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Visita al Centro de Hemoterapia y Hemodonación Daniel García Arribas Durante la conferencia sobre el SIDA descrita en el número anterior, nos invitaron a los alfonsines a visitar el Centro de Hemodonación y Hemoterapia. Esta fundación surgió en el año 2003 con el objetivo de recolectar, clasificar y separar los componentes de la sangre de los cientos de donantes de Castilla y León, además de colaborar en programas de investigación y preparación de nuevos profesionales especializados en Hemoterapia, y ser el centro donde se realizan la mayoría de análisis de sangre de nuestra comunidad autónoma. Dispuestos a recibir nuevos conocimientos sobre lo que se hace en este Centro (y motivados por el crédito de libre configuración que nos dan por asistir a estas conferencias) aceptamos la invitación y nos dirigimos al Paseo Filipinos seis estudiantes de medicina, un industrial y las dos tutoras del tercero que nos acompañaron hasta el Centro. Una vez allí nos recibieron calurosamente y procedimos a comenzar la visita. Nos mostraron por dónde tenían que pasar los donantes. Primero, a una salita donde comprobaban la concentración de hemoglobina (ha de estar por encima de un límite para que al donar no te quedes en el sitio) y el grupo sanguíneo del futuro donante. Alguno de nosotros hizo de conejillo de indias y se dejó pinchar para comprobar estos datos. Una vez comprobado que el donante está en buenas condiciones de salud y rellenado un formulario, se le conduce a la sala de donación. Varias personas estaban plácidamente sentadas esperando a que se llenase la bolsita viendo la tele. El proceso es simple: primero se coloca la vía. Después se llenan tres tubitos que sirven para analizar la sangre de la persona. Los tres tubos van identificados con códigos de barras, al igual que la bolsa de sangre. Tras tomar
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las muestras en los tubos se procede al llenado de la bolsa (450 ml). Uno de los donantes que allí se encontraba, según nos explicó la enfermera que nos guiaba, estaba unido a una máquina que separaba las plaquetas y el plasma y volvía a introducir hematíes y glóbulos blancos al paciente. Este tipo de donación es mucho más efectiva, pero lleva más tiempo y sólo se puede realizar tras haber donado más de una vez. Después nos llevaron puertas adentro a los laboratorios. En el primero la sangre se separaba en sus distintos componentes (plaquetas, plasma y glóbulos rojos) mediante unas centrifugadoras del tamaño de las lavadoras de la residencia. Los distintos componentes obtenidos se trataban según conviniese para su posterior almacenamiento o utilización. En el otro laboratorio (inmunológico) se llevaba a cabo el estudio de la sangre de los donantes. Se analizan distintos factores de la sangre mediante distintos estudios, entre los que destacan el estudio por anticuerpos o PCR. Los tubos a analizar eran clasificados según el código del donante. Todo este proceso está totalmente mecanizado. Por último nos llevaron a los almacenes. Varias habitaciones a diferente temperatura (todas por debajo de los ocho grados) albergaban los distintos componentes de la sangre que esperaba a que fuera distribuida por los distintos hospitales de la Comunidad. La visita acabó con un tentempié y un pequeño obsequio de parte de la Fundación, animándonos a donar. La verdad es que lo consiguieron, al menos en parte, porque un servidor realizó su primera donación la semana pasada. Animaos a donar. No es para tanto. Además, como dice el refrán “hoy por ti, mañana por mí”.
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