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MOTHER: MARGINALIDADES Y CONSTRASTES EN VALORES TRADICIONALES

Por Berenice Mendoza Carrillo

Japón, más allá de ser reconocido como un país a la vanguardia en la tecnología y como uno de los líderes regionales del Asia Pacífico, posee una fuerte carga ética y moral en sus dinámicas tanto sociales como políticas y económicas, mismas que toman lugar en la familia, el trabajo e incluso en las relaciones internacionales con otros actores mundiales, lo que conlleva a la construcción de cierto orden social.

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Sin embargo, existen elementos que salen del orden establecido; ya sean personas, localidades o circunstancias complejas que involucran a distintos actores y factores. Estas situaciones se designan como marginalidades y en la actualidad se ven expuestas y representadas a través de diversos medios de comu i ió i E el caso japonés, uno utilizados para lograr d pantalla grande.

El cine y su cercanía con japonesa

En general, el cine ha sid muy útil no sólo par introduciendo a los espe cinematográficos surreal distintas sino que también ha servido para reflejar fracciones de las distintas realidades espaciotemporales. De esta manera, también ha fungido como un reflejo de la sociedad contemporánea y de sus complejos cambios.

Particularmente, el cine japonés ha fusionado técnicas de la literatura, del teatro y de las artes visuales, teniendo una historia de más de 100 años, misma que comprende convenios y tendencias que “ en ocasiones contradicen el contrato social reconocido” (Rodríguez, 2019, p. 487). Para la concepción japonesa, la fotografía (llamada Shashin o “copia de realidad”) tiene una importancia muy grande para demostrar el entorno cotidiano. Así, ciertas producciones cinematográficas actuales “ son una estampa de la sociedad a nivel de identidad y sus transformaciones”(Rodríguez, 2019, p. 493).

Esto se debe a que a raíz de los cambios económicos, políticos y sociales que tuvieron lugar en el siglo XX en Japón, los valores sociales que determinaban los estilos de vida experimentaron giros, posicionándolos en una especie de montaña rusa que inició con una prosperidad económica distinguida por un logro en la redistribución monetaria de la población y buenos sueldos, pero que culminó en un estancamiento económico del país y consecuente a ello, en un sistema de productividad y constante competitividad, con fallas en el “crecimiento, consumo y abundancia” de ciertos sectores poblacionales.

Fue así como, a partir de la década de 1990, las temáticas cinematográficas niponas se concentraron en representar la cotidianidad y los problemas sociales encontrados en su territorio, trayendo con ello la proliferación del cine Underground. Esto dio como resultado el reflejo de aspectos como los índices altos en suicidios, la violencia doméstica, laboral o escolar, las crisis de autoridad y el aumento de la brecha entre clases, así como la corrupción y la desintegración de las relaciones sociales (Rodríguez, 2019, p. 490).

Mother y los destellos de la marginación social en Japón

A manera de ejemplo sobre la representación de la sociedad japonesa contemporánea en el cine, el presente apartado expone el análisis del largometraje nipón Mother (2020) dirigido por Ōmori Tatsushi y protagonizado por Nagasawa Masami, quien da vida a Misumi Akiko, y Okudaira Daiken, a Shuhei.

Como sinopsis, el filme relata la historia de Akiko, una mujer desesperanzada, desempleada y divorciada que vive con su hijo Shuhei en un entorno inestable y tormentoso, ya que ambos dependen financieramente de préstamos efectuados por familiares y conocidos de Akiko. Aunado a dicha situación, la trama expone una serie de maltratos que la madre ejerce contra su hijo, rompiendo el estereotipo y la “norma” de la maternidad encontrada no sólo en Japón, sino alrededor del mundo; es decir, aquella que busca velar por los hijos y cuidarlos haciendo sacrificios infinitos por ellos.

Las cosas empeoran cuando Akiko conoce a su siguiente pareja sentimental, Ryo, quien a pesar de que parece congeniar con su personalidad trastornada, en realidad la maltrata y usa para conseguir dinero. Posteriormente, se observan las vicisitudes por las que la familia tiene que atravesar, tales como las múltiples mudanzas para huir de situaciones de peligro, el segundo embarazo de Akiko y la nueva etapa de nomadismo y situación de calle que desemboca en un desenlace trágico para todos.

Sumado a la trama principal que se enfoca en esta relación de constantes abusos por parte de Akiko hacia sus hijos, la película demuestra una serie de elementos interesantes para el análisis social contemporáneo. En este caso se abordarán tres factores que se relacionan con la situación de marginalidad en la que se encuentran los personajes; el primero refiere directamente a los valores contenidos en las relaciones intrafamiliares, el segundo abarca

Así, en primer lugar, se encuentran los valores contenidos en la familia y el contraste que existe entre la construcción de la familia moderna japonesa frente a la constitución de la relación familiar de Akiko y Shuhei.

Es bien sabido que en Japón los grupos de afiliación son importantes para la formulación de una identidad y la realización social, de no ser parte de uno se inicia un proceso de exclusión. Precisamente, uno de los grupos más importantes es la familia.

La ie o familia pre-moderna caracterizó a Japón con una alta carga de autoridad y subordinación desplegada por los padres sobre los demás miembros constitutivos y pese a que perduró hasta la adopción de la nueva constitución nipona, heredó estos matices filiales a la familia “moderna” (Voguel, s/f, p. 130). La diferencia focal es que ésta ha adoptado elementos propios del núcleo familiar americano (padre, madre e hijos) desarrollada con la nueva clase media

En el caso particular de Akiko y Shuhei, se observa una compleja desintegración familiar, comenzando por el divorcio de los padres del pequeño, avanzando a una relación abusiva de Akiko con su hijo, cuestión que impacta no sólo en el comportamiento del infante sino en la identidad de éste, terminando con la relación de intolerancia de la abuela y la tía de Shuhei hacia él y su mamá, a causa de los constantes préstamos de dinero y de la pésima conducta, disciplina y falta de compromiso que caracterizan a Akiko.

Por ello, no es posible observar lazos familiares cercanos de ninguna manera, todos los vínculos se ven trastocados por las actitudes violentas y la falta de apoyo y comprensión, por ende, se evidencia la carencia de armonía (wa) familiar. El aspecto que sí se encuentra arraigado en este vínculo es la alta lealtad y obediencia que Shuhei tiene hacia su madre. Pese a que se ve cómo ella lo controla, manipula e incluso lo influencia a cometer crímenes como robos y asesinatos, el niño le es fiel hasta el último momento, lo que se materializa en la escena final del largometraje.

El segundo aspecto analizado se relaciona con los vínculos familiares frágiles en torno a las consecuencias de las acciones que se observan en el filme, tales como el rechazo, la exclusión y la intolerancia que la familia de Akiko (padre, madre y hermana) le expresan en varios momentos. Estos actos no causan, empero fomentan la situación de calle y de extrema pobreza por la que atraviesan ambos personajes, formando parte de las poblaciones vulnerables y de la marginalidad en la urbe japonesa que compone la Underclass*.

En la actualidad, Japón posee una clase marginal de 12 millones de personas en amplio sentido (Hashimoto, 2021). Cabe destacar que la marginalidad “remite geográficamente a las zonas en que aún no han penetrado las normas, los valores ni las formas de ser [modernas]” (Cortés, s/f, p. 75). De acuerdo con el centro de investigación y acción social Desarrollo Social para América Latina (DESAL) existen 5 tipos de marginalidades referente a las personas, entre ellos, es posible identificar la situación de Akiko y Shuhei bajo el tipo de marginación psociopsicológica, ya que ésta enuncia cierta incapacidad de actuar o participar en la dinámica social, por lo que únicamente se encuentran poblando el espacio (Cortés, s/f, p. 76).

Finalmente, el último aspecto se relaciona con los esfuerzos nipones por erradicar la marginalidad social. De acuerdo con Mother, en cierta escena donde la familia es “rescatada” de la calle por funcionarios locales, se observa que les otorgan una otorga especie de habitación y les ayudan a conseguir trabajo e ir a la escuela. En la praxis, dichos apoyos son parte de programas sociales para personas “sin techo”, habilitados por la Ley de Apoyo a la Autosuficiencia de las Personas sin Techo de 2002, que fue ampliada cinco años más en 2012 (Gill, 2014).

Existen barrios donde se encuentran estos alojamientos, conocidos como Doyagai, los más reconocidos se encuentran en Kamagasaki, en Osaka, San’ya en Tokio, y Kotobuki en Yokohama (Gill, 2014). Cabe destacar que, con esta ley el gobierno busca crear centros de acogida municipales para “ sacar a las personas de la calle y ayudarlas a volver a tener casa y empleo” (Gill, 2014).

Conclusiones

A partir de los elementos analizados a lo largo del artículo, es posible concluir que, el cine japonés contemporáneo ha reflejado fragmentos de su realidad social, incluyendo las problemáticas que no son tan (re)conocidas, ni difundidas a nivel internacional, tales como las situaciones de marginalidad y ciertos valores trastocados. De esta manera, se observan las relaciones familiares que salen del marco “armonioso” por el que se han conocido popularmente, gracias a la alta carga de valores que las caracterizan.

Fuente: https://bit.ly/3MlLDl4

Asimismo, estas fracturas conllevan a otras que impactan en la sociedad directamente, tal es el caso de la marginalidad de personas en situación de calle y pobreza, aunada a los intentos de las administraciones gubernamentales, tanto locales como nacionales del Japón actual, para resolver dichas problemáticas.

Referencias

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Cortés, F. (s/f.). “Consideraciones sobre la marginación, la marginalidad, marginalidad económica y exclusión social” en Papeles de Población. México: CIEAP/UAEM, Núm. 47. pp. 71-84.

Gill, T. (2014). Barrio marginal, Yokohama: Las personas sin techo y las prestaciones sociales en Japón. Nippon.com

Hashimoto, K. (2021). La clase baja de Japón: sin recursos para salir solos del atolladero. Nippon.com.

Javi. (2022). Valores y conceptos en los que se fundamenta la sociedad japonesa. Japón Secreto.

Landeras, J. (2017). Gracias, Japón, Plataforma España: Editorial. pp. 55-84

Omori, T. (2020). Mother. Japón: Star Sands, Kadokawa Pictures. 126 minutos.

Rodríguez, C., I. A. (2019). “Cine, historia y jóvenes en el Japón moderno”, en Perspectivas Revista de Ciencias Sociales, Número 8, Ciudad de Rosario. pp. 486-495.

Senda, Y. (2013). La familia japonesa: valores cambiantes en un sistema inmóvil. Nippon.com

Sendra, M. V. (2016). Factores y consecuencias del origen de la familia nuclear en Japón. Sevilla: Facultad de Filosofía/Universidad de Sevilla. 55 pp. Vidales, A. (2013). Los valores asiáticos en las relaciones internacionales: Latinoamérica y Asia. España: El Orden Mundial (EOM).

Vogel, E. F. (s/f). Japan's New Middle Class: The Salary Man and His Family in a Tokyo Suburb. Oxford: University of California Press. pp.128-139.

EMPERADOR: UN JUICIO POSTERGADO EN LA HISTORIA

El papel del Emperador Hirohito (1901-1989) en el proceso de toma de decisiones para abrir el frente de guerra en el Pacífico –con el ataque de la base naval de Pearl Harbor ubicada en la isla de Oahu, Hawái, el 7 de diciembre de 1941– es y será uno de los grandes enigmas de la historia contemporánea. La película Emperador (2012) dirigida por Peter Webber está basada en el libro His Majesty´s Salvation, escrito por Shiro Okamoto. Su argumento se centra en el papel del general Bonner Fellers (Matthew Fox) en su investigación sobre la responsabilidad del Tennō (天皇) Showa en el inicio del conflicto armado con los Estados Unidos, tarea encargada por el general Douglas MacArthur (Tommy Lee Jones) en su calidad de Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas (SCAP por sus siglas en inglés) en Japón. Misma que fue instrumentada después de la rendición de Japón, el 15 de agosto de 1941, y de la firma por parte de los representantes gubernamentales japoneses en el acorazado USS Missouri, el 2 de septiembre del mismo año.

En el contexto de los primeros meses de la Ocupación –la primera vez que su territorio era mancillado por una potencia extranjera desde su fundación– el SCAP tuvo la encomienda de Washington de identificar y arrestar a los políticos responsables que habían llevado a Japón al camino de la guerra, pero una pregunta que se hacían era qué hacer con el ocupante del trono del crisantemo –el sistema imperial más antiguo del mundo que data del año 660 a.c con el ascenso del Tennō Jimmu– en un entorno de polarización de opiniones. Mientras, algunos altos funcionarios estadounidenses consideraban que erradicar la estructura imperial permitiría inocular la semilla de la democracia liberal para su transformación radical. Otras opiniones advertían de la necesidad de mantener al Emperador como símbolo de la nación, ya que era el único medio para garantizar la estabilidad y paz social interna en el devastado Japón y con una Unión Soviética deseosa de tener una incidencia más activa en la reconstrucción del nuevo orden del Este de Asia.

El general Fellers tiene que navegar entre las luces y sombras del Tatemae (apariencia) y Honne (sentimientos y deseos verdaderos) que permean los comportamientos sociales basados en las raíces culturales de ese país asiático. Es decir, todo lo que se aprecia a primera vista no es la realidad, la interpretación de la misma se alcanza en un complejo proceso de inmersión y decodificación de actitudes, expresiones y acciones que permiten identificar la esencia del comportamiento del sujeto, no como individuo sino como parte de su grupo social.

Lo anterior es el gran reto que enfrenta Fellers para pilotar una embarcación de incertidumbres dentro de la espesa neblina que opacaba la vista de la tierra firme y que le permitiera dar una respuesta clara y convincente al General MacArthur. En algún momento ante la escasa evidencia y las acciones elusivas de los personajes directamente involucrados tanto políticos, militares y funcionarios de la casa imperial, señala: “ no tengo evidencias para exonerar al Emperador”.

Sin embargo, la luz del faro que le permite llegar a aguas calmas, fue su amor permanente y recuerdo sentimental de Aya Shimada (Eriko Hatsune), que lo introdujo a entender a la sociedad japonesa y su forma de pensar basado en los códigos de obediencia y lealtad. Incluso le ayuda, presentándole a su tío, el general Kajima (Toshiyuki Nishida), que le ayudará a redactar su ensayo La psicología del soldado japonés.

Fuente: https://bit.ly/3MlLDl4

La narrativa fílmica para dramatizar esa relación y el encuentro con Japón por parte de Fellers, marca una distancia con los hechos reales. En efecto, Bonner Fellers conoció a una japonesa estudiante de intercambio, Yuri Watanabe, en la escuela Earlham College, forjándose una gran amistad entre ellos. Ella le recomendó las crónicas y ensayos que Lafcadio Hearn había escrito desde su arribo a Japón en 1890, lo cual amplió su interés sobre ese país, mismo que durante el periodo de entreguerras hubo visitas recíprocas con sus respectivas familias, hasta el inicio de las hostilidades en 1941. Después de la rendición y de la llegada de Fellers a Tokio, buscó a Yuri y a su familia, teniendo un emotivo reencuentro después

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Fuente:https://bit.ly/3R6znI6 del silencio derivado de los años de la conflagración. Después de restablecer el contacto y de largas conversaciones, Yuri le externó su preocupación –ante la pregunta de Fellers– de los problemas que conllevaría deponer al Emperador de Japón (Liebenthal, 1996, p. 20).

Como se narra en la película, Fellers escribe un memorándum remarcando la importancia del Tennō para el pueblo japonés que lo consideraba como una deidad. En el documento real se consideró que ante ese hecho, el enjuiciar a Hirohito como criminal de guerra podría interpretarse como una profanación a sus creencias religiosas, que podría derivar en una insurrección social y comprometer a la Ocupación de las Fuerzas Aliadas en Japón. Sin embargo, en el argumento de la película se orienta en remarcar el papel histórico que el Emperador tuvo al enfrentar a las facciones que se negaban en aceptar la derrota ante las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto de 1945 de manera respectiva.

En la histórica reunión del Consejo Privado el 10 de agosto de 1945 a las 2:00 am, el Tennō Shōwa se mostró a favor de los miembros del gobierno que consideraban que ya no había más remedio que capitular y aceptar las condiciones de rendición como lo postulaba la Declaración de Potsdam. Con esa noticia oficial y con el endoso imperial, se realizó a través de Suiza, para el conocimiento de las Fuerzas Aliadas donde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón incluyó la nota, que la aceptación de las condiciones de aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa rendición tendrían la salvedad del mantenimiento del sistema imperial.

El debate sobre el papel del Hirohito en la guerra del Pacífico, versa desde su responsabilidad directa en el proceso de toma de decisiones para atacar Pearl Harbor, como último recurso para enfrentar el bloqueo económico que Estados Unidos había edificado en torno a Japón, hasta el papel de ser preso de las circunstancias frente al poder fáctico de los militares, en la que no tuvo más remedio que aceptar las acciones que favorecían el militarismo japonés. La verdad difícilmente saldrá a relucir. Por esa razón, la película Emperador ofrece el mensaje de que la mejor valoración del papel histórico del Tennō debe ser enfocado en la forma decisiva que tuvo para terminar las hostilidades; y evitar la prolongación del enfrentamiento con las Potencias Aliadas que hubiera infligido más sufrimiento al pueblo japonés, al postergar su inevitable derrota.