedamos sin ver el final de la peli, ya que “alguien” como era SU película, no era MI película, decidió hacer con SU película lo que le dio la gana y la quitó.
Las 15:50... qué nervios, llega el gran final!! Todo lo que hemos pasado a lo largo de la noche para llegar a este punto, la última película. Como no podía ser de otra forma: The Rocky Horror Picture Show de Richard O'Brien. Esta película se ha convertido en todo un clásico en nuestra residencia, en la que contamos con gran número de horroritas con varios transilversarios y mucha gente a la que hemos desvirgado este año, pues la hemos proyectado tres veces. Espero que se convierta en una tradición y se siga proyectando, ahora que los “grandes frikis” se van de la residencia; alguien tiene que seguir sacando adelante estas iniciativas. Se trata de una película de 1975 que aún sigue sorprendiendo a muchos, pues el espectáculo no está en la pantalla, sino entre el público. Según vamos avanzando en la trama, tenemos que ir interpretando distintas actividades que van apareciendo y tienen su punto álgido con el baile del Time Warp. He de decir que esta vez no se realizaron los bailes y demás por varios motivos: los que bajamos a verla ya casi nos sabemos la peli de memoria y teníamos que irnos poco tiempo después a teatro así que no nos apetecía mucho ponernos a recoger la sala, que con el arroz y el agua queda todo hecho una guarrería.
Quiero agradecer a todas las personas que se pasaron por la sala del cuarto a lo largo de la noche, tanto a ver películas como para dar ánimos preguntando de quién es el pie de nosequién o si necesitábamos algo (¡público!). Se merecen una mención especial Hugo con su botella de anís marcándose unas joticas (no nos molestaba en absoluto, jeje), y Gandalf, que tuvo la brillante idea de ver la película en japonés con subtítulos en inglés. Los demás tampoco debíamos de estar muy lúcidos, porque hubo un rato en el que la estuvimos viendo todos concentrados. Con ellos también llegó Borja, contándonos sus distintas hazañas amorosas. Dani empezó muy bien, ´´el solito tirado en unos sofás, con SU pie. Pero el pobre, cuando se queda dormido, se vuelve débil y fue fácil mandarle para la cama. Muchas gracias Jess por pasar conmigo la noche en nuestro rinconcito de amor, ¡sin tocar!
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