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Vivir desde dentro

Habl emos con Di os en confianza

En verano, nuestra vida espiritual, nuestro interior y nuestra relación con Dios, no se va de vacaciones. Pertenece a nuestro ADN de hijas e hijos de Dios, y la llevamos puesta. Además, durante el tiempo que hemos pasado confinados en casa, una de las grandes experiencias que hemos vi vido es la de orar en casa: en el pasillo, en la sala, en el balcón o en la ventana. Así que todo eso ahora po demos seguir viviéndolo en el hogar, en el campo, en el bosque o en la playa, en el parque o de viaje.

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Por eso me permito compartir con vosotros el reto de los cinco minutos. Dedicar cinco minutos al día a parar, respirar, concentrarse, leer un breve fragmento de la Palabra de Dios, observar el día y la gente que me rodea. Cinco minutos para hablar con Dios con con fianza. Al principio costará, pero sólo son cinco minutos. Y si ves que estás a gusto y quieres alargar, siempre puedes continuar. Pero sé fiel a esos cinco minutos.

Te propongo, si aceptas el reto, un esquema que podrás usar cada día. Al principio te recomiendo que sigas el esquema y, cuando vayas cogiendo experiencia, lo vas cambiando según por donde te lleve el espíritu en la oración. Las citas bíblicas de este es quema son un ejemplo. Cada día podrás usarlas de nuevo o elegir tú unas que te iluminen.

Practica

Elige el momento del día más adecuado para ti y ve a un sitio que sea tranquilo y en el que nada moleste. Relájate. Ponemos una música tranquila y despejamos todo, vaciando bolsillos y apagando aparatos. Ponte en una postura cómoda y respira con calma y con facilidad. Sentados con la espalda recta se está de maravilla. Evita los ruidos externos, préstales un poco de atención y vete apartando tu mente de ellos. Fija tu atención en los “ruidos interiores”, para irlos eliminando: pensamientos, nervios, miedos...

Cathopic

Poco a poco vete concentrando sobre ti. Tus latidos, tu respiración. Intenta desconectar de todo… siente el silencio y contempla el día que te espera o has vivido.

Escucha

Ve repitiendo en el momento de serenidad, sin prisas, degustando cada palabra, estas citas: “Tú vales mucho para mí, eres valioso y yo te amo” (Isaías 43,4). “Se ñor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo” (Juan 21,17).

Da gracias a Dios por este momento.

Abel Domínguez, sdb