Buchaca Generosa #06

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BUCHACA GENEROSA #06


ÍNDICE 01

EL MUSEO NO EXISTE

02

SE ESTÁ ACABANDO EL MUNDO

03

¿DÓNDE ESTÁ EL RACISMO EN LAS FORMAS CULTURALES DE REPRESENTAR A LOS NEGROS?

04

TEXTO DE DANA KOPEL, TRADUCIDO AL ESPAÑOL POR KEVIN A. PÉREZ.

QUEEN NZINGA MAXWELL

CONVERSACIÓN CON QUINCE DUNCAN Y RINA CÁCERES.

HAGAMOS COMÚN ADRIAN FLORES SANCHO / ANTONIETA SIBAJA / CARLOS FERNÁNDEZ / ESTEFANNY CARVAJAL / GUILLERMO BOEHLER / INGRID CORDERO / JOSE ROSALES / KENNETH CORONADO / MARIELA RICHMOND / M. PAOLA MALAVASI L. / PABLO CIANCA / VERÓNICA ALFARO RODRÍGUEZ / VIVIANA ZÚÑIGA RAMÍREZ.

05

ESTRATEGIAS PARA UN PRESENTE DIFERENTE

06

CONVERSACIONES EN AISLAMIENTO

07

UNA ESCUELA DE ARTE HOY: TEJ I ENDO LA TEXTURA QUE SOPORTA LA FRASE. ENCENDER ALGO DESDE UNA I SLA EN EL CARI BE

LUCÍA MADRIZ

ELENA KETELSEN GONZÁLEZ, ELYLA, ALEXANDRA LYTTON REGALADO

MICHY MARXUACH

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R E C E T A R I O L A E S ME R A L D A ESMERALDA PERALTA Y DANIELA MORALES


BUCHACA GENEROSA – ED. 06 19 JUNIO 2020 Junio suele ser sinónimo de aniversario en TEOR/éTica, hace un año abrimos la casa blanca una noche y recibimos a todos los que querían celebrar su vigésimo cumpleaños con nosotras. Hoy estamos muy lejos de poder hacer algo así, las casas ahora están llenas de “casis”: tienen una expo casi montada, están casi limpias, casi sucias, casi tomadas por las plantas, casi atacadas por bichos. Casi muertas/casi vivas. Las visitamos cuando podemos, y lo más paradójico es que podemos visitarlas porque están cerradas. Hace una semana, alguien dijo en una reunión por Skype que el país tiene ya ochenta y ocho días en cuarentena por el COVID-19. Ya deben ser más de noventa, hay quienes los han contado y hay quienes no, pero en el fondo para todas ha implicado la convivencia con un tiempo difuso y líquido. Un tiempo al que además se le han sumado muchos más acontecimientos que, en realidad, reviven un sinfín de pendientes que tenemos como habitantes del planeta en este momento de la historia, pero especialmente en este momento de la vida de cada una. La Buchaca sigue siendo un punto de encuentro para el equipo, para quienes se apuntan a colaborar en ella y para quienes la leen. La distancia que se reduce un poco cada vez que chateamos o nos escribimos por correo, es la misma distancia que no podemos tomar sobre muchas cosas que están sucediendo y sobre las que sentimos la necesidad de conversar. Por eso, reunimos aquí contenidos que hemos recuperado del pasado y que, creemos, cobran otro matiz al releerlos ahora, así como colaboraciones que lanzamos a manera de herramientas de estudio y acción frente a lo que seguimos y seguiremos atravesando.


El museo no existe Pague lo que pueda, vea lo que no puede

Por Dana Kopel Traducido al español por Kevin A. Pérez El museo es un lugar: un espacio situado y permanente para experimentar el arte. Sus orígenes son los de una empresa "civilizadora", en la cual la clase trabajadora sería adoctrinada dentro de un comportamiento apropiado. Antes de eso, estaban los wunderkammern [gabinete de curiosidades], colecciones de arte, antigüedades y curiosidades reunidas por europeos ricos. Hoy, el museo de arte ofrece varias funciones. Los coleccionistas ricos prestan obras de su posesión para las exhibiciones, lo cual aumenta el valor de su tenencia al tiempo que les permite evitar impuestos. Los museos también son depósitos semipúblicos de objetos de valor cultural e iniciativas educativas. Ningún lugar cuyo costo de ingreso sea de $25 puede considerarse público. Pero el museo también es un lugar de trabajo: encargados de transporte y montaje de obras, educadores, curadores y muchos otros hacen que el museo contemporáneo funcione. Desde que comenzó la crisis del COVID-19, la iniciativa activista de los trabajadores Art + Museum Transparency ha estado rastreando los despidos en los museos mediante su cuenta de Twitter. La ex directora de programas del Tenement Museum, Michelle Moon, también lleva la cuenta en una hoja de cálculo pública: a mediados de abril, más de diez mil trabajadores de museos estadounidenses fueron despedidos o suspendidos como resultado de las decisiones tomadas por los ejecutivos de los museos. Es probable que esto excluya a las personas que rara vez se consideran "empleados", para empezar: trabajadores temporales, contratados e independientes. El Guggenheim, cuya dotación se valoró en $92 millones en el 2017, eligió pagar al personal regular pero no a aquellos conocidos como trabajadores "de guardia" (on-call) cuando el museo cerró por primera vez. La Guggenheim Union compartió en línea la carta de una miembro pidiéndole a los ejecutivos una compensación justa durante la crisis. "Les pido, de madre a madre", escribió ella, “tengo tres hijos pequeños. Sus acciones para no pagarnos por el mismo tiempo en el que ustedes sí se pagan a sí mismos son injustas y crueles". Mientras tanto, en The Shed, una institución de arte que costó $475 millones construir —y que se benefició directamente de $1.2 mil millones en fondos públicos redirigidos a Hudson Yards desde los barrios de bajos ingresos de Manhattan— casi ochenta trabajadores sindicalizados con experiencia en atención de visitantes han sido suspendidos. Los encargados de transporte y montaje de obras en The Shed que no están sindicalizados, se vieron obligados abruptamente a renunciar al pago anticipado. A finales de marzo, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (MOCA por sus siglas en inglés) despidió a noventa y siete trabajadores a cargo de la atención de los visitantes y de la librería, la mayoría de los cuales laboraban medio tiempo y sin beneficios de salud. "Nuestro departamento era el más vulnerable y prescindible", me dijo un trabajador que pidió permanecer en el anonimato. Una semana después, el MOCA, que al 2018 tenía una dotación de $134 millones, anunció que todo el personal de tiempo completo sería despedido o recibiría recortes salariales no revelados.


En el MoMA, donde cinco sindicatos diferentes representan a la mayoría de los empleados no directivos, muchos trabajadores recibirán sus pagos hasta junio. Ochenta y cinco trabajadores — muchos de los cuales habían sido contratados a través de una empresa externa, Forrest Solutions, que los mantiene fuera de la unidad de negociación de cualquier sindicato— fueron despedidos. La dotación del MoMA fue de $870 millones en el 2014. Sin embargo, el Museo no puede o no quiere seguir pagando a sus empleados más precarios, algunos de los cuales tampoco serán elegibles para los beneficios de las personas desempleadas. Stewart Stout, un facilitador en el departamento de educación que perdió su trabajo, describió la misión del museo como progresiva. Además, como me dijo: "cuando se trata de algo así, arrojan a sus trabajadores a las calles". La exposición del MoMA de las fotografías de Dorothea Lange se recreó en línea a finales de abril. El proyecto presenta las imágenes de Lange sobre la devastación causada por el capitalismo racial: la esclavitud y los campos de internamiento de los japoneses, la Gran Depresión y el Dust Bowl. Una foto de 1938 muestra una bomba de aire polvorienta en una estación de servicio rural: "ESTE ES SU PAÍS", se lee en el cartel. "NO DEJE QUE LOS GRANDES HOMBRES SE LO LLEVEN". Fui despedida del New Museum el 2 de abril. Me dijeron que puedo esperar volver a mi trabajo como editora cuando el museo vuelva a abrir, por lo que me abstendré del trabajo editorial y me apegaré a los hechos. Fui una de los cuarenta y ocho empleados que fueron suspendidos o despedidos. De estos, treinta y uno eran miembros de la New Museum Union. Quedan solo siete miembros de nuestra unidad de ochenta y cuatro personas. El correo electrónico sobre los recortes enviado a todo el personal no se envió a los encargados de transporte y montaje que trabajan medio tiempo, tampoco a los catalogadores ni a los artistas docentes. Aquellos de nosotros que fuimos despedidos o suspendidos tampoco lo recibimos, porque nuestro acceso al correo electrónico se cortó ese día alrededor del mediodía. Varios museos de Nueva York cerraron al público como resultado de la pandemia de COVID-19, o lo que los directores llaman "estos tiempos inciertos". Además del New Museum, el Metropolitan Museum of Art, el Museum of Modern Art y el Whitney Museum of American Art cerraron. Los veintiún museos del Smithsonian en Nueva York y Washington, DC cerraron sus puertas el día 14 [de abril]. Muchas de estas instituciones han trasladado parte de su programación a las plataformas disponibles en línea, reunida bajo el hashtag #MuseumFromHome. Los críticos han lamentado la falta de tactilidad —de presencia— en las exposiciones digitales. Pero, en primer lugar, no todas las personas han podido estar presentes en las galerías. Mucho antes de que COVID-19 evitara que alguien fuera a casi cualquier lugar, las personas discapacitadas y con enfermedades crónicas estaban presionando por generar formas alternativas de acceso a las exposiciones y a los programas: transmisiones en vivo, transcripciones, documentación de audio y video. La facilidad con la que muchas instituciones y galerías han hecho la transición a los formatos digitales debido a la crisis del coronavirus, a pesar de su resistencia previa, ha sido "un shock", me dijo la artista Josephine Shokrian, cuyo trabajo trata con los problemas de la accesibilidad. "A las personas simplemente no les importa", señaló, "a menos que les afecte". Llamé a mi amiga Lily, que era mi colega en el New Museum antes de que la despidieran. Ella me dijo que vio venir los recortes de personal —no solo por las noticias recientes, como una en The New York Times con un titular que afirmaba que la pérdida de ingresos proyectada por el Met [Metropolitan Museum of Art] causaría "despidos dolorosos para todas las instituciones culturales". Nos preguntamos: ¿doloroso para quiénes?


No me interesa preguntar cómo es el arte en estos tiempos inciertos. Quiero respuestas a otras preguntas. ¿Cómo se ve el arte cuando no se puede pagar el alquiler? ¿Cómo se ve el arte cuando estás demasiado enfermo para levantarte de la cama y demasiado arruinado económicamente para ir al hospital? ¿Cómo se ve el arte cuando la "incertidumbre" revela la inseguridad sistémica de los trabajadores que hacen, instalan y nos ayudan a entender el arte? Las subvenciones de emergencia están siendo distribuidas ahora, y las iniciativas de ayuda mutua abundan. Los trabajadores del MOCA, del Tenement Museum y del New Children's Museum de San Diego están financiando crowdfundings para apoyar a sus colegas sin trabajo. Al momento de escribir este artículo, el Fondo de Ayuda para Artistas y Trabajadores Independientes de Bajos Ingresos de Nueva York, organizado por los administradores y artistas Shawn Escarciga y Nadia Tykulsker, ha recaudado más de cien mil dólares para subsidios de emergencia de entre $150 y $200. "Si usted dice que necesita dinero, estamos tratando de darle dinero lo más rápido posible", me explicó Shawn. A diferencia de algunos esfuerzos oficiales, no hay un requisito de acceso para los subsidios: lo único que se necesita es que los destinatarios vivan en Nueva York y que proporcionen una dirección de correo electrónico. Hasta ahora, la gente ha usado el dinero para "alimentos, suministros médicos, pagos de alquiler", enumeró Nadia. "Alguien pudo conseguir un nebulizador". Junto con las iniciativas de crowdfunding, los trabajadores del arte se han unido para obtener y distribuir equipos de protección personal a los trabajadores de la salud o para entregar alimentos a los vecinos. Artistas, trabajadores del arte, trabajadores independientes: como clase trabajadora, nos cuidamos los unos a los otros. Nadia me dice que ella y Shawn no piensan en este fondo como una solución —es un recurso provisional, una forma de proveer supervivencia para las personas en el futuro inmediato. La ayuda mutua no es caridad; es la construcción de movimientos, de redes de supervivencia y solidaridad. ¿Cómo podemos construir un mundo del arte distinto, uno en el que nuestras vidas y sustento no dependan de directores millonarios y donantes multimillonarios? Para muchos de nosotros, los tiempos ya eran inciertos mucho antes de este momento. Para las instituciones que reclaman escasez y políticas radicales, mientras al mismo tiempo centralizan más dinero en salarios y dotaciones para los puestos ejecutivos, la pandemia revela el fondo de tales contradicciones: son visibles en la superficie pero vacías por debajo.

Dana Kopel es escritora, ex editora en jefe y coordinadora de publicaciones del New Museum, donde ayudó a organizar la New Museum Union. Su trabajo aparece en Art in America, Frieze, Flash Art, Mousse, X-TRA y varios catálogos de exposiciones. Actualmente reside en Nueva York.

Publicado originalmente en SSENSE el 13 de mayo de 2020, acceso online: https://bit.ly/2Ne6333 Reproducido con el permiso de la autora.


SE ESTÁ ACABANDO EL MUNDO DEL LIBRO ‘ÌBẸRẸ: MY ORIGIN. MI ORIGEN’ POR QUEEN NZINGA MAXWELL. INSPIRADO EN EL POEMA “DOPE” DE AMIRI BARAKA Aaaaaaaayyy, Aaaayyy Se está acabando el mundo Aaayyy, Aaaayyy, Aaaayyy Se está acabando el mundo Proliferan las guerras aquí si hay algo rotundo y es que el condenado diablo anda furibundo Huracanes enormes, Debe ser el Diablo Nefastos terremotos Debió haber sido el diablo Se derriten glaciares el planeta se está calentado ¿Y el Coronavirus? De seguro que fue el diablo Aaaaaaaayyy, Aaaayyy Aaayyy, Aaaayyy, Aaaayyy Mis hijos ajusticiados mueren en los barrios y en Palestina, Afganistán y Siria dicen que fue el diablo Somalia, Angola y Libia También lo hizo el diablo El Congo en guerra 12 años Un millón y medio de vidas por año Samsung, HUAWEI y IPhone promueven la minería del coltán para smartphones Puede ser que sea el diablo vendiendo cigarros en la Avenida Central ¿No te has enterado? O el contador que en su oficina cruza de lado a lado

Aaaaaaaayyy, Aaaayyy Aaayyy, Aaaayyy, Aaaayyy Oshún llora sus ríos contaminados con tintas de textiles y con químicos de minerales minados Y tú yergues una bandera blanca al consumismo En tu teléfono hay coltán que fue minado por una niño o una niña esclavizadas Luces ropa cocida por niños y niñas esclavizadas Engordando de chocolate cultivado por niños y niñas esclavizadas Y luego nos auto-proclamamos civilizados, civilizadas Aaaaaaaayyy, Aaaayyy Se está acabando el mundo Aaayyy, Aaaayyy, Aaaayyy Se está acabando el mundo Se está acabando el mundo ¿Nadie te ha contado? El Diablo anda furibundo.


¿DÓNDE ESTÁ EL RACISMO EN LAS FORMAS CULTURALES DE REPRESENTAR A LOS NEGROS? CONVERSACIÓN

CON

QUINCE

DUNCAN

Y

RINA

CÁCERES.

Esta mesa buscaba iniciar un debate acerca de la construcción de mitos y estereotipos sobre la comunidad negra en el imaginario colectivo costarricense y sus representaciones en la literatura y el arte. A raíz de los movimientos de #BlackLivesMatter, y a manera de revisar las formas del racismo en Costa Rica, compartimos esta discusión, que partía de los temas tratados en la exposición ¿Y qué fue de Cocorí? de Marton Robinson, presentada en la Sala Poligráfica de TEOR/éTica en 2014. En un intento de incorporar forzadamente lo negro al imaginario tico, el artista disfraza con el traje tradicional costarricense a dos Jolly Niggers, alcancías de hierro muy populares en Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX. Estos tragamonedas, los Negriti-ticos (2014), van acompañados de la narración de una historia de la familia de Marton que recuerda cómo los negros de Jamaica atrapaban con la boca las monedas lanzadas por los visitantes que venían en los cruceros europeos como parte del show de bienvenida.

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ESTRATEGIAS PARA UN PRESENTE DIFERENTE Por Lucía Madriz Ya lo sabemos pero es bueno repetirlo: la situación de emergencia que vivimos actualmente ha venido a subrayar las desigualdades sociales y económicas de una manera brutal. Quiero enfatizar que esta pandemia es resultado de las lógicas económicas de extracción y destrucción del medio ambiente, y de deshumanización y explotación de los cuerpos a nivel global. Ya han habido otros casos donde patógenos propios de ciertas especies de animales “brincan” a los humanos, como fue el caso del ébola, el SIDA y probablemente la hepatitis B, entre muchos otros. Entonces el COVID-19 no es un problema diferente al de la crisis medioambiental que vivimos, sino que es resultado de lo que nuestros hábitos —o más bien vicios— de consumo a nivel global vienen causando. Pero solo cambiar estos hábitos de consumo ya no basta. La verdad ineludible es que si queremos sobrevivir como especie, EL SISTEMA TIENE QUE CAMBIAR. Esto significa que tenemos que aprender a actuar diferente, a pensar y a hacer de otras formas. La fórmula perfecta es inexistente y nos toca experimentar a cada una y con nuestras relaciones. La pregunta que nos queremos hacer es: ¿cómo brincarse al patriarcado? Nos toca explorar nuestros pensamientos para desarticular lo que llamo “el patriarcado interiorizado” y empezar a actuar desde una perspectiva más inclusiva, justa y sostenible. A continuación, enumero algunas estrategias de autoconfrontación que podrían permitir transformaciones internas que cambien nuestra relación con nosotras mismas, con los otros y con nuestro entorno social, político, económico y ambiental. Estas estrategias están cruzadas por un feminismo radical, a favor de cuerpos y sexualidades diversas, ecológico, sostenible, multicultural, donde LA SALUD/LA VIDA está en el centro de todas las decisiones. La economía debe estar ahí para servir a los cuerpos y no al revés.

Estrategia 1: ver de cerca al Pater Noster ¿Cuál es mi imagen de dios?, ¿dónde están las mujeres?, ¿qué rol juegan?, ¿dónde me siento reflejada en esta historia? ¿Cómo sería una relación con lo espiritual que acepte y celebre mi cuerpo y mi sexualidad? La cultura occidental, blanca, colonial, machista, heteronormativa, explotadora y capitalista tiene su fundamento en la religión cristiana. Está basada en sus evangelios y en la herencia de sangre de las acciones históricas de la Iglesia. La religión cristiana es altamente islamofóbica, persiguió sistemáticamente a judíos, y musulmanes y fue altamente intolerante con otras sectas cristianas a las que la Iglesia Católica exterminó a través de la Santa Inquisición, como los Cátaros, los Valdenses, los Albiguenses y las Beguinas; y cualquier culto pagano —que habían muchos; dado que la mayoría del pueblo practicaba la agricultura y sus deidades estaban fuertemente vinculadas a la naturaleza: la tierra, las estaciones, las fases lunares y a todos aquellos fenómenos necesarios para garantizar una buena cosecha. Nathan D. Wolfe,34 Claire Panosian Dunavan,35 and Jared Diamond. (2012). Origins of Major Human Infectious Diseases [Orígenes de las enfermedades humanas más infecciosas]. National Academies Press. National Center for Biotechnology Information. Recuperado de https://www.ncbi Las beguinas fueron una secta cristiana de mujeres durante la Edad Media. Como escritoras, las beguinas encontraron el obstáculo de ser laicas y mujeres, pero alegaron el mandato de la inspiración divina. En este sentido, las beguinas rivalizaron con el poder eclesiástico y patriarcal, al considerar la experiencia religiosa como una relación inmediata con Dios, que ellas podían expresar con voz propia sin tener que recurrir a la interpretación eclesiástica de la palabra divina”. Extracto tomado de: wikipedia.org/wiki/Beguinas


Entre el siglo XV y el XVIII en Europa se realizó la cacería de brujas, donde la Iglesia torturó y asesinó “entre 200 y 500.000 personas acusadas de brujería, cerca de un 80% de ellas, mujeres”. Tristemente, en el 2020 aún presenciamos el horrible asesinato “por brujo” de Domingo Choc Che, un indígena maya con conocimiento sobre plantas y métodos de curación ancestrales. El cristianismo continúa colonizando ideológicamente con sus “misiones” en la Amazonia y África. La religión sigue siendo la propaganda del patriarcado y últimamente del neoliberalismo. Los grupos religiosos más radicales afectan la política con discursos anti-aborto, anti-derechos de personas LGTB+, anti-educación sexual... y con los viejos discursos desacreditan la participación de la mujer en la sociedad: desde el carácter pecador de la mujer (Eva), hasta la imagen de la “madre sacrificada”, donde la negación del cuerpo y la sexualidad femeninas son centrales para poder “hacer la voluntad del Padre”. Según el cristianismo, las mujeres somos un ser derivado de un hombre y nuestro “ser” /razón de ser- está vinculado a él. En la religión encontramos historias que nos atraviesan desde nuestra más tierna edad y que conformaron y conforman nuestra idea de hombre y mujer, y sus roles en la sociedad. Si logramos ser críticas de estos dogmas, podremos liberarnos de algunas de las cadenas más viejas que cargamos. Estrategia 2: reconocer nuestra naturaleza Para todos es claro que el modelo económico que consiste en la explotación irracional de los recursos (incluyendo los humanos) es insostenible. Esta “licencia” para destruir ecosistemas y poner en riesgo la vida y la salud de comunidades enteras es el quinto crimen contra la Paz y se llama Ecocidio. Estas acciones se basan en la falsa creencia de que somos diferentes de la Naturaleza — somos hijos de Dios—y que por lo tanto ella está a nuestra disposición. Nada más lejano de la realidad, compartimos 96% de nuestro ADN con chimpancés y bonobos, 80% con gatos y hasta un 60% con la planta de banano; de hecho solo la mitad de nuestro cuerpo está compuesto por células humanas, ¡el resto de nosotros son bacterias! Somos terrícolas, somos parte y dependientes de la Vida que habita en este planeta. Estrategia 3: la salud es nuestra guía Sabiendo lo anterior, lo que sigue es curarnos. Esto significa tomar decisiones todos los días que ayuden a sostener la salud/vida. Una de las formas más efectivas de hacerlo es comer sano. Hay un montón de teorías de lo que esto puede significar y podríamos perdernos en ellas pero creo que todos tenemos una idea bastante clara de los hábitos y productos que nos hacen mal y deberíamos dejar, e incluir un par de buenos: más frutas, más vegetales (ojalá productos nacionales y orgánicos), ejercicio y meditación. Ya está comprobado científicamente y hay miles de estudios sobre lo beneficioso que es hacer ejercicio y meditación, incluso para mejorar el estado anímico y la salud del cerebro. El ejercicio y la meditación deberían ser parte de toda nuestra vida. Cuando comemos sano reducimos el consumo de “cochinadas” que nos enferman y reducimos la contaminación: estos tienen procesos de producción energéticamente costosos y utilizan plásticos, aluminio, etc. Sanos nosotros, sana la Tierra y al revés: sana la Tierra, buena la cosecha, buena el agua, buena la salud. La otra parte es conocernos e interesarnos por el funcionamiento de nuestro ser incluyendo nuestro componente emocional, nuestra psique y nuestro cuerpo. Es importante conocer nuestro ciclo menstrual y hormonal, e ir a la ginecóloga todos los años. Igual aquí -cuando podamos- escojamos los métodos anticonceptivos y los procedimientos médicos menos agresivos con nuestro cuerpo.

Federici, S. "Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria". Ed. Traficantes de Sueños, 2010. Esta ley intenta hacer responsables a las empresas que cometen estos crímenes. Sería buenísimo que Costa Rica la firmara también: https://www.protectoresdelatierra.org/ Lee, Samantha y Ramsey, Lydia. (6 de abril 2018) Humans share almost all of our DNA with cats, cattle and mice. [Los humanos compartimos casi todo nuestro ADN con gatos, ganado y ratones.] Periódico Independent, sección Ciencia. Recuperado de: https://www.independent.co.uk Redacción BBC Mundo. (11 de abril 2018). Por qué la mitad de tu cuerpo no es humano (y cómo eso es fundamental para tu salud). Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo


Estrategia 4: ser políticamente activo El que calla, otorga. Ser bueno está bien pero falta más: hay que ponérsela difícil a los “malos”. Necesitamos apoyar y demandar políticas que protejan la salud, defiendan y aseguren los derechos humanos, y promuevan el bienestar social y económico con la salud/vida al centro. Un caso típico de Ecocidio, es por ejemplo apoyar los esfuerzos para regular el abuso de agroquímicos en Costa Rica, que pone en peligro a los trabajadores y a las comunidades cercanas a las plantaciones de piña y que contaminan el agua que consumimos. También es urgente la reducción de las emisiones de CO2 que causan enfermedades en las vías respiratorias y nos convierte en una población más vulnerable a enfermedades infecciosas como el COVID-19. Si la economía y la política se centran en crear salud, automáticamente estaremos protegiendo vidas humanas y los ecosistemas. Hace falta mucho trabajo por delante para implementar políticas de protección ambiental. Estrategia 5: relaciones sanas a. Conmigo misma ¿Qué nos decimos frente al espejo?, ¿qué pensamos de nosotras mismas?, ¿qué pensamos cuando tenemos un desafío?, ¿cómo nos hablamos? ¿Cuáles son los pensamientos/temas recurrentes?, ¿nos tratamos con cariño?, ¿nos hacemos caso, nos escuchamos, satisfacemos nuestras necesidades? ¿Qué cosas voy a cambiar? La primera relación sana que debemos mantener es con nosotras mismas. Además de la alimentación y el ejercicio, es deseable mejorar nuestra autopercepción. Las mujeres en especial nos preocupamos mucho por la imagen que damos y por la opinión de los demás. Pasamos copiando y compitiendo con los ideales estéticos más frescos del mercado que generalmente son racistas, sexistas y clasistas. También es fácil sucumbir a productos cosméticos y tratamientos estéticos que comprometen la salud. Seamos críticas y conscientes, tomemos decisiones que apoyen la vida/salud por encima de la apariencia. Es hora de volver la mirada hacia nosotras y revisar el diálogo interior. Esta es una de las formas más fáciles de acceder al inconsciente y empezar a deshacernos del patriarcado interiorizado. Escribamos como un ejercicio para saber lo que estamos pensando, cuáles dudas nos atraviesan, qué es lo que queremos, lo que ya queremos dejar de lado, cómo nos sentimos, etc. Una vez puestas en el papel, nos podemos ver y decidir cambiar las ideas por otras que nos sirvan más, buscar ayuda o lo que sea necesario. Lo de escribir sin negativos es un buen ejercicio para incorporar en todos los textos que escribamos para ser leídos e idealmente en nuestro lenguaje, pues es una forma de verse obligada a dejar otro de nuestros grandes vicios: pensar en opuestos.

b. Con los otros Debemos reconocer que todas estamos, en algún momento de nuestras vidas, en una situación de poder y/o privilegio. Es nuestra tarea aprovechar este momento para actuar de la manera más consciente y ética posible. Estamos en un momento donde la colaboración no solamente es deseable pero necesaria para mantenernos sanas mental y emocionalmente, y para hacer valer nuestros derechos. Con el COVID-19 seguimos estando en un escenario de gran incertidumbre y ya vemos que el diálogo ha tomado gran importancia como ejercicio para atisbar las diferentes realidades y la propia. Existen por lo menos 4 temas en los que podemos trabajar:


Clasismo: Esto permea a todos los estratos de la sociedad y es eje central de la cultura de consumo y acumulación. La idea de que “para ser alguien hay que tener” significa que el único valor del individuo radica en su capacidad de acumular riqueza. Por ejemplo, al migrante pobre se le desprecia - aunque venga a trabajar y nos veamos beneficiados por esto - y al migrante rico se le abre la puerta sin cuestionamientos. Lo mismo ocurre con los robos en la política, y cómo queda un resabio de admiración de lo “vivo” que fue el ladrón. A nivel personal podemos valorar las cosas por lo que son (materiales amigables con el ambiente, duraderos, procesos de producción limpios y de comercio justo) y dejar de presumir el precio o la marca (status). En cuanto a la relación con las personas, significa estar abierto a escuchar y tratar a todas las personas con respeto. Existe la creencia de que alguien que no estudió “es un ignorante”. Todos tenemos algo que decir, y la educación sigue siendo un privilegio que muchas veces educa para reforzar este modelo capitalista y repetir la cultura patriarcal que queremos dejar. Machismo: Acerquémonos al feminismo. Leamos, preguntemos, conversemos. Recordemos que nosotras también podemos ser machistas y misóginas. Hay mujeres que odian a otras mujeres porque sienten “competencia”. Estemos conscientes de conceptos como líder, ganar, jefe, mandar, competir, etc., propios de las formas de hacer patriarcales y cambiémoslos por colaboración, diálogo, excelencia, profundidad, revisar, retomar, invitar, etc. Si queremos ser menos machistas pensemos en modo madre, consideremos sus necesidades también somos mujeres. Por ejemplo, si una colega es mamá, hablemos con ella sobre un horario que sea compatible con las horas de cuido de los hijos, para garantizar su participación. Si hay una actividad feminista, consideremos poner a alguien a que entretenga a los niños para que las mamás puedan tomar parte. Hagamos espacios donde ellos puedan estar mientras las madres ven exposiciones. (Por ejemplo: una mesa con lápices de color y papel, un par de libros infantiles y una canasta con legos y rompecabezas.) Un punto que quiero tocar es “el odio a los niños”. Es igual de fascista que decir: odio a los: incluya un grupo aquí. Ese odio es culpa de la intolerancia y la cultura de la falsa individualidad que nos han vendido, pues todos fuimos niños y, en una sociedad sana, también madres y niños deben poder coexistir con el resto de la sociedad. Racismo: La diferencia entre el ADN de un ser humano y otro sean negro, chino, indígena, alemán o tico es del 0,1%. Y aunque fuera de un 99,9% todos somos humanos y en una democracia todos debemos tener los mismos derechos y deberíamos tener las mismas oportunidades para desarrollarnos. Dejemos de alimentar fantasías blancas…las valle-centralistas creemos que somos blancas. Así parece en Costa Rica, pero en el resto del mundo somos latinas y mestizas. Si sentimos la necesidad de exagerar o recalcar sobre nuestros orígenes, revisemos por qué. Hay muchas frases racistas que tendemos a repetir. Dejemos de hacerlo. Si alguien cuenta un chiste xenofóbico/homofóbico/misógino/racista digamos algo, evitemos que se asuma como normal. Si para nosotras es inimaginable estar con alguien por su raza, trabajemos con paciencia ese tema y deshagámonos de estos discursos harto repetidos por la cultura. Esto aplica para cualquier grupo: démosles voz. En lugar de hablar de indígenas, invitémoslos a participar. Si queremos apoyar/ayudar a algún grupo: preguntémosle cómo podemos hacerlo, pongámonos a su disposición. Prohibido llegar con “mi idea” e imponerla, el grupo es siempre el que decide.


Trans/Homofobia: Los opuestos absolutos no existen. “Las mujeres” y “los hombres” son construcciones sociales estereotípicas que varían incluso de cultura a cultura. Sé que estos temas son de difícil asimilación para las personas que se sienten identificadas con su género y son heterosexuales (cisgénero), porque pocas veces o nunca se han cuestionado “sus gustos”, porque creen que son “normales” y “sanos”. Si ese es el caso, por favor leamos e informémonos, y si no sabemos nada sobre el tema por lo menos abstengámonos de opinar. La forma en que educamos a las niñas y a los niños es diferente, las expectativas culturales para ambos sexos son diferentes. La heteronormatividad y los estereotipos de hombre y mujer son mecanismos para explotar y reprimir a las personas, a todas y en especial a aquellos que no se someten a las reglas del juego. Si sentimos un poco de transfobia/homofobia o hemos dicho: “no soy así pero que no me toque”, tenemos que revisar cuál es el miedo. Y si le echan a uno/a el caballo -como lo hacen los heteros- igual uno siempre puede decir: “no, gracias”. Hoy más que nunca, con el Covid-19, hemos entendido que lo que hace una persona puede afectar a otras. En este caso se trata de un virus. En nuestras sociedades son enunciados de la cultura patriarcal que circulan constantemente y afectan nuestra percepción de nosotras mismas y de los otros. Estemos seguras de que cada frase que usamos tiene un impacto. Cada interacción con otros también. El patriarcado tiene sus días contados y es como un dinosaurio moribundo que dará su lucha -una lucha brutal- hasta el último segundo de su vida. Tenemos que tomar el presente en nuestras manos, no podemos regresar a la normalidad pre COVID-19 como si hubiera sido un buen lugar. Ya sabemos demasiado.

Clarín.com/ Sociedad. (21/05/2018). Trabajo de estadounidenses y suizos. No tan distintos: revelan que la diferencia genética entre humanos es ínfima. Recuperado de: www.clarin.com


CONVERSACIONES EN AISLAMIENTO ELENA KETELSEN GONZÁLEZ, ELYLA Y ALEXANDRA LYTTON REGALADO


“Las instituciones artísticas nos están fallando” Conversación con Elena Ketelsen González

Miguel A. López (MAL): ¿Cómo estás personalmente, y cuál es el impacto que ha tenido el COVID-19 en su vida y trabajo? Elena Ketelsen González (EKG): Por dicha estoy bastante bien. Reconozco que es un momento difícil para trabajadores culturales en Nueva York y existe mucha incertidumbre. Justo antes de la pandemia fui contratada por la nueva directora de MoMAPS1, Kate Fowle. Mi cargo (Senior Fellow of Public Programs and Community Engagement) fue creado por ella y forma parte de la nueva estrategia comunitaria de la institución. Por muchos años, PS1 ha sido un lugar increíble y experimental para el fomento del arte contemporáneo, y hay ahora el deseo de involucrar aún más personas y responder a las necesidades de Queens, que es el barrio más diverso de Nueva York. Eso no quiere decir que no existan ya muchas comunidades alentadas por la programación de PS1 y eventos como WarmUp, sino que tenemos la oportunidad de ampliar ese alcance y darle seguimiento. Sin embargo, no ha sido nada fácil comenzar un trabajo nuevo ahora. Recuerdo que en mi entrevista dije que lo primero que iba a hacer era caminar por el barrio, observar, escuchar. Tenía planeado asistir a las juntas comunitarias y tener reuniones con líderes en la comunidad. Quería ir a las escuelas y conocer a los directores y profesores. Obviamente todo esto está en pausa, y ha sido un proceso acoplarme a la situación y ver cómo mi trabajo aún así puede tener un impacto positivo con las restricciones que nos han impuesto debido a la pandemia. Por eso hemos tenido que traducir algunos de nuestros esfuerzos al mundo digital y he aprendido mucho sobre estas tecnologías. También me ha dado más tiempo y espacio para pensar en la filosofía de esta iniciativa y el futuro. No quiero imitar los departamentos educativos de otros museos porque esos modelos siguen existiendo dentro de las jerarquías tradicionales y posicionan a los curadores y educadores como los expertos y propietarios de todo conocimiento cultural. Así que sigo en mi proceso de escuchar y adaptarme a las necesidades de las muchas comunidades con las que queremos colaborar y aprender. MAL: ¿Y cómo ha impactado la pandemia y este nuevo trabajo en tu rutina personal? EKG: A nivel personal la pandemia me ha llevado a vivir cosas que no me esperaba y que muchos de nosotros que vivimos en vaivén entendemos. Al comenzar un trabajo nuevo en Estados Unidos, normalmente tienes que esperar un par de meses para que tu seguro médico sea vigente. Cuando comencé a finales de marzo, la situación apenas iba empeorando en Nueva York, tenía mucho miedo de enfermarme y no tener cómo financiar mi tratamiento o que me lo negaran. Mi pareja es inmunosuprimido, así que tomamos la decisión de hacer la cuarentena en Puerto Rico, de donde es él. Siendo yo de Costa Rica y estando lejos de mi familia, sentía que era lo correcto estar aquí y ha sido un gran privilegio tener esa opción. Justo cuando tomamos esa decisión, empezaron a cerrar fronteras en Centroamérica y el resto de Latinoamérica, y muchos de mis amigos decidieron regresar a sus países porque sus visas estaban a punto de vencerse o no querían quedar atrapados. Ahora no sé cuando volveré a ver a estos compañeros ya que Trump está utilizando la pandemia para legislar sobre inmigración y las fronteras. Mi madre tuvo que volver a Costa Rica hace un mes en un vuelo de rescate para poder ir a cuidar a mi abuela, y tampoco sé cuando podré volver a verlas. Así que creo que para muchos de nosotros, la pandemia ha expuesto nuevamente la precaria situación de serinmigrantes en este país y lo fácil que se pueden cerrar fronteras sin explicación. Tenemos que mantenernos vigilantes porque hay muchas protecciones que se nos están negando y que podrán sentar un precedente para más legislatura discriminatoria.


Además viviendo en Puerto Rico he aprendido mucho sobre la isla y la herida colonial que viven los boricuas. Las medidas de prevención han sido muy fuertes y llevamos tres meses bajo toque de queda que comienza cada noche a las 7pm. Muchas de estas medidas las entiendo como una confirmación de que el gobierno no sabe cómo lidiar con la pandemia y demuestra lo vulnerable de la isla después del huracán María (en 2017). Así como los inmigrantes no recibieron ayuda económica del stimulus package, tampoco esa ayuda ha llegado a Puerto Rico y el gobierno se lava las manos diciendo que han sido errores administrativos. Se me ha hecho bastante claro que esta herida colonial sigue muy presente en todos los aspectos de la vida aquí –desde la infraestructura, la salud, la educación. En menos de un año, han tenido 3 gobiernos distintos, y ese desorden es muy palpable. Otro ejemplo de esta relación colonial es que Puerto Rico pidió cerrar los aeropuertos y los Estados Unidos no dio permiso. El presidente Trump puede actuar unilateralmente para tomar esas decisiones que afectan al pueblo, pero el gobierno puertorriqueño no tiene esa misma autonomía. En fin, todo lo va a determinar el gobierno de Estados Unidos y la Junta de Control Fiscal ,ya que el poder queda en manos de pocos y nos siguen privando de mucha información. MAL: Hasta antes de la pandemia venías gestionando con regularidad el programa de La Salita, un espacio que fundaste en Nueva York, que ha quedado momentáneamente interrumpido. ¿Cómo han replanteando las actividades y dinámicas del proyecto en estas circunstancias?

EKG: La Salita acaba de cumplir un año en mayo y teníamos mil planes para celebrar y las siguientes exhibiciones ya programadas. Es un programa independiente que yo dirijo, entonces, la interrupción fue un shock para mí y no sabía bien cómo navegar el giro a lo digital, sobre todo porque, además de ser un espacio dedicado a destacar el trabajo de artistas trabajando en América Latina y artistas inmigrantes y latinx trabajando en los Estados Unidos, también se ha vuelto un punto de encuentro y generación de comunidad en un espacio creado por nosotrxs, Al no poder seguir la programación física, de repente vi una oportunidad increíble de reunir a las personas con quienes había colaborado. Este mundo digital ha roto muchas barreras de participación y ha sido un buen momento para poner en conversación a artistas y curadores de distintas partes de Latinoamérica y el Caribe. La primera exhibición en La Salita fue con el artista colombiano Alejandro Sánchez, quien vive y trabaja en Bogotá. Así que con él y el proyecto periodístico La Salomónica, arrancamos en mayo una serie digital de visitas y charlas por IG live. En esa serie también pude trabajar de nuevo con la curadora costarricense Paz Monge, quien trajo a La Salita dos artistas costarricenses cuyo trabajo me ha encantado seguir y ver evolucionar en el último año: Pía Chavarría y Paz Ulloa. Normalmente no es posible colaborar así con toda la comunidad de La Salita porque todos están en distintas partes, entonces ha sido muy lindo poder reconectar y seguir las conversaciones de forma digital. Por el momento he pausado la programación porque estoy trabajando en iniciativas alrededor del movimiento BLM (Black Lives Matter) y también tomando un momento para organizarme, pero tengo pautado volver en julio con visitas virtuales de artistas en México y Chile. Tal vez lo más importante que ha salido de La Salita en este tiempo ha sido el rediseño y lanzamiento de la página web creado por uno de nuestros artistas, Ricardo Cabret. Es increíblemente importante poder archivar este proyecto y las muchas colaboraciones. Sabemos que el archivo puede moldear la historia e históricamente se ha utilizado para excluir de la historia también; así que entre más control tengamos sobre cómo se cuentan nuestras historias, mejor.


MAL: La reciente muerte de George Floyd ha encendido nuevamente la rabia frente a las estructuras racistas y coloniales que organizan el mundo. Esto ha implicado también una interpelación fuerte a las instituciones artísticas. ¿Cómo ves las respuestas de instituciones y museos frente a esta situación? ¿Qué destacaría entre las varias iniciativas, gestos o acciones que se vienen poniendo en movimiento desde las instituciones en estos días?

EKG: Las instituciones artísticas nos están fallando. Si un presupuesto es una declaración de valores así como lo es el presupuesto nacional, queda claro que los museos son cómplices en la marginación de sus trabajadores más vulnerables. Un ejemplo es el MoMA que, a pesar de tener una dotación de casi un billón de dólares, despidió a su fuerza laboral independiente de educadores apenas comenzó la pandemia. Normalmente estos trabajadores son los más representativos de la población actual y es donde más diversidad existe dentro del museo. Cuando veo una institución que pretende apoyar a la comunidad afroamericana publicando una nota de apoyo en sus redes sin dar ningún respaldo económico a las personas que se ven afectadas ahora mismo por esta violencia, entiendo que simplemente no es suficiente. Exigimos una mejor respuesta que analice las tácticas coloniales de la institución en cuanto a la colección de objetos y el pavoneo de las culturas racializadas sin apoyar verdaderamente a las comunidades de donde provienen estos artistas. La cultura hay que apoyarla mientras pasa, no después en una exhibición nítida sobre protesta. Por eso es tan importante que los trabajadores culturales potencien sus cargos y su autonomía como pensadores y organizadores fuera de la institución, para ejercitar sus derechos dentro de la institución. Natalia Viera Salgado y Patrick Jaojoco escribieron y difundieron una carta abierta de los trabajadores de arte y cultura de la Ciudad de Nueva York exigiendo la desfiscalización de la policía y la inversión en las comunidades racializadas. Ya tiene más de 3,000 firmas y sé que mis colegas en varios museos de Nueva York están exigiendo también que cada museo examine las dinámicas racistas que existen internamente y en las interacciones diarias. Dicho esto, algunas instituciones han prestado su plataforma para que organizadores recauden fondos y sus voces sean amplificadas. En mi puesto en PS1, ha sido importante descentralizar la voz institucional y en vez resaltar la labor de estos artistas y activistas. Esto comenzó desde antes de las protestas con la iniciativa care package, la cual utiliza Instagram en forma takeover. Lanzamos esta iniciativa con Guadalupe Maravilla, un artista originario de El Salvador quien habla de migración en su trabajo y colabora frecuentemente con personas indocumentadas. Durante la pandemia ha estado apoyando a la comunidad indocumentada que fue excluida de ayuda gubernamental con ayuda monetaria y también con víveres a través de ayuda mutua. Con las protestas decidimos expandir esta iniciativa y prestar nuestra plataforma a grupos como G.L.I.T.S (Gays and Lesbians Living in a Transgender Society). En este momento las instituciones culturales deben escuchar, aprender, y apoyar sin la necesidad de ser la voz autoritaria sobre estos asuntos en los cuales no son expertos. Tenemos demasiado que aprender y mucho trabajo interno por hacer si queremos ser verdaderamente equitativos y anti-racistas en estos espacios. MAL: La semana pasada (9 de junio) se anunció que Warren Kanders abandonaba el negocio de la producción de gases lacrimógenos debido a la enorme presión pública y continuas protestas contra él y el Museo Whitney –presión que lo había hecho ya, poco antes, renunciar a la junta del museo. ¿Cómo interpretas este desenlace –una victoria– en medio de las varias luchas sociales que, frente a esta crisis, amplifican aún más estas demandas? EKG: Publiqué sobre esto en mi Instagram apenas me enteré, comenzando con que no sabía describir lo que sentía al leer esa noticia. Ojalá Kanders no solo abandonara el negocio, sino que redistribuyera todas sus ganancias a los víctimas de sus gases lacrimógenos –eso sería justicia.


Sin embargo, sigue siendo una victoria para nosotros los trabajadores que iniciamos la carta [desde el Museo Whitney], y para todos los artistas y activistas que siguieron luchando para que Kanders se fuera de la junta del Whitney. Safariland (la empresa de Kanders) es un ejemplo interesante del complejo industrial-militar y el alcance que tiene. Estos gases lacrimógenos fueron utilizados contra los manifestantes de Black Lives Matter en Ferguson después de la muerte de Trayvon Martin en el 2014, y en la frontera contra migrantes y refugiados. Fue utilizado en Standing Rock contra los manifestantes indígenas, y en Puerto Rico durante las protestas contra Ricardo Rosselló. En fin, se ha utilizado como arma contra todas las comunidades marginadas, racializadas, y violentadas por el gobierno y sus funcionarios. Por eso mismo, este desenlace es una victoria interseccional y puede servir de aprendizaje. A la vez, las enseñanzas de esta experiencia me provocan un sentimiento agridulce, así como cuando leí la noticia de Kanders. Al escribir la carta mientras trabajaba en el Museo Whitney rápidamente vi desentrañar la cultura de supremacía blanca a nivel institucional –la cual existe en muchísimas organizaciones– y la realidad de que muchos de mis colegas no podían imaginar otro mundo porque nunca antes lo habían tenido que hacer. No obstante, esa crítica interna, y luego pública, disparó una secuencia de sucesos en la cual el museo fue forzado a analizar y repensar lo que significaba ser un museo de arte estadounidense. Dentro de ese replanteamiento de la posición del museo surgieron varias iniciativas y creo que los líderes de la institución tuvieron que reconocer que no estaban cumpliendo con las necesidades del público ni de sus trabajadores. Al hacer la bienal bilingüe, por ejemplo, el museo logró visibilizar y honrar a su público hispanohablante (¡el 25% de neoyorquinos habla español en casa!) y la exhibición “Vida Americana: Mexican Muralists Remake American Art” ha sido un paso importante en ampliar la definición de lo que es ‘arte americano”. La otra enseñanza aquí es el poder que tienen los artistas de exigir las condiciones en las cuales se exhiben su trabajo, y que esas condiciones van más allá de la presentación material de la obra e incluyen las condiciones filosóficas y económicas en las cuales opera el museo.

San José / San Juan, 17 de junio de 2020


“Las instituciones artísticas nos están fallando” Conversación con Elena Ketelsen González Miguel A. López (MAL): ¿Cómo estás personalmente, y cuál es el impacto que ha tenido el COVID-19 en su vida y trabajo? Elyla (E): Me encuentro bien. Estoy en un pueblo muy pequeño de Pennsylvania Central, en los últimos dos meses de mi residencia como becarix del Fondo de Protección para Artistas (IIE-APF). Esto ha significado para mí contar con cierta protección y estabilidad que muchos otros artistas no han tenido ante el COVID-19, especialmente los artistas en las grandes ciudades de Estados Unidos y más aún los artistas de Centroamérica que es de donde yo me muevo y de donde vengo. Desde los inicios, la experiencia en mi residencia ha sido bastante solitaria, no solo por la naturaleza de la residencia internacional sino porque así decidí mantener mi día a día, como una estrategia de autocuidado. Vine acá cargando en mi cuerpa el impacto de estar involucrada desde mis trincheras en la rebelión estudiantil de 18 de Abril en Nicaragua y el reto de traducir todos esos aprendizajes/reflexiones hacia mi labor como artista y activista. Después de un tiempo mis ganas de producir arte político se sintieron nuevamente honestas y corporizadas, algo difícil de encontrar cuando estás simplemente tratando de sobrevivir en medio de un régimen que quiere matar todo lo que no se alinea con sus agendas políticas. El COVID-19 vino, de cierto modo, a seguir poniendo a prueba la capacidad que tengo de agenciar espacios de resistencia y, al mismo tiempo, obligándome a comprender este detenerse como un ejercicio reflexivo diario/cotidiano vital que es abono para una resistencia realmente crítica y retadora; no porque los gobiernos nos manden a detenernos, sino porque, como artistas, tenemos la labor de siempre parar y pensar cuales son los significados detrás de los discursos hegemónicos utilizados en las crisis que marcan nuestros territorios. Esta crisis del COVID-19 también ha significado para mí ver venir la tormenta dos veces y ver sus estragos doblemente. Lo que vivo aquí en Estados Unidos, ver el impacto del virus en este territorio y todo lo que eso significa emocionalmente, lo estoy viviendo nuevamente ahora que el COVID-19 esta peaking en Nicaragua. Eso es lo más difícil en todo esto: el cansancio emocional y afectivo que conlleva acuerparse en estas situaciones de crisis. Y pues al igual que muchos artistas, también tuve que cancelar la inauguración de mi exposición derivada de la residencia y decidir montarla a mi retorno a Nicaragua, por supuesto, cuando el contexto lo permita. MAL: ¿Cómo evalúan, desde Operación Queer (OPQ), el manejo de la pandemia en una Nicaragua que ha reaccionado tarde, y la forma en que esto amplifica la violencia contra los cuerpos transgénero, seropositivos y sexo-disidentes? E: A nivel del colectivo reconocemos la vulnerabilidad de todas las personas en Nicaragua en estos momentos, pero en particular la de la población LGBTIQ que se ve afectada en gran medida por la falta de respuesta del gobierno –en especial las personas inmunocomprometidas y cuerpos trans o sexo disidentes. El gobierno de Nicaragua no solo está activamente desprotegiendo a la población más vulnerable, sino que incluso organizando eventos que la expone a todavía mayor riesgo. Este actuar del gobierno es congruente a su propio historial, donde podemos ver un discurso de reivindicación de derechos para la población LGBTIQ que no viene de la mano de acciones concretas que garanticen nuestro bienestar. Esto es solo una forma más de violencia de las muchas que el estado de Nicaragua ha venido infligiendo hacia la comunidad sexualmente diversa: es una violencia sistémica disfrazada de discursos inclusivos, nada más.


Como colectivo nos parece importante que todas las organizaciones –ya sea auto convocadas u ONGs de la diversidad sexual– que estén trabajando el impacto del COVID-19 en la comunidad, haciendo la labor del Estado en este momento, puedan afinar los lentes con los cuales analizamos la vulnerabilidad de nuestra propia comunidad y reconocer aquellas con mayor necesidad de apoyo. Creemos que es ahora cuando la interseccionalidad es más importante para poder llegar a las personas y poblaciones más vulnerables y excluidas, incluso dentro de los mismos canales de apoyo que se generan en estos momentos. Y de manera personal, quiero agregar que lxs cuerpos sexo-disidentes, trans, no binarixs, pobres, seropositivos, trabajadoras sexuales, indígenas, negrxs, cuerpas de la Nación Mosquitia, siempre han sido, en la historia de Nicaragua, el virus que viene a desestabilizar todos sus proyectos democráticos o revolucionarios de Estado-Nación que son racistas y coloniales. Este no actuar del gobierno es un acto consciente de limpieza social de nuestros cuerpos indeseables. Al igual a como la crisis del COVID-19 en Estados Unidos afectó con mayor impacto a las comunidades negras, latinxs, LGBTIQ+, que sufren la violencia sistémica, así sucede en Nicaragua y a un nivel de desamparo más alarmante. MAL: Algo que también llamó mi atención desde los inicios de la pandemia es el despliegue de ciertos términos por parte del régimen de Ortega y Murillo. La marcha “El amor en tiempo de coronavirus” que ellos convocaron a mitad de marzo era una manera de instrumentalizar y robar el significado de términos como “cuidado” o “amor” de las comunidades organizadas que están resistiendo no solo a la pandemia sino al autoritarismo gubernamental. ¿Cómo sientes que opera el lenguaje en estas circunstancias, y qué formas de resistencia tienen lugar frente a ello? E: Sabemos que el gobierno Ortega-Murillo utiliza una retórica reduccionista a cuesta de la narrativa anti imperialista de los años ochenta, dirigida a sus seguidores fieles que todavía es muy efectiva. Podemos ver cómo los esfuerzos por parte de la sociedad civil, organizaciones por los derechos humanos o movimientos independientes críticos al gobierno que abordan el COVID-19 como una amenaza imperante de salud pública, son clasificados como actos ‘terroristas’ financiados por la CIA –discursos que sus seguidores creen firmemente. Es una ceguera cruel y alimentada de forma consciente por el gobierno para mantenerse en el poder. Aun así, creo que la mayoría de la población comprendemos el cinismo en sus campañas oficialistas como una estrategia populista para adormecer al pueblo y continuar afianzando el binarismo partidario de los azul-y-blanco contra los rojo-y-negro, el cual no deja espacio para una reflexión más compleja en la esfera pública. Ante esa realidad, podemos ver en Nicaragua reacciones que varían desde olas de memes hasta artículos independientes o editoriales de prensa que abordan lo ridículo, trágico y espeluznante que representa la apropiación banal por parte del gobierno de los enunciados de cuido y prevención que empleamos frente al COVID-19 o ante cualquier otra manifestación crítica de ser el caso. Las formas de resistencia a las que apuesto están sucediendo en este momento. Lo veo en la organización local y contextualizada, autónoma, y que logra crear demandas específicas, informadas por las necesidades de cada territorio del país. No son lo mismo los efectos del COVID-19 en la región del Pacífico de Nicaragua que el impacto que tiene en la Nación Mosquitia donde se encuentran la mayoría de las comunidades indígenas del país. Estas formas de resistencia contextualizadas siempre han estado ahí, pero han sido liderazgos perseguidos, ignorados y silenciados históricamente y que parece que requiere que ocurra una crisis de este tipo para reconocerlos a nivel nacional y regional. Ahora que parece que podemos entender que estamos siendo afectados por una misma crisis, toca reconocer las diferentes formas de violencia sistemática a las que somos sujetos y escuchar a aquellos que cargan cientos de años de opresión en su espalda.


MAL: La reciente muerte de George Floyd ha encendido nuevamente la rabia frente a las estructuras racistas y coloniales que organizan el mundo. Desde América Latina, la historia es particularmente compleja porque mucha de la memoria afrodescendiente ha sido borrada, e incluso la noción misma de ‘latinidad’ o ‘mestizaje’ ha servido para excluir esa memoria de los cuerpos afrodescendientes, racializados y de piel oscura. E: El efecto que esto ha tenido en nuestros territorios ha sido interesante porque simultáneamente parece haber un despertar repentino de la sociedad al racismo en la región centroamericana –entiendo ese despertar como una conciencia del privilegio blanco o blanco-mestizo en nuestros territorios. Desmantelar la latinidad y el mestizaje como aparatos coloniales y racistas es una tarea que nos toca a todes, donde sea que nos encontremos. También creo que es importante reconocer que la experiencia de lucha de los cuerpos en la diáspora latinx racializada y afro-latina en el territorio de Estados Unidos, y los cuerpos racializados, afro-descendientes en el territorio centroamericano, aunque similares al recibir el mayor filo del racismo sistémico, contienen muchas aristas de reflexión que deben ser contextualizadas. Es ahí donde está la complejidad a la que te referís. Es urgente que los espacios de la lucha antiracista sean liderados por voces de las comunidades afrodescendientes e indígenas de nuestros países y amplificarlos. Es decir, que como cuerpos blancos o mestizos no cooptemos esos espacios. Eso significa darnos la tarea de aprender y revisarnos, escuchar a gente como [la pensadora indígena maya q’eqchi y xinka] Lorena Cabnal, por ejemplo, y sentipensar lo que nos enseña desde el feminismo comunitario. Es solo a través de un trabajo activo antiracista, en el día a día, como cuerpos no-negros, que podemos ser verdaderos aliados a la lucha, y lo mismo para quienes hemos sido construidos desde el mestizaje. Desde la colectiva OPQ estamos comprometidos también a generar espacios de reflexión en la región centroamericana, comenzando con el taller “Escrituras e Imaginarios: Ejercicios de ‘yo’ político, colonialidad y racismo en las memorias de la diversidad sexual” impartido por la activista escritora anti racista de República Dominicana, Johan Mijail. MAL: ¿Y cómo procesas esta situación en tu propia experiencia personal? E: De manera personal, desde hace tiempo estoy trabajando en develar/problematizar las raíces del mestizaje y el racismo en mi memoria e historia. Reconozco que es ahí donde está mi lugar en esta lucha. Esas exploraciones me han llevado a lo “barro-mestiza” que es de dónde y cómo me enuncio ahora, entiendo esto como un ejercicio investigativo en mi devenir ante un cruce de caminos impregnado por la modernidad, la colonialidad, el mestizaje y la sexualidad disidente. Te comparto un texto situado corto que cuenta cómo me va en este viaje: “Barro-mestiza no es un viaje hacia la hibridez, al contrario... es un detener de la fluidez para reconocer los cortes/heridas coloniales y racistas en el devenir de mi cuerpa, es un congelar de las pesadillas en el imaginario del tiempo. En otras palabras más cercanas al cuento, la amenaza de la posible negritud en el color de mi piel café/barro/marrón/canela/, sembró en los ojos de mi madre el pánico racista blanco mestizo. La amenaza de cochonería en el vaivén de mis caderas sembró en su pecho el horror del vacío heterosexual. Y una así crece, con amor racista y así también se sobrevive cargando el peso de la memoria en la cuerpa racializada mestiza y colonizada.” Gracias por la invitación a conversarnos. San José / Pennsylvania, 18 de junio de 2020


“Las instituciones culturales públicas y privadas han estado en crisis desde años atrás” Conversación con Alexandra Lytton Regalado

Miguel A. López (MAL): ¿Cómo estás personalmente, y cuál es el impacto que ha tenido el COVID-19 en tu vida? Alexandra Lytton Regalado (ALR): Estoy al fin de regreso en el país después de haber estado separada forzosamente de mi esposo y mis tres hijos menores de edad por casi tres meses. Yo fui una de las más de 4,000 salvadoreños @varados.sv en el exterior por el cierre de las fronteras en El Salvador. Ese tiempo me dio mucho en qué reflexionar y me hizo poner en primer plano lo esencial. Estuve en un lugar seguro, cuidando a mi mamá y a mi abuela, pero muchos de los varados que habían viajado por trabajo luego lo perdieron, estudiantes que no tenían dinero para seguir pagando hoteles y comida, otros no tenían cómo mandarles dinero a sus familias. Algunos se habían quedado sin medicinas. Mamás y papás separados de sus hijos pequeños. Escuchábamos noticias frenéticamente y nos comunicábamos constantemente, pero todos los varados no nos dimos cuenta de la realidad del país hasta estar de regreso. Tantas banderas blancas, tantos negocios cerrados. Estando aquí de regreso cambió el panorama. Ya no era solamente la ansiedad del virus, ahora había que agregarle la incertidumbre completa, sentir que no hay nada que podás controlar, el miedo de estar bajo el control de otros. Bajo ese miedo muchos tenían que salir a buscar cómo proveer para su familia. A mi regreso me sometí al proceso de cuarentena establecido por el gobierno y, aunque mi experiencia fue tranquila y el proceso eficiente, no todos los casos han sido así. El hecho de ser escoltada por militares del aeropuerto al centro de confinamiento fue aterrador, y el saber que había un guardia armado patrullando el pasillo no me permitía dormir. El único contacto humano estaba reducido a las tres veces diarias que los doctores tocaban la puerta para apuntarme un termómetro a la cabeza. Me hizo reflexionar mucho en las personas privadas de libertad. Además, en los últimos 12 meses de mi vida he perdido a tantas personas: mi padre, mi tío, mi suegro y dos amigos cercanos. Entonces medité mucho sobre la muerte y sus diferentes formas de anunciarse. Para tantos de nosotros, el COVID-19 interrumpió muchas oportunidades, conferencias y recitales, presentaciones de libros, exposiciones de arte, conciertos, y otro sinfín de eventos culturales. Como pudimos, fuimos adaptándonos a esta nueva modalidad virtual. Esto para mí ha sido una de las cosas más difíciles—no poder vernos cara a cara. En estos días de cuarentena he hablado mucho por teléfono, ha sido necesario escuchar nuestras voces, ya los mensajitos por texto no son suficientes, queremos vernos a las caras. Ahora usamos máscaras que cubren tres cuartos de nuestros rostros. Dependemos de los ojos para intuir si estamos tristes o contentos y así, cubiertos, es casi imposible leer toda la expresión. Es dificilísimo cuando una siente la gran alegría de volver a ver a una persona y lo que más quiere es darse un abrazo. Pero tenemos que distanciarnos, o saludarnos codo a codo, pie a pie. Ir a un funeral durante este período ha sido peor que una pesadilla. Despedirme de una amiga que está muriendo de cáncer y no poder abrazarla a ella ni a sus familiares fue durísimo. Esas distancias son tan difíciles de recuperar sólo con las palabras. Una se da cuenta de la necesidad de esos contactos físicos.

MAL: ¿Cómo percibes el impacto de la pandemia en la escena artística salvadoreña?


ALR: Esta será la primera semana luego del periodo de cuarentena obligatoria en El Salvador –87 días al día de hoy. Es decir, más tiempo que en Wuhan y otras ciudades con altísimos índices de contagio por COVID-19. Aún no podemos dimensionar la situación real. Al pasar los días, semanas, meses, nos vamos dando cuenta de las pérdidas. Presiento que, por la situación precaria del ámbito cultural donde ya tratábamos de sobrevivir, el impacto de la pandemia COVID-19, y aún más complicado por las tormentas Amanda y Cristóbal, será demoledor, devastador. Nos falta comprender que las cosas no pueden sostenerse en base a la precariedad. Las instituciones culturales públicas y privadas han estado en crisis desde años atrás con presupuestos reducidos. Las artes y la cultura siempre sufren los primeros recortes presupuestarios porque se cree que es algo superfluo. En realidad, junto con la educación, son la base positiva de la sociedad. La gran mayoría de artistas visuales han estado en modo supervivencia con ventas escasísimas o nulas. En El Salvador, en general, no hay una ponderación del valor del arte, aparte de ser un producto de consumo y como algo del sector creativo industrial, “naranja”. La empresa privada apoya la cultura y las artes, pero no es su única misión, ni lograría llenar todas sus necesidades. Es imposible llenar ese vacío y mucho menos pedirle esa responsabilidad a un museo privado. La oferta reciente del Ministerio de Cultura, MICULTURA, para reactivar el sector cultural después de la cuarentena COVID-19 ha generado diferentes reacciones, no todas positivas, y quedan muchas preguntas por responder. La verdad es que parece un proceso gubernamental demasiado lento para solventar las necesidades más apremiantes del sector cultural. He conversado con artistas visuales y estas han sido las preguntas y comentarios de la mayoría: ¿Cómo serían honrados los créditos blandos ofrecidos, si el mercado de servicios y productos artísticos está al borde del colapso? Los fondos concursables y no retornables para artistas pueden ser una gran motivación, pero ¿y los que no ganan esos concursos?, ¿y los artistas que producen obras que no tienen interés comercial de primera mano? ¿Los organismos crediticios estarán capacitados para comprender el mercado del arte, sus filtros, y no confundirlo con la artesanía? ¿Qué sucederá mientras esos fondos estatales llegan a Bandesal y el Banco Hipotecario? ¿Cómo pagaremos las deudas y los servicios básicos sin ingresos? Por la misma precariedad desaparecieron varias asociaciones, pero el anuncio de la posible ratificación de fondos en la Asamblea Legislativa para el rescate del sector gestionado por MICULTURA ha motivado a trabajadores culturales a retomar ese camino. MAL: Sé que el Museo de Arte de El Salvador – MARTE hace pocos días tuvo que cerrar temporalmente y despedir a personas del equipo debido a la crisis económica y la falta de ingresos. Entiendo que se han quedado con un equipo mínimo para cuidar la colección. Ustedes además estaban en un momento importante de transición de autoridades en MARTE. ¿Cuál fue el impacto del COVID-19 en el museo? ALR: El MARTE ha estado en una situación precaria desde años atrás. Nadie lo puede creer. Tal vez por la imagen de su edificio arquitectónicamente bello y sus instalaciones modernas y amplias. La verdad es que el modelo de financiamiento que tenía el museo no era sostenible. Hemos ido solventando mes a mes los gastos con dificultad. Tenemos deudas. Crear un fondo para este tipo de emergencias siempre ha sido una meta, pero es imposible de cumplir en estas condiciones. Para su funcionamiento diario el museo depende del alquiler de los espacios y las ventas de la tienda que representan el 70% de nuestro ingreso. Sin eventos no hay alquileres, con la tienda cerrada no hay ventas. También debo aclarar que no recibimos ningún tipo de subsidio gubernamental, ni de agua o electricidad gratuita como lo reciben otras entidades culturales. Dependemos además de donacionesprivadas y, durante estos últimos meses, fueron poquísimas. Los donantes giraron su enfoque para ayudar a las necesidades más esenciales: salud, alimentación y reconstrucción después de las tormentas Amanda y Cristóbal. Tomemos en cuenta que ellos mismos han sido afectados por la pandemia. Algunos teniendo cero o mínimos ingresos y pagando sus gastos, otros cerrando o suspendiendo sus negocios.


Uno de los retos permanentes que ha tenido el MARTE ha sido solucionar el modelo de recaudación y financiamiento. En el 2019 trabajamos en un plan estratégico con consultores externos en conjunto con el director ejecutivo, la junta directiva y los colaboradores del museo. Durante este ejercicio logramos ver cuáles eran los puntos que teníamos que mejorar y fortalecer. También dilucidamos los puntos positivos del MARTE: tenemos mucho que agradecerles a las administraciones anteriores porque tuvieron la gran visión de construir el edificio en un momento ideal, y considero que ellos hicieron todo lo posible para mantenerlo. Ellos lograron una reputación sólida y una colección propia del museo en estos años. Sin duda, y aunque no hubiera atravesado esta pandemia y las tormentas, lo cierto es que desde años atrás el MARTE había llegado a un momento clave y era clara la necesidad de actualizar la institución y revisar sus estrategias. Luego, esta crisis llegó a ponernos en un momento donde no pudimos soportar más. Los colaboradores de MARTE siempre han sido un equipo fenomenal, han hecho una labor cultural maravillosa, con gran entusiasmo. Los fundadores, los donantes, así como los directores y colaboradores creemos en el museo. Amamos el museo y reconocemos el gran esfuerzo de todas las personas que lo construyeron, lo mantuvieron, lo desarrollaron y lo llevaron a ser lo que es ahora. Es una institución que todos queremos ver salir adelante y ahora evaluamos diferentes formas para continuar funcionando. Al principio de la pandemia no logramos dimensionar la gravedad de todo esto. Comenzamos a ver que instituciones mucho más solventes como el MET, el MOMA y otros más recortaron personal, cerraron programas o cerraron los museos en sí y, entonces, entramos en modo crítico y hubo angustia. Estuvimos estudiando la situación semana a semana y continuamos haciéndolo. Imaginábamos que en mayo podría reabrirse, pero la incertidumbre aumentó y nos dimos cuenta que era imposible cubrir todos los gastos en esta situación tan indefinida. Nuestros colaboradores conocían la situación económica del museo y nuestros esfuerzos para conseguir los fondos necesarios para pagar sus sueldos, con la esperanza de que luego podríamos re-abrir y recibir ingresos, pero lastimosamente no fue así. El análisis de factibilidad de donaciones futuras es también limitado. MAL: ¿Y cómo fue ese proceso de cierre temporal, la gestión con las personas, y el impacto en sus programas y contenidos? ALG: El MARTE cerró al público el 19 de marzo del 2020 debido al COVID-19. Desde entonces los empleados recibieron la totalidad de sus salarios. Cumplimos con todas nuestras responsabilidades fiscales, servicios y proveedores, todo esto sin nuestras fuentes principales de ingresos. Por este contexto de incertidumbre ante el futuro como país y la falta de un plan de reactivación económica que incluya al sector cultural, tuvimos que tomar decisiones difíciles para asegurar que el museo siga cumpliendo con su misión y función social de proteger, conservar y visibilizar el patrimonio cultural salvadoreño. Conscientes todos de la realidad que estamos viviendo, el 9 de junio el museo llegó a un mutuo acuerdo con sus colaboradores para cerrar por un período prudencial, mientras re-evaluamos la mejor manera de operar ante la falta de recursos y a la espera del regreso a una ‘nueva normalidad’ que impone esta pandemia. MARTE ni siquiera logró anunciar el cambio de dirección ejecutiva y de la nueva junta directiva, con nuestra visión y misión, porque todo fue interrumpido por la pandemia. Y por eso seguimos estudiando nuestra situación actual y haciendo un plan que esté lo más acorde posible con la realidad presente del país, y desde luego, tomando en cuenta los cambios culturales globales de esta nueva realidad. Pensamos que el formato virtual es una solución posible durante estos meses para el museo y luego será complementaria porque el arte es una experiencia sensorial y emocional donde hay un intercambio que involucra todas las sensibilidades. Uno de los cambios de visión es pasar de un enfoque expositivo al participativo. La programación de exposiciones serán procesos con un enfoque más educativo y contribuirán a llenar vacíos formativos de los estudios artísticos a diversos niveles y de los creadores. También buscaremos conectar los intereses de los coleccionistas. Los contenidos del museo, la curaduría, pasará a ser más accesible y con temáticas cercanas a los diálogos de la comunidad de visitantes y del sector cultural. Las alianzas con otras organizaciones, instituciones y asociaciones pasarán a formar relaciones colaborativas en vez de una suma de actividades.


Por colaborativo entendemos que pasaremos a un esquema con objetivos comunes en vez de que solo complementaremos las actividades o los espacios. En relación al museo físico, lo que buscaremos a mediano plazo y pos COVID-19 es que el MARTE se convierta en un lugar que sirva de punto de encuentro para interactuar, trabajar, estudiar, relajarse, además de ser un lugar para contemplar el arte. El país tiene pocos espacios públicos que no sean de consumo, necesitamos espacios que inviten a reunirse. Buscaremos acercar el arte al público general. MAL: La mayoría de espacios de arte estatales están actualmente cerrados (como la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué”, por ejemplo), lo cual es un indicador de la manera cómo se ve y se valora el arte desde el gobierno. ¿Qué tipo de diálogo están teniendo con el Ministerio de Cultura ante la falta de apoyo y presupuesto por parte del Estado? ALR: Muchas personas erróneamente creen que somos un museo estatal, o que recibimos fondos de parte del gobierno. No existe un museo de arte estatal en El Salvador. Somos dos museos de arte privados en el país: el Museo Forma y el MARTE. Pero desde hace muchos años es a nuestra institución a la que se le pone mucha presión para llenar todos esos vacíos que francamente debieron ser responsabilidades compartidas. La falta de planificación para la reactivación económica del sector cultural es evidente en esta grave situación llena de incertidumbres. El único contacto que el MICULTURA ha tenido con las entidades culturales no gubernamentales ha sido para informarnos cuáles serán las normativas para la reapertura al terminar la cuarentena del COVID-19. Desde hace un par de días, nos es más claro que ese plan de cinco etapas ha dejado a los espacios culturales hasta la penúltima etapa. La falta de censos actualizados parece haber sido la explicación más frecuente y sus comunicados fueron limitados durante toda esta fase crítica. Sugerimos al MICULTURA no sólo buscar soluciones económicas más expeditas para la crisis actual, sino también encontrar soluciones a mediano y largo plazo que permitan que el sector cultural se fortalezca. La inversión en programas educativos y de producción son necesarios para incrementar contenidos de calidad en la currícula de la educación artística pública. La visión que desarrollamos es tomar las artes como herramientas formativas transversales y no solo como manualidades. En relación a la producción, promoveremos la calidad a través de la recuperación de certámenes, premios y bienales. El museo trabajará por esta vía y buscará patrocinios. En esta nueva realidad estamos abiertos al diálogo, a nuevas alianzas y estrategias de trabajo conjunto. Reconocemos que todos los cambios son dolorosos y que el miedo y la ansiedad restan energía. Planificamos a partir de las circunstancias presentes. Sabemos que la formalización gremial fortalecería su profesionalización. Trabajamos con la esperanza que superemos entre todos esta crisis generada por algo tan ajeno e intangible como el COVID-19, y que nos ha distanciado en un momento en que necesitamos crear más uniones. San José / San Salvador, 17 de junio de 2020


UNA ESCUELA DE ARTE HOY: TEJIENDO LA TEXTURA QUE SOPORTA LA FRASE. ENCENDER ALGO DESDE UNA ISLA EN EL CARIBE MICHY

MARXUACH

EGracias a la liberación digital del libro Agítese antes de usar, co-publicado por TEOR/éTica y el MALBA, recomendamos una de las voces que lo conforman. El texto de Michy plantea el espacio del arte como uno de necesidad inminente para nuestra sobrevivencia. Así, la educación artística debe navegar entre la imaginación, la teoría y la práctica para que, al ser reimaginada desde lo colectivo, genere destellos hacía el bien común. En el momento crítico actual, el texto teje una resistencia ante un sistema educativo creado para servir a los intereses del Estado, y nos invita a reflexionar: ¿Cómo asumir, continuar y potenciar nuevas pulsaciones? ¿Cómo usar pastillas de proteínas para pasar el hangover constante que nos presenta este momento? ¿Qué herramientas utilizamos para mantenernos alerta y despiertos sin cegarnos al momento que vivimos?

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SODA LA ESMERALDA 01


RECETAS

TOSTADAS DE DESAYUNO

VIGORÓN

GARBANZOS CON POLLO

TORTILLAS CON QUESO


TOSTADAS DE DESAYUNO Ingredientes: - Pan Aguacate Queso fresco Se monta en una tostada de pan (el que usted guste), guacamole y unas rodajas de queso. Eso se acompaña con café y queda riquísimo.


VIGORÓN La yuca: para diez personas, se necesitan unos 3 kilos, ¡es mejor que sobre y no que haga falta! Se pela la yuca, se lava y se pone a cocinar con un poco de sal para que salga cementada con la sal. Cuando está lista, se saca y se pone a escurrir. El chicharrón: Conseguir chicharrón de carne o de torreja (pellejo). Ahora la ensalada: Zanahoria rallada, cebolla finita, culantro, apio, chile dulce y repollo. Todo bien rallado y escurrido, se mezcla. Se le pone un poquito de sal, naranja agria (sino limón o vinagre de ensalada). Chilero: Vinagre de guineo, cebolla, chile, ajo picado, zanahoria. *El vinagre se compra en el Mercado Central. Para armar el vigorón: Quebramos el chicharrón. Bien bonito en el plato, colocamos la yuca y encima el chicharrón. A eso le agregamos una buena ensalada. Y si se puede, acompañar con una birrita o con un traguito y hielito. ¡Este es un platillo típico para mí!


GARBANZOS CON POLLO Ingredientes: Garbanzos Pechuga de pollo Plátanos verdes Cebolla Ajo Chile dulce Apio Consomé de pollo Pasta de tomate Tomillo Laurel Sal Culantro Pollo: Lavar el pollo con limón, se le quita la grasa y se pone a cocinar en agua con olores. Cuando esté listo se pasa a los garbanzos con las picaduras. Garbanzos: Hay que dejar remojar los garbanzos durante la noche anterior para que se suavicen. Primero se pican Todos los olores, luego en una olla con agua (y si quiere con el caldo de pollo) se agrega todo y se disuelve la pasta de tomate. Se pone al fuego como una hora, como los garbanzos son duros), entonces es lentito. Cuando esté listo lo acompaña con arrocito blanco si quiere. El arrocito blanco es otra receta por aparte. ¡Esto queda buenísimo! ¡Eso es nada más, así es!


TORTILLAS CON QUESO 4 tazas de masa 1 pizca de sal ¼ de queso rallado 2 tazas de agua

Se mezclan los ingredientes secos, el agua se le agrega poco a poco para que se vaya cementando todo. Así al suave se le va agregando, y amasando hasta que se mezcle todo. Luego se hacen bolitas y se palmean las tortillas. Para cocinarlas es mejor en un comal bien caliente y con una servilleta se le pasa aceite o manteca para que no se pegue al comal. Sino se le pone eso se queda pegada al comal y tiene mala presentación. Esto sabe divino con café negro o con un tecito. O si le quiere poner mantequilla por encima. Si se quiere más cargadito, puede ser con queso y huevo, como para el desayuno


Esmeralda

Esmeralda Peralta (mejor conocida como Esme o Esmita) es la persona del equipo que lleva más años de trabajar en TEOR/éTica. Cuida nuestras casas, sus jardines, y nos alimenta con delicias para ciertas ocasiones especiales. Esme lleva varios meses de estar lejos de la cocina de esas casas en Barrio Amón, que son su hogar. Todas extrañamos mucho esos chineos que nos da, sean tortillas, arepas, empanadas de frijol, o su arroz con pollo y ensalada rusa. Esa comida y la dedicación de Esme es parte importante de lo que hace que nuestras casas sean lugares de acogimiento y convivencia. Por eso le pedimos que nos compartiera algunas de sus recetas famosas para poder volver a sentirnos cerca de ella y su deliciosa cuchara.


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