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LOS CRÍMENES DE OXFORD Guillermo Martínez os crímenes de Oxford es una novela de suspense breve, sorprendente y con un ritmo de narración rápido. En los tiempos que corren, en que las novelas de suspense son tochos de cientos de páginas normalmente ubicados en tiempos históricos pretéritos (lo que no quiere decir que sean malas), esta novela es un ejemplo de cómo, en apenas doscientas páginas, se puede contar una buena historia, manteniendo un nivel de tensión en el lector elevado e introduciendo en la trama una pluralidad de elementos y giros del más diverso pelaje.
L
El libro aparece narrado en primera persona y entre el protagonista y el autor, existen coincidencias biográficas puntuales, lo que, evidentemente, no quiere decir que sea un libro autobiográfico. El protagonista, recién licenciado en Matemáticas en Argentina, viaja a Oxford, con la intención de doctorarse. Sin embargo, su estancia cobrará un nuevo cariz cuando su casera aparece
muerta. A partir de aquí se sucederán una serie de crímenes con un denominador común: las personas asesinadas son personas normalmente ancianas o enfermas, a las que les queda una esperanza de vida reducida (no en vano el título original del libro es Los Crímenes Imperceptibles) y, además, en todos los casos, junto a cada cadáver aparece un símbolo. Todos estos símbolos integran una serie matemática en la que el descubrimiento del siguiente elemento puede ser vital para averiguar quién será la siguiente víctima. En realidad, estos símbolos aparecen como un desafío que el asesino lanza al que se convertirá en el compañero de pesquisas del protagonista, un prestigioso matemático experto en lógica. La trama de la narración sufre continuos vaivenes y por ella circulan una pluralidad de personajes, cada cual más peculiar, que llevan a pensar al lector que cualquiera podría ser el asesino, reservándonos un final sor-
prendente. Toda la historia gira en torno al teorema de Gödel, que de forma simplificada viene a decir que existe una diferencia entre la verdad y la parte de la verdad que puede ser probada. O lo que es lo mismo, no podemos demostrar que nada sea absolutamente cierto; lo que sin duda es muy adecuado para un libro en que todos parecen culpables. Es especialmente interesante la caracterización psicológica que el autor hace de los diferentes personajes que pasan por la narración. En todos los casos el autor se ocupa de resaltar de forma muy nítida en cada uno de ellos unos comportamientos, conductas y tendencias que hacen pensar al lector que, sin duda, cualquiera de ellos podría ser el asesino. En todos los personajes encontramos algo que nos permite pensar en su culpabilidad. Todo esto, sin duda, provoca una mayor intriga y lleva al lector a un final sorprendente por caminos insospechados. En definitiva, una novela muy interesante que ha sido llevada al cine por Álex de la Iglesia.
ANTES DE QUE ANOCHEZCA Reinaldo Arenas nterrado en el olvido por las políticas totalitarias y devuelto a la vida gracias a la interpretación, que le valió un Óscar de la Academia, de Javier Bardem, Reinaldo Arenas vuelve a ocupar un lugar en nuestras estanterías.
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Cubano, disidente y homosexual (más tarde enfermo de SIDA), reunía todas las características para ser un elemento non-grato dentro del régimen castrista. En sus memorias, que abarcan desde su niñez hasta el descubrimiento de su fatídica enfermedad, describe la Cuba de Batista y la Cuba anhelada, los deseos de libertad y cómo estos se ven truncados, la relación amor-odio por su patria.
Octava l a n t a
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A veces de forma desenfadada, a veces trágica, Arenas narra sus vivencias en las cárceles cubanas, sus continuos intentos de fuga de la isla, el temor a ser delatado por sus amigos, sus intrigas para poder publicar fuera de su país y cómo esto se torna en su contra cuando por fin es libre (se acabó el morbo editorial). En su texto Arenas aporta una visión muy nítida de la realidad cubana, de la vida intelectual afín al régimen y de los “elementos revolucionarios”, la manipulación de la cultura y el posicionamiento de los miembros más destacados de la intelectualidad latina del siglo XX. Para leer este desgarrador testimonio, quizá nos anime el hecho de poder conocer, de primera mano, cómo se vivía y se vive (por desgracia las cosas no han cambiado
mucho) en Cuba. Todo aquello que en la televisión no se nos cuenta, donde el sueño de la Revolución y la Libertad se iba derrumbando a medida que Castro iba afianzando en cada elemento de la sociedad sus ideas comunistas-tiránicas. Y precisamente, para Arenas, es Castro el único culpable de todas las desgracias de su vida. Si aún así esto no os convence, sólo deciros que, a pesar de no ser un libro de actualidad (su momento de fama ya pasó) es uno de esos libros que, tras su lectura, te hace plantearte demasiadas cuestiones que nunca antes te habían interesado. Sólo por eso, merece la pena. A pesar de esta trágica narración siempre hay un lugar para la esperanza, y como dice Arenas en su carta de despedida: Cuba será libre. Yo ya lo soy.
Por Natalia Andrés Página 53