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El cine juvenil tiene una nueva cita

ROMA (ITALIA)  En 2023 regresa una nueva edición –la segunda– del Festival Global de Cine Juvenil Don Bosco, organizado por el Sector para la Comunicación Social de la Congregación Salesiana.

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Este Festival, repensado específicamente para los jóvenes de la Congregación y de la Familia Salesiana, para edades comprendidas entre los 14 a 25 años, quiere ser un instrumento al servicio de la misión y, por ello, pretende reunir e implicar a jóvenes de todas las latitudes para que se conviertan en portadores de un mensaje de esperanza y de paz y sean protagonistas del cambio que el mundo necesita. El tema escogido, por tanto, es “El amor construye la paz y la solidaridad”.

La fase final se celebrará los días 13 y 14 de octubre simultáneamente en varias ciudades del mundo en las que la Congregación Salesiana está presente.

Los trabajos audiovisuales se pueden presentar hasta el 31 de julio (inclusive) en la web: www.dbgyff.org.

Hace unos días en un pretendido programa cómico de una televisión pública se hizo un sketch que protagonizaba la Virgen del Rocío. El numerito, sin ninguna gracia y con un mal gusto de libro, era un conjunto de obscenidades chabacanas, groseras y bastas, en las que se insultaba a María de Nazaret y se hacía burla y escarnio manifiestos a los cristianos que amamos a la Virgen.

Esgrimían los… ¿cómicos? que la libertad de expresión era eso, poder decir lo que uno quiera en donde quiera. Pues no, disiento totalmente.

Cuando, amparándose en la libertad de expresión, se insulta a la gente sencilla y se lanzan burlas, desde una superioridad mediática, a los más humildes, esa pretendida libertad se convierte en un grosero ejercicio de dictadura. Es como si se nos dijera que los ricos pueden burlarse de los pobres cuando les apetezca porque existe la libertad de expresión.

Claro que lo que a mí más me ofende y escandaliza es que se pisoteen los derechos de los hijos más pobres de la Virgen: de los refugiados, los sin techo, las víctimas, los menas, todos los que sufren... pero también me desagrada esa parodia televisiva porque esos pretendidos chistes, de una zafiedad impresentable, no tienen nada de ironía, y son –simplemente– un desprecio a los más humildes, unas gracias vomitivas que engendran división, rencor y repugnancia… porque se ataca a los sentimientos profundos de gentes sencillas.

Sólo los tiranos pisotean las convicciones de las clases populares. Así es como yo veo el numerito televisivo de la Virgen del Rocío: como un acto de tiranía chulesca contra los humildes; un acto de tiranía ejercido por señoritos burgueses bien pagados desde sus cortijos televisivos.