nœmero35:maqueta n”31.qxd
10/03/2008
Borja Merino Díaz
8:15
PÆgina 26
FESTIVAL DE VILLANCICOS
Un curso más, el coro del Alfonso VIII se puso en marcha para sorprender de nuevo al resto de residencias y sus directores (que en palabras de nuestro querido director “se les caía la babita cuando nos vieron actuar”). Este año contábamos con la dirección de Moe y Loli, que volcaron todo su esfuerzo para que nuestra actuación quedara al máximo nivel.
En nuestra particular versión de la BSO de “La Historia Interminable”, quisimos dar un toque personalizado, en el que las guitarras de Moe y un servidor pusieron ritmo a las peculiares estrofas, en las que los camellos, la nieve, las uvas y las urgencias se fusionaban en una sola canción.
Los componentes del coro, momentos posterores a la brillante actuación
Si hay algo por lo que destaca este coro es por la conexión entre sus integrantes, los buenos momentos que se viven durante los ensayos y la ilusión que se respira cuando se va viendo cómo las canciones crecen y se construyen musicalmente. Para esta convocatoria, como viene siendo tradición, debíamos interpretar dos villancicos, uno popular y otro propio. Para el villancico popular decidimos preparar “Joy to the World de Häendel y en el caso del propio, hicimos nuestra particular versión de la BSO de “La Historia Interminable”. La idea prometía, así que debíamos comenzar con la tarea, juntarnos y ensayar. Y así fueron pasando los días y los ensayos hasta que el 18 de diciembre de 2007 a las ocho de la tarde, en el salón de actos de Caja España, demostramos nuestro arte.
Tras ello, entre el frío y la niebla, partimos hacia el Colegio Mayor Monferrant, donde nos esperaría un apetitoso refrigerio y la compañía del resto de residencias y colegios mayores que habían participado en este VII Festival de Villancicos. Entre ellos, estaban los chicos del Menéndez, nuestras vecinitas de la Teresa Guasch, los del San Juan, etc.
Fue una velada única y como ha ocurrido otros años, lo importante fue participar y haber podido disfrutar de buenos momentos en los ensayos, en el mismo festival y durante la cena en el Monferrant. Momentos que, sin duda alguna, permanecerán en el recuerdo.
En la interpretación del villancico “Joy to the World”, contamos con la excelente interpretación al violín de Loli, que demostró sus dotes musicales. Ello, sumado a nuestras voces dio como resultado que pareciéramos un perfecto coro angelical. Página 26
Octava l a n t a
p