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Misionero en Longaví

He llegado a Chile el 21 de noviembre de 2009. Antes de comenzar una labor pastoral, estudié 3 meses español en Santiago. El primer año trabajé en la parroquia Santa Isabel de Hungría y al siguiente año fui enviado a la parroquia San Lorenzo mártir en Longaví, donde permanezco hasta ahora.

En ese tiempo, cuando el padre Provincial de Chile, me pidió ir a Longaví, el primer sentimiento que tuve, fue felicidad, porque me hizo recordar mi primera parroquia como sacerdote en Indonesia, la cual tiene muchas comunidades rurales. La misión en Longaví para mi es una misión hermosa y al mismo tiempo desafiante. Hermosa porque encuentro mucha gente sencilla y generosa. Desafiante porque es una parroquia con muchas capillas rurales, donde cada una tiene sus riquezas e identidad que tienen que seguir cultivando. Las comunidades pueden perder el sentido de la comunión con la parroquia si no acompañamos debidamente. Este desafío me hizo pensar de llevar el lema de la congregación para que fuese el tema de nuestra parroquia: “Una sola Familia y una sola Misión”.

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En este tiempo nos esforzamos por hacer sentir a la parroquia como una gran familia y una sola misión con las riquezas e identidad de cada capilla. Eso es lo que quiero alcanzar y sentir. Para mi es una alegría cuando celebramos la fiesta del patrono de nuestra parroquia, con la participación del pueblo de Dios, de cada capilla. Lo hermoso es que cada comunidad ofrece el fruto de su tierra o algo especial de su comunidad. Y luego oficiamos la “fiesta del pueblo”.

Para sentir y vivir por una sola misión es que tenemos visitas misioneras a las comunidades una vez al mes y visitas del sacerdote con agentes pastorales cada dos meses.

¿Cómo me he adaptado a la misión en Longaví? Primero que todo es a través de la escucha. Aprendo a escuchar con atención a todos. Aprendo como tengo que vivir, servir y decidir. Lo segundo es sentirme feliz de haber sido enviado a esta misión. Considero que nunca estoy solo en la misión. Cuento con el respaldo de mis hermanos de congregación.

Todo esto me hace sentir feliz. Estas son dos claves de cómo me adapto a la misión: Escuchar y sentirme Feliz de haber sido enviado.