Buchaca Generosa #01

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BUCHACA GENEROSA #01


ÍNDICE 01

PRINCIPIOS PARA UNA CANCELACIÓN ÉTICA: VERSIÓN TROPICAL Texto traducido e intervenido por Lola Malavasi L.

02

JUNTOS (PERO) SOLOS

03

HAGAMOS UN CORTIS

04

“COSIENDO, PENSANDO, COSIENDO”

05

ARTES Y LUCHAS

Mariela Richmond

Adrián Flores Sancho

Patricia Belli

Entrevista de Artpress a TEOR/éTica (en francés)


BUCHACA GENEROSA – ED. 01 01 Abril 2020 Desde 2016, en TEOR/éTica publicamos anualmente la Buchaca, una revista digital que busca hacer una reflexión crítica sobre nuestras formas de hacer. En Costa Rica, le llamamos “buchaca” a ese puñito de algo que se guarda cuidadosamente con el propósito de ser compartido en un momento clave: la bolsita plástica con dinero que se esconde debajo del colchón, las galletas que se van guardando para la hora del café, o los dos cigarros que se dejan encima de la refrigeradora para cuando llegamos tarde después de la fiesta. “Hacemos buchaca” en buenos tiempos para cuando llegue la necesidad, recolectando de a poquitos para eventualmente ponerlo en buen uso y ojalá compartirlo. Reconocemos que ese momento de necesidad ha llegado. Por tanto, estaremos compartiendo nuestras Buchacas Generosas, publicando ediciones especiales con diferentes materiales que TEOR/éTica ha generado durante los años, así como textos, contribuciones de artistas comentando obras y su relación actual con nuestra realidad inmediata, y herramientas que se nos hacen relevantes. Nuestras casas permanecen cerradas por tiempo indefinido, pero seguiremos invitando a nuestros públicos a pensar el presente desde el arte por medio de distintos canales.


Principios para una cancelación ética Por

Laura

Zabel.

Traducción

libre

por:

Lola

Malavasi

L.

Muchos negocios, organizaciones y personas se ven en la posición de tener que cancelar eventos públicos y reuniones debido a la pandemia del Coronavirus/COVID-19. Esto es decepcionante y aterrador para muchas organizaciones y negocios que dependen de eventos presenciales para llevar a cabo su misión y generar ingresos. También tiene el potencial de ser extremadamente nocivo para la estabilidad económica de artistas y otras trabajadoras independientes. Muchas artistas dependen fuertemente de trabajo contratado para sobrevivir, dar de comer a sus familias y mantenerse a sí mismas. Sabemos que muchas artistas hacen este trabajo sin contratos sólidos, que les protejan de cancelaciones o pérdida de ingresos. Reconocemos que cancelar o posponer eventos es duro para quienes se vean involucradas, e instamos a negocios y organizaciones a que ayuden a mitigar el impacto que esto pueda tener sobre artistas, trabajadoras independientes y contratistas. Juntas podemos ayudar a sostener nuestra vital comunidad creativa, tomando las siguientes medidas, aún cuando no exista una obligación contractual: 1. Si es posible, posponga el evento en vez de cancelarlo y mantenga los contratos con los artistas. Aún si no se tiene una fecha para el evento futuro, es importante dar la seguridad de que tiene intención de reprogramar y honrar su compromiso. 2. Considere hacer su evento en línea. ¿Se puede reimaginar el evento como un video o una oferta en línea? Clases, talleres, incluso recaudación de fondos pueden suceder de una nueva manera. 3. Si ya pagó una cuota o depósito por adelantado, no pida que ese dinero le sea devuelto. 4. Si la artista ha invertido tiempo en planeamiento, materiales y preparación, compénsela por su trabajo de manera justa 5. Si la artista ha contratado a otras para ser parte del evento o proyecto, hable con ellas sobre cómo sería posible compensarlas. 6. Discuta otras oportunidades. Si el evento o proyecto debe ser cancelado, ¿hay otras cosas para las cuales puede contratar a la artista? Seminarios a través de internet, diseño gráfico para redes sociales, presentaciones en algún evento futuro, escribir casos de estudio, hacer entrevistas, dibujos para alguna publicación. Invite a las artistas a pensar de manera creativa sobre cómo se puede trabajar en conjunto de otras maneras.


Otras maneras de apoyar artistas, negocios creativos o trabajadores independientes: 1. Si hay flexibilidad en el presupuesto, considere adelantar la fecha de proyectos que no tienen que suceder en persona. ¿Puede contactar y contratar a artistas en este momento con quienes planeaba trabajar hasta más tarde en el año? 2. Promueva el trabajo de artistas en línea. Incentive a sus seguidores a comprar su trabajo. 3. Compre tarjetas de regalos de sus lugares favoritos, artistas, chefs y restaurantes. Así, puede ayudar a la supervivencia de negocios y espacios que fortalecen nuestra comunidad y a la vez darse algo que disfrutar a futuro. 4. Escríbale a políticos y representantes para exigir que apoyen medidas que incluyan a artistas y negocios creativos en los esfuerzos de alivio económico.

PRINCIPIOS PARA UNA CANCELACIÓN ÉTICA: VERSIÓN TERCER MUNDO TROPICAL A partir de un texto de Laura Zabel Traducido

e

intervenido

por

Lola

Malavasi

L.

En las últimas semanas negocios, organizaciones y personas se han visto en la posición de tener que cancelar eventos y reuniones públicas, debido a la pandemia del Coronavirus/COVID-19. Más allá de la decepción inicial, se hace evidente que se avecinan tiempos de incertidumbre y vulnerabilidad económica para muchas organizaciones, negocios y trabajadoras de la cultura, que dependen de eventos presenciales para llevar a cabo su misión y/o generar ingresos. Si bien es aún temprano para entender el impacto real, esta situación tiene un alto potencial de ser extremadamente nociva para la estabilidad del sector cultura, las artes y otras trabajadoras independientes. La mayoría de artistas en nuestro contexto dependen fuertemente de trabajo contratado para sobrevivir. La situación es ya suficientemente precaria y amenaza con ser devastadora. Sabemos que muchas artistas hacen trabajo sin contratos sólidos que les protejan de cancelaciones o pérdida de ingresos, sin pagos de honorarios, y en muchas ocasiones sin ningún presupuesto para materiales. La cancelación y el paro total de eventos y espacios culturales es un golpe que agrava esta ya de por sí frágil situación. Instamos a negocios, instituciones y organizaciones a que ayuden a mitigar el impacto que esto pueda tener sobre artistas, trabajadoras independientes y otras colaboradoras. Juntas podemos ayudar a sostener una comunidad creativa que constantemente se ve en el olvido. Para esto, proponemos tomar algunas de las siguientes medidas, aún cuando no exista una obligación contractual: 1.Posponer el evento y mantener el contrato con artistas, aún cuando no se tenga una fecha definida para que ocurra en un futuro. Es importante dar la seguridad de que existe la intención de reprogramar y honrar el compromiso previamente adquirido. 2. Considere hacer su evento en línea. ¿Se puede reimaginar el evento como un video, o una oferta en línea? Clases, talleres, incluso recaudación de fondos pueden suceder de nuevas maneras. 3. Esto debería ser obvio pues es lo éticamente correcto: si ya pagó una cuota o depósito por adelantado, no pida que ese dinero le sea devuelto. 4. Si la artista ha invertido tiempo en planeamiento, materiales y preparación, compénsela justamente por su trabajo.


5. Si la artista ha contratado a otras para ser parte del evento o proyecto, hable con ella sobre cómo es posible compensar también a estas personas. 6. Discuta otras oportunidades. Si el evento o proyecto debe ser cancelado, ¿hay otras cosas para las cuales puede contratar a la artista? Seminarios a través de internet, diseño gráfico para redes sociales, presentaciones en algún evento futuro, escribir casos de estudio, hacer entrevistas, dibujos para alguna publicación. Invite a las artistas a hacer lo que mejor hacen: pensar de manera creativa. Nos encontramos ante nuevas necesidades que requieren manera distintas de operar, es posible plantear otras formas de colaboración y de trabajo en conjunto. Otras maneras de apoyar artistas, negocios creativos o trabajadores independientes: 1. Si cuenta con flexibilidad en el presupuesto, considere adelantar la fecha de proyectos que no tienen que suceder en persona. ¿Puede contactar y contratar en este momento a artistas con quienes planeaba trabajar hasta más tarde en el año? 2. Promueva en línea el trabajo de artistas. Incentive a sus seguidores a comprar su trabajo, recomiéndeselo a terceros, dele visibilidad a otras habilidades que estas artistas puedan tener. 3. Comisione trabajo y apoye a sus lugares favoritos, artistas, chefs y restaurantes. Así, puede contribuir a la supervivencia de negocios y espacios que fortalecen nuestra comunidad y a la vez darse algo que disfrutar a futuro. 4. Escríbale a políticos y representantes para exigir que apoyen medidas que incluyan a artistas y negocios creativos en los esfuerzos de alivio económico. Busque alianzas estratégicas con otras personas de la comunidad artística para presionar desde distintos medios para que las artes y la cultura también sean prioridad para las autoridades. En un momento en el que parece ser que la oferta cultural en línea se ha vuelto esencial, se hace evidente la necesidad de las artes para nuestra sociedad.


JUNTOS (PERO) SOLOS Mariela

Richmond

Estamos demasiado presionados por construir. Construir algo: una vida profesional, una familia, una red de amigos, un proyecto… alguno de éstos debería salvarnos de una buena tanda de malos ratos; de alguna forma le darían sentido al quehacer diario, sin embargo, es costoso, complicado y requiere una ardua disciplina. Una puede vagar y vagar y a nadie le importa, pero el peso de los meses extendidos en años cobrarán con creces en ardores personales: ese es el punto de quiebre. Aunque nada es tan terrible, todo el tiempo está presente la pregunta: ¿Qué estamos haciendo? ¿A qué dedicamos nuestra energía diaria? Desaparecer en un país como Costa Rica no es fácil, es un estrecho corto y angosto y como las distancias son ligeras, más o menos se puede tener una idea de quiénes son y qué hacen nuestros vecinos. No es una tarea tan complicada, de hecho, algunas veces, no hacemos la tarea y se nos presentan noticias casi como las sombras de fantasmas. Quizá todo esto suena a cliché y es un mal comienzo para un texto sobre la posibilidad de trabajar de manera colaborativa, no obstante, plantearnos este microsistema, a la luz de quienes pretendemos producir alguna cosa en este contexto costarricense, es vital. Debemos reconocerlo para jugar con él. No quisiera pensar que nuestro destino fue quedarnos en la periferia, escondidos unos detrás de otros: JUNTOS (pero) SOLOS. El periodo de ALTER estuvo teñido un poco de ese síntoma. No niego que tratamos de evitarlo, aunque como buen momento fundacional, algunas iniciativas dieron pie en bola, otras simplemente pasaron como ideas tangenciales en nuestros utópicos cronogramas. Con ALTER-ACADEMIA el ejercicio fue ubicarnos a cuatro personas dentro de una casa. Estoy segura de que los cuatros sabíamos de cuál comuna venía cada cual, eso de las fronteras siempre pone una barrera al inicio. >Hay que dejar pasar un tiempo para tomar distancia< Ya pasó un año desde ALTER. Ahora estoy a 5000km de distancia tratando de recordar. Como con el tiempo las experiencias se asientan, me parece más sencillo pensar ahora en las acciones que ocurrieron durante el periodo de la residencia. El contagio fue inevitable. Era absurdo pensarnos como islas si estábamos en un mismo espacio. A pesar de que no buscábamos exactamente compañía, nos teníamos cerca y no solo nosotros, sino también a todo el material humano de TEOR/éTica. Personalmente, pensaba cómo podía aprovechar el tiempo, el espacio, las ganas y las energías de los demás, pero era complicado. El clima habitacional aún no daba, siempre sentía que faltaba algo. ¿Qué se podría hacer, cómo se podrían plantear acciones realmente colaborativas? ¿Cómo generar diálogos en y desde ese tiempo juntos? ¿Cómo podíamos involucrar nuestros cuerpos como ideas, como choques entre nosotros? Para que exista diálogo, debe existir confianza, encuentro de mundos que ya de por sí, son híbridos, mezclados, autónomos. Esto requiere tiempo.


La idea de aprovechar las micro-poéticas de cada uno, me parecía un buen vínculo. Las asociaciones libres con las ciencias sociales, con las ciencias naturales, se aprovecharían para generar un terreno fértil que permitiera crecieran cosas. Casi olvidarnos de nuestras áreas, mover nuestras líneas de conocimientos, pensar en conjunto, democratizar la voz, dialogar en paralelo y en oblicuo, con y sin sentido. Toda esta utopía es un trozo de materia del abismo educacional, porque estamos acostumbrados a sesiones de trabajo con estructuras rígidas. Más bien necesitábamos planteamientos esponjosos, sobre los cuales nosotros y los invitados deslizar sedimentos. Poco a poco, porque primero debíamos reconocer los tonos de voz, las miradas, los sentires y ser lo suficientemente eficientes para cambiar de dirección, si era el caso, y de permearnos de los puntos de erupción. Funcionábamos bien cuando compartíamos más tiempo, cuando lo cotidiano permeaba el porcentaje del tiempo. Con nuestras investigaciones, el cuerpo se ponía rígido y entablábamos conversaciones desde otro lugar. Eso siempre me pareció interesante, una adaptación del lenguaje. Para nosotros la meta sería aprovechar los errores, transformar eso que sabíamos que no estaba funcionando en una campaña integradora, en una masa crítica para el futuro. La experiencia señala que debemos reírnos de nosotros mismos, porque lo que pretendíamos era y continúa siendo enorme y no es cuestión de dos o tres meses de residencia, o de un proyecto particular. El trabajo individualizado viene como resaca de una forma de pensar y producir que nos viene como premio desde la academia. Se necesitan manos, piernas, cabezas y corazones, que quieran sentirse incómodos, desacomodados, que procuren críticamente olvidarse un poco de sí mismos, para construir colectivo. Ese colectivo puede ser en el tiempo, que no se agote con la distancia, con el proyecto, con las torpezas de los encuentros con los y las otras. Un ejercicio de resistencia, de comunidad, de posible red. Pensaría que no caímos en la repetición de la forma, en las instrucciones de uso, cada paso que dimos contagia el que viene detrás, lo modifica e incómoda y eso empieza a verse. No estuvimos especialmente JUNTOS, pero tampoco SOLOS, y eso es un enorme avance para el gremio y para cada una de nuestras prácticas.

Buchaca, Julio, 2017 Texto originalmente publicado en Buchaca 2017


HAGAMOS UN CORTIS Adrián

Flores

Sancho

Cortis en Costa Rica es terminología de juegos infantiles, es el derecho de cada participante a parar en seco la actividad si acontece cualquier perturbación o irregularidad que debe resolverse fuera del juego, esto abarca desde la revisión de las reglas hasta la suscepción parcial o definitiva del juego. Ante todo una aclaración, las instituciones, no importa su naturaleza, son las personas que la componen. Lo que en apariencia es economía en el lenguaje esconde la impersonalidad con que nos relacionamos con estas. Así por ejemplo, decimos TEOR/éTica por facilidad, sin darnos cuenta que este nombre de fantasía crea una identidad abstracta hacia la cual dirigimos nuestros afectos. Unos se alegran de TEOR/éTica, otros se enojan. TEOR/éTica tiene amigos y enemigos. Así, lo que empezó por facilidad se convierte en una barrera para entablar diálogo, porque las entidades abstractas son así, no les importa quiénes somos ni cómo nos sentimos. TEOR/éTica es Daniela, Dominique, Eli, Esme, Karla, Kevin, Lola, Paula, Miguel, Vivi, Don Félix, así como TEOR/ éTica es lo que ellos quieran. Este texto es sobre eso, sobre cómo las personas quieren tomar distancia de las relaciones con lo abstracto. Una lucha que se entiende fácil cuando se reconoce que TEOR/éTica carga con una historia que le confiere una indudable autoridad simbólica sobre las prácticas artísticas contemporáneas de la región. Su fundación y primera administración sólo puede calificarse como visionaria, de la mano de personas como Virginia, Rolando, Tamara, entre otros que iniciaron lo que antes no se había logrado con éxito: poco menos que articular un puente entre los diversos agentes culturales de Centroamérica y el Caribe, cuyo éxito resuena desde entonces en las paredes de esas dos casas en Barrio Amón. Podemos decir entonces que TEOR/éTica era una identidad incompleta, el mero reflejo de las personas que contribuyeron con el proyecto. Este proyecto, ahora institución y autoridad, adquiere una identidad que sobrevive al cambio de sus colaboradores, al tiempo y hasta a sí misma. A mi parecer, desde entonces la administración de este proyecto se ha caracterizado por la pugna de las personas con esta entidad abstracta, el elefante en la habitación, el espectro que cierra puertas y asusta por las noches. Por lo menos hasta los actuales responsables, que no sé muy bien por qué, pero lo cierto es que decidieron hacer un alto y pensar que la TEOR/éTica abstracta se estaba convirtiendo en una limitación concreta para el desarrollo de sus proyectos, que tal vez era momento de revisar. Era hora de hacer un cortis. Era momento de hacer Banga. Banga es muchas cosas. Banga es mar en Lituano. Banga es tiempo y espacio en Ugandés. Banga es un llamado de ayuda. Banga es un llamado al encuentro. Banga es la posibilidad de detenerse, de reconocer que se necesita ayuda, es la posibilidad y el privilegio que tiene la red de organizaciones que componen Arts Collaboratory, de la cual TEOR/éTica es parte, para suspender actividades y replantear sus proyectos.


Así fue como en enero de 2017, cinco personas respondimos al llamado y durante una semana nos dedicamos a conversar de lo que fue TEOR/éTica, de qué es ahora y de cómo sus colaboradores quieren transformarla. Nos veíamos temprano, con café y frutas, conversábamos, después nos llevaban el almuerzo, luego seguíamos conversando, más café, hacia el final de la tarde parábamos y nos separábamos apenas unas horas antes de vernos para cenar, de ahí hasta la madrugada, y al día siguiente lo mismo. Después de poco más de un año, se me olvidan muchas de las conversaciones, es que fueron muchas ideas, muchas notas, diagramas, listas de cosas por hacer, papeles llenos de proyectos y utopías. Lo que no se me olvida es lo que pasó entre nosotros, y es de eso de lo que quiero hablar. Mi primera impresión, sólo con leer en el correo los nombres de quienes atendieron al llamado, despertó una alarma, todos venían desde lejos, y eso entonces me sonó mal, una especie de localismo me hacía exigir que si una institución quería ser crítica consigo misma más valía invitar a quienes más la conocían. Y tiene sentido cuando se piensa que pedir ayuda es algo complicado y excepcional, sobre todo si pensamos que es TEOR/éTica quien se reconoce como vulnerable, contrariando su propia, pero equívoca imagen. Pedir ayuda, no importa si se trata de una institución o una persona, es delicado, y es por eso que es a los amigos a quienes se llama, a quienes nos conocen y sobre todo a quienes nos darán consejo honesto. Por eso pienso que nos llamaron, no por nuestro perfil curricular. Abrumarse era sencillo, y espero que esa confianza haya sido premiada con nuestro trabajo. Si la pregunta es por qué escoger a esos amigos y no a otros locales, seguro es porque entre los segundos es común esa carencia afectiva, producto de la costumbre de relacionarse con identidades abstractas más que con las personas. Y es que opiniones sobran sobre TEOR/éTica, pero las relaciones con las personas que la integran puede que sean escasas; de nuevo, es apelar a las relaciones entre personas mediadas por la institución, no a las relaciones con esta cosa, por lo demás imposible. Durante esos días, intentamos proyectar los intereses de las personas que componen TEOR/éTica en la forma de proyectos concretos y realizables, desde los más triviales hasta los más fantásticos. No sólo los escribimos, los imaginamos sucediendo y fracasando, los imaginamos tanto que fueron tan reales como nosotros, en esos días vivimos muchas vidas. No sé qué pasó entre nosotros, pero imaginar juntos fue sencillo, seguro porque nuestras voces se olvidaron de su propio ego y se dirigieron exclusivamente a contribuir con algo que desde el primer momento nos superaba, era la suma de todos nosotros, una especie de microcomunidad aglutinada de la forma más espontánea, como sólo lo puede el deseo colectivo de creer que el arte sirve precisamente para eso, para desdibujar las diferencias que nos impiden ver que estamos haciendo algo juntos, cualquier cosa, y que eso ya es suficiente. Durante esos días de verano fue sencillo olvidarse de la polaridad generalizada que existe entre las instituciones culturales y los artistas, esa parodia donde cada parte tira por su lado hasta que la cuerda se rompe, así una y otra vez, ya que por algún misterio perverso las cuerdas parecen no acabarse. Y mientras otros jugaban a la cuerda, nosotros estuvimos aprendiendo a tejer, literalmente, una especie de cortis donde los contrincantes de siempre nos olvidamos que lo éramos. Eso ya lo sabíamos, pero la posibilidad de convivir en esos términos fue una verdadera sorpresa. Sabíamos también que ese estado de excepción en el que vivimos, de convivencia volcada a los intereses colectivos, no sólo era un privilegio, sino la meta. Por eso con el pasar de los días el grupo, ya de por sí permeable, se hizo más grande. Banga no puede suceder entre cuatro paredes, por eso organizamos una caminata con nuevos amigos, un evento sorpresa donde visitamos a otros, y a todos los invitamos a una fiesta, porque queríamos conocerlos, porque queríamos contarles que también ellos estaban siendo parte de algo.


Creo que el verdadero propósito de hacer Banga es intentar hacer Banga todos los días, luchar por perpetuar ese estado de excepción donde todos tenemos el derecho de pedir cortis y que se nos escuche, de sentarnos en un círculo para decidir lo que más nos conviene a todos. Y con esa tarea se quedaron ellos y nosotros, porque nos seduce la idea, porque nos parece posible, y así lo queremos. Se quedaron con todas las notas, las ideas, los proyectos, las risas, las fotos, los recuerdos, y con la tarea más difícil de todas: permitir reimaginarse, y con ello lo que desde afuera llamamos simplemente TEOR/éTica. Banga es Alter Academia. Banga es UPE. Banga es publicar. Banga es codirección. Banga es cada vez que almorzamos juntos. Banga es tener esas dos casas llenas de amigos, de cerca y de lejos. Banga es todos los días.

Texto originalmente publicado en Buchaca


PATRICIA BELLI

VEJEZ

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COSIENDO PENSANDO COSIENDO Vejez la hice como hace 25 años, cuando comenzaba a trabajar con las telas y la ropa usada. En ese tiempo trabajaba a pura intuición, sin planificar más que los materiales. Manipulaba la ropa para hacer composiciones, pliegues, arrugas; era un proceso de acción y reacción que iba respondiendo a lo que cada pieza me iba sugiriendo. Así se hizo Vejez; cosiendo, tensando, cociendo... Cuando, cuando vi el vestido gris pálido, sobre el fondo gris oscuro, tuve la sensación de que encarnaba a las mujeres de mi familia, las que me criaron, mi mamá, mi tía, porque tenía esa mezcla de sobriedad con suavidad. Me pareció que evocaba el paso del tiempo, porque era un vestido pasado de moda, con botones forrados, puños largos, todo circunspecto. Me hacía pensar en el orden doméstico, por la jareta, por lo riguroso y también pensaba en un fariseísmo patriarcal. Cuando hablo del paso del tiempo no me refiero al tiempo individual, sino al paso del tiempo de las épocas, los cambios sociales. Como la tensión del bastidor le daba una rigidez que sacaba el conjunto de balance le puse esas telas colgadas que le dieron aire, como pulmones. Y también le dieron un equilibrio entre la energía de la respiración, una energía suave de la respiración y la flacidez como de la muerte. El trabajo hablaba de mujeres sufridas y crueles, que es la versión de Vejez que se construyó en mi mente a partir de mi familia o de los paradigmas de las telenovelas confirmados en mi familia. Ahora que yo misma me acerco a esa etapa de la vida me doy cuenta de que, recién empiezo a disfrutarme, que la edad me ha traído una emancipación de los mandatos sociales que no se corresponde al modelo que representé en la pieza. Pero por otro lado, la pieza me genera cosas que antes no veía. Siento que no solo son pulmones esos que cuelgan, son pechos, son los pechos que me amamantaron, veo la fuerza y el cuido de las mujeres, y eso lo veo porque ahora, porque ahora sé que existe.


ARTES Y LUCHAS Entrevista de Artpress a TEOR/éTica (en francés)

El último número de la revista francesa Artpress (no. 53, marzo de 2020) está dedicado a América Latina. Los editores que coordinaron este número subtitulado “Artes y luchas”, Diego Milos y Michelle Sommer, invitaron a TEOR/éTica a participar en una sección dedicada a mapear espacios independientes. Nuestros co-directores, Paula Piedra y Miguel A. López, compartieron sobre la historia de la institución, sus compromisos éticos y culturales, así como dinámicas de investigación y estrategias de trabajo colectivo.

Descargar AQUÍ la portada, el índice y la contribución de TEOR/éTica (p.129)


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