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Educación

EDUCACIÓN PARA LA ETERNIDAD

POR MAKALA JAMES Y TAMARA MICHALENKO TERRY

Tras casi medio siglo trabajando en la educación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, John Hopps, superintendente de Educación de la Conferencia de Texas, se jubiló oficialmente en mayo de 2019. John trabajó incansablemente para apoyar a los maestros y para crear las mejores oportunidades educativas para sus estudiantes. Él atesora las relaciones sinceras que cultivó.

John comenzó su carrera en la educación como profesor de ciencia y matemáticas en la Academia Júnior San Antonio.

Varios de sus estudiantes provenían de hogares violentos, mientras que otros vivían en hogares no cristianos. Rápidamente resultó evidente para John que, para ser eficiente en el salón de clases, debía construir una relación en la que sus estudiantes sintieran que le importaban y mostrarles un ejemplo de lo que debe ser el cristianismo.

“A pesar de que quizás rechacen la iglesia, si tienen un adulto que los trate de forma justa y ejemplifique el comportamiento cristiano, eso puede hacer toda la diferencia del mundo”, dijo John.

Luego de tres años, John se mudó a su ciudad natal de Keene, Texas. Allí, trabajó como profesor en la Escuela Preparatoria Adventista de Keene por tres años y en la Academia Chisholm Trail por dos años.

La siguiente aventura de John lo llevó hasta la Academia Júnior Hood View en Oregon, donde se convirtió en director. Este era un territorio completamente nuevo para el maestro tejano. Al principio del año escolar, el presidente de la junta organizó un corn roast para toda la escuela. Cuando los estudiantes se reunieron para jugar a las escondidas, John decidió que él también debería unirse.

“Corrí a esconderme en un viejo camión de troncos”, dijo John. “Estaba totalmente oscuro. Me senté ahí mientras todos los niños se escondían”.

Pronto, dos estudiantes subieron por el otro lado del vehículo. En la oscuridad, no podían ver a John. Comenzaron a susurrar: “¿Qué opinas del nuevo director?”. Ahí mismo, John puso su mejor acento tejano; “¿Cómo están, y’all?”. Los estudiantes se sobresaltaron tanto que se cayeron de la cabina y corrieron hacia el bosque. “Siempre andaban pendientes de en qué lugar podría aparecerme después de eso”, contó John entre risas.

Luego de seis años en Oregon, John se mudó de nuevo a Texas para trabajar en la Academia Júnior Adventista Killeen por varios años. Después aceptó un trabajo en la Academia Adventista Burton (BAA), primero como profesor y luego como director.

John siempre recordó la importancia de la conexión con los estudiantes tras su época en San Antonio y se esforzó por conocer a los estudiantes de cada escuela en la que trabajó.

“A pesar de que aveces se quejen, los niños quieren saber que te importa lo que pasa en sus vidas”, dijo John. “Quieren sentir que se los trata de forma igual y justa, y quieren tener un mentor que tal vez no tengan en su hogar”.

A menudo, los estudiantes visitaban a John en su oficina sólo para hablar. Como director, siempre insistía en recorrer la sala de estudio, y a menudo se pasaba todo el período escuchando a estudiantes que compartían sus historias. Esta filosofía también aplicaba a la relación de John con sus maestros; para él, representar a los maestros y apoyarlos de todo corazón era una prioridad.

En 2003, John se convirtió en superintendente adjunto de la Conferencia de Texas, antes de ser promovido a superintendente de Educación 11 años más tarde. A pesar de que ya no estaba en un salón de clases, insistió en cultivar relaciones de apoyo con las escuelas, profesores e incluso estudiantes cuando fuera posible.

“Nadie en mi carrera ha tenido una influencia sobre mí tan positiva como John”, dijo Tommy Simons, director de la Academia Chisholm Trail. “Como mi director por 15 años y superintendente o superintendente adjunto por 16, John fue el mentor y jefe perfecto. Nadie ama a sus estudiantes y profesores tanto como John”.

“Tuve el privilegio de trabajar con el Sr. Hopps por más de una década”, dijo Darlene White, directora actual de la BAA. “El nivel de confianza que me dio con su apoyo y consejos es incalculable”.

“John siempre mostró una pasión constante por la educación y los educadores adventistas”, dijo Randy Gilliam, exdirector de la escuela preparatoria BAA con John así como también exvicepresidente de Educación de Southwestern Union Conference, entre otros puestos. Dijo: “¡Un defensor de los estudiantes que no encuentras todos los días! Trabajar juntos nos convirtió en colegas, pero el respeto que nos tenemos el uno al otro nos convirtió en amigos”.

Marvella Beyer, esposa del difunto ex superintendente de Educación de la Conferencia de Texas, Darrel Beyer, recuerda con afecto el “encantador sentido del humor” de John cuando ella llevaba a su esposo a sus eventos. “Siempre tenía una historia para contar, sin importar la ocasión”. Ella valoraba el hecho de que John “siempre estaba dispuesto a hacer su parte y cumplir con sus responsabilidades. En las reuniones y campamentos escolares (outdoor school) se aseguraba de que el camión de la escuela estuviera cargado con todas las provisiones necesarias”. Ella realmente valoraba cuán fiable y perceptivo era para lo que fuera necesario hacer. “¡El Dr. Beyer solía decir que John podía resolver un problema casi antes de que surgiera!”.

“Hopps es un líder natural muy fácil de seguir”, dijo Travis Simpson, quien ha conocido a John por 32 años como estudiante y luego cuando Travis se convirtió en maestro. “En todo momento estaba claro que le importabas en un nivel personal, por lo que tú deseabas hacer lo mejor por él para retribuirle. Tenía una forma muy pragmática de evitar las trivialidades para llegar a la raíz del problema, mientras dejaba intacta tu integridad. Su sentido del humor nos ayudó a todos a mantener la cordura a lo largo de los años”.

“Su pasión siempre fue la educación adventista”, compartió Ellen Thomas, superintendente adjunta de Educación de la Conferencia de Texas, quien trabajó con él unos 20 años. “Cree en ella con cada fibra de su ser. Cree que es la forma más pura de evangelismo. Nos lo predica todo el tiempo. Durante su tiempo en la BAA, tuvo una postura firme respecto a encontrar dinero para cualquier estudiante que quisiera asistir a la escuela”.

“Hablamos mucho acerca de evangelizar el mundo, y eso es importante”, concluye John, “pero si no lo hacemos con nuestros propios niños, entonces tenemos un problema. Esa es la importancia de la educación adventista”.

Danielle Bunkley, asistente administrativa de Educación de la Conferencia de Texas, trabajó con John durante 15 años, tanto como maestra como en la oficina de la escuela. Hace casi 10 años, comenzó una tradición de escribir poemas para honrar a las personas. Este es el que escribió sobre John:

Fuerte Decidido Defendiendo una causa

Gentil Gracioso Un cuentacuentos para todos

Sabio Culto Devoto de la familia

Adventista Educador La vocación más importante del evangelismo

Biblia Filósofo Guerrero de oración

Superintendente Jubilado Oramos por usted

Durante su retiro, John espera enseñar a sus nietos y aprender de ellos. Probablemente comparta una o dos historias entre algunas anécdota graciosas. Si bien lo extrañaremos durante las reuniones de la junta y el trabajo diario, su legado y su pasión por la educación adventista indudablemente continuará.