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El Señor C Señor C Otra entrega más llegamos dispuestos a destapar rumores, comentarios…en fin, ese tipo de cosas oscuras que se oyen por los pasillos del Alfonso VIII. De nuevo mis fuentes son las mismas que la anterior entrega, añadiendo los numerosos emails anónimos que he recibido. En cuanto a estos últimos tengo unas pequeñas observaciones. La más importante es que no creo que yo vaya a ir al infierno como afirma algún entusiasta lector. De hecho, sería muy extraño que yo no fuera al cielo, ya que lo único que hago es contar la verdad de las cosas (además de ser el único residente que lleva varios años solicitando la apertura de una capilla en la Residencia, para hacer más cómoda la asistencia a la misa matinal de los domingos). Con respecto al anterior número, nos quedamos a las puertas de la cena de Navidad que, como yo comentaba, suele ser origen de numerosos rumores que se difuminan con nuestra marcha a nuestras respectivas ciudades. Pues bien, en esta ocasión no pude percibir demasiadas cosas ya que mi juicio estaba nublado por algún tipo de sustancia que contenía (o eso creo yo) el vino que sirven en la cena. Visto lo visto, no me queda más remedio que solicitar la apertura de una comisión de investigación para determinar cuáles son los componentes extraordinarios de este brebaje. Se cree, y esto no lo digo yo, que algunos altos cargos de la Universidad añaden algo a este vino para que nos entre sueño y después de la cena nos vayamos a dormir. Me parece a mí que si lo que pretenden es que los alumnos no manchen el nombre de la Universidad armando jaleo después de la cena debido al júbilo provocado en ésta, se equivocaron completamente. Todos salimos del comedor con aire muy alegre a comernos la noche pucelana. Algunos salieron mejor que otros, dejémoslo así. Es mejor no hablar de lo contentos que iban los estudiantes de Arquitectura del segundo o la gran mayoría de novatos de todas las plantas. De los cotilleos que me han llegado, el más extravagante, sin duda alguna, es uno que afirma que con la llegada de un novato a esta Residencia existió una colaboración madre-hijo en la compra de anticonceptivos. La justificación de esto se debe a que la propia madre argumentaba (y cito textualmente) que “vosotros no vais a comprarlos porque os da vergüenza”. En fin, veo un conflicto de frases. Lo que quiero decir es que si te da vergüenza comprarlos…¿no te dará más vergüenza usarlos?. Bueno, y sin lugar a dudas, las historias más geniales han surgido en base a parejas que se forman en la Residencia y que implican acabar con parejas que existían antes de llegar aquí. Deberíamos hacer una serie con historias que ocurren en este edificio, y no lo digo de broma. Podríamos llamarla “Anatomía del Alfonso” o “Alfonso Crece”. Lo cierto es que estos rumores no han acabado con un final feliz del todo, aunque yo creo que esta historia aún sigue abierta. Deseo que se publique para comenzar el rodaje de la serie.
Octava l a n t a
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Por otra parte tengo que comentar lo fuertes que vienen los físicos este año. A ver como explico esto…digamos que uno de Física (novato) se ha liado con una de Historia (bastante veterana y ajena a esta Residencia), pero resulta que otro novato de Física se ha liado con la hermana del primer novato de Física. En fin, a lo que quiero llegar es que los físicos este año se están ganando a pulso el sobrenombre de “Pepe, el físico follarín”. Además, comentar que el Doctor Amor ha saboreado las babas del Legionario de Cristo. Hablando de los tutores, me ha llegado información (confirmo que es cierta), que dice que dos tutoras y un extutor montaron un escándalo que no voy a sacar a la luz. Digamos que hicieron, en lo referido a relaciones sentimentales, lo que un futbolista hace cuando marca un hack trick. Y el motivo de éste no es otro que mirar si se cotillea sobre ello. ¿Pero cómo no se va a cotillear?. Casi para terminar voy a hablar de historias que en la actualidad son felices, o por lo menos alegres. Se han formado dos parejas en los últimos tiempos. Una habla de un tutor, digamos del piso segundo (por decir un piso), que se ha enamorado de una novata y ha conseguido conquistar su corazón. Sí amigos, una vez más surge el amor en los extremos, pues otra vez nos encontramos ante el enlace de un tutor y una novata. Ojalá que les vaya muy bien. La otra pareja es alegre porque el enlace ya de por sí es alegre, pero sin embargo, este enlace ha roto algún que otro corazón. Pañito hijo mío…¡cómo te gusta conquistar y romper corazones! Y muchos ánimos para ti, pequeña, y recuerda que quien la sigue la persigue. Te aconsejo que metas presión, nena, pues en el amor y en la política todo vale. Noticias oscuras y decepcionantes me han llegado para terminar esta segunda entrega de El Señor C. Se oye en los rincones más secretos de esta nuestra Residencia que la dirección desvía los fondos de las numerosas porras que surgen del futbolín para algún fin privado. ¿Cuál es ese?, llámenme tópico pero estoy casi seguro de que se refiere a una inversión en compra de terrenos. Así que para eso nos pusieron un futbolín ¿eh? Pues yo no pienso agradecérselo. Es decir, cogen nuestro dinero y lo usan para incrementar su felicidad. Bien pensado, ¿no es ese el auténtico sentido de la vida?. Reflexionen. La respuesta es no. Bueno, amigos del Alfonso, me despido de vosotros hasta mayo y os agradezco la colaboración que habéis prestado (y también os pido que, por favor, no enviéis más amenazas con el infierno). Os recuerdo que el e-mail para enviar vuestros rumores es elsenorc@hotmail.es. Nos quedan grandes eventos en los que surgirán grandes historias, no me cabe duda. ¡Hasta la próxima amigos! Fdo: El Señor C PD: Estimados director y subdirector, gracias por el futbolín. Si traéis Canal + con los fondos de las porras, os cuento cuántas residentes se deshacen de amor por vosotros.
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