Luz de 2 Lunas. Año I, Nº 4

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Luz de dos Lunas

Año 1, número 4. Agosto de 2014.1


Luz de dos Lunas

Nota Editorial.

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El alma del escritor.

Las autoras.

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Redes sin fronteras.

Sabores de boca

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Mariela Villegas R.

El pescador.

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Andrea V. Luna

Temores 365 de la A a la Z.

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Nuestra columna mensual en www.revista-nr.com

Colección de microrrelatos.

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Antología selecta.

Entrevista a: Catalina Küdell

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El romance sobrenatural.

Sobre la puntuación en los diálogos.

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Andrea V. Luna

“Café entre libros”.

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Cultura y autores independientes.

Algunas novelas.

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Andrea V. Luna – Mariela Villegas R.

Contacto con las autoras

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Y canales de venta.

Contratapa: A todos nuestros amigos lectores.

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¿Cuántas veces nos hemos visto envueltos en un dilema como autores, preguntándonos a nosotros mismos si deberíamos “tirar la toalla”, desertar o darnos por vencido cuando observamos que el mundo literario no nos responde como deseamos o nos patea con fuerza? Por mi parte, muchas. Los escritores no tenemos el camino fácil, aunque ¿quién que siga sus sueños lo tiene, en realidad? Cuando los autores noveles se acercan a mí para pedir un consejo acerca de la escritura, siempre cito a una mujer que luchó con todo y que continúa su camino como la más exitosa autora del género paranormal que ha existido: la señora Anne Rice. Quiero compartir con ustedes esto porque, al fin y al cabo, hasta el más consagrado de nosotros, se ha planteado en cierto momento dejarlo todo y renunciar:

“Dar a los escritores consejos, ofrecerles reglas. ¿Qué pienso de esto? Lo repetiré tantas veces como sea necesario: ¡No hay reglas para todos los escritores! Nunca dejemos que alguien nos diga que existen. Los autores somos individuos y cada uno narra de acuerdo a su forma individual de ser. ¡Jamás permitamos que alguien nos diga que no somos escritores "reales" porque no nos atenemos a sus visiones o reglas! No puedo decirles cuánto daño me hicieron al inicio de mi carrera literaria al juzgarme en este sentido. Se me dijo en la universidad que no era una escritora "real" porque utilizaba solamente máquina de escribir. Se me condenó, casi hasta un punto apocalíptico, por no escribir a diario. Los "verdaderos autores" son aquellos que se convierten en "verdaderos autores". Eso es todo. Y de nuevo, cada uno lo hace a su manera. Para mí, la terquedad ha sido tan importante como cualquier talento que pudiera poseer. Últimamente ignoro a la

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gente que trata de condenarme, ridiculizarme o que busca quitarme el coraje para seguir. Me río o lloro en secreto por ello, y continúo escribiendo lo que deseo escribir como quiero escribirlo. No conozco otra forma de ser la autora de mis sueños. Si quieres ser escritor, hazlo, escribe. Las críticas están a un centavo la docena, y la gente que amaría verte fallar se encuentra por todas partes. CONTINÚA, continúa haciendo lo que funciona para ti. CREE EN TI MISMO”. (Anne Rice) Por mi parte, estoy completamente de acuerdo con estas palabras. Espero de todo corazón que les sean de ayuda en momentos difíciles. Ellas salvaron a mis personajes y a mis mundos. Un gran beso a todos.

Mariela Villegas R.


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Debo admitir, que hasta hace unos años, no soportaba la idea de hacer de mi vida una vidriera pública. ¿Por qué digo esto? Porque las redes sociales me producían un cierto escozor. ¿Cómo semejante monstruo voraz podía hacer algo por mí que no fuera invadir mi intimidad más preciada hasa el punto de violentar también a mi familia? ¿Cómo podía yo exponerlos a algo así? Sin embargo, las redes bien usadas nos proporcionan algo más trascendente: la posibilidad de conctarnos con nuestros afectos más lejanos, de conocer gente cuyos intereses vitales son afines a los nuestros, ampliar nuestras perspectivas laborales, admirar desde el alma el arte de otros, darle a conocer al mundo mis historias y, por qué no, las historias de colegas que comparten mi misma locura u otras tan diferentes que el día y la noche parecerían

mellizos.

Aprendí de las redes a rechazar

lo

ilícito,

a

aceptar lo diferente y a madurar

el

colaborativo. amigos

espíritu Encontré

impensados…

Mariela entre ellos.

Andrea V. Luna


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Toqué sus labios con los dedos y los lamí sin presura. Mordí la punta de su boca y me deleité en el pequeño goteo de sangre que percibí con olor a óxido, aunque

con

sabor

a

dulce

miel

para

mi

paladar

experimentado en sapiencias que el mortal no podría nombrar. Una combinación de moléculas exóticas y vitaminas que embriagan más que el mismo licor que ellos bebían.

La

mujer

se

removía

entre

mis

brazos,

provocándome para tomarla. Su aroma a deleite me hacía sonreír. Pude atraparla a pesar de que todos en mi aquelarre decían que era la inconquistable princesa de hielo. Cuando la tocaba, sentía el invierno en su piel. También

era

sempiterna,

vampira,

condenada

a

la

eternidad en las sombras, pero nadie había sido capaz de percibir la calidez de su entrepierna por siglos. Cuando me tomó del rostro y me besó, degustando cada parte de mi boca de colmillos afilados, me hizo saber con la mente que me quería para sí. Se colgó de mi cabellera larga y cobriza para asirme bien y beber de mí. Percibí sus colmillos en mi cuello y me dejé llevar por el éxtasis de nuestra unión, clavándole la palma en uno de sus senos para luego regresarle la mordida.


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Ella jadeó irresistiblemente. Este era un ritual que nos uniría para siempre. Me había quedado con la más hermosa, la más divina de todas las

inmortales

universo.

en

Pero

compañeros

el

mis

todavía

se mofaban de mí. Durante

nuestra

primera cacería, juntos, me daría cuenta

del

porqué.

Sahri

nunca sería alguien para ser domada. Se acostó con el humano

del

que

se

alimentaría y después le desechó como una carcasa vacía, sin pena ni gloria. Era más sanguinaria de lo que yo había sido en mis cien años de existencia. Cuando le reclamé por qué mataba con tan terrible descuido, me respondió. –La vida es sólo una, así sea eterna o no. No pienso frenarme por nadie, mucho menos por ti. –Fue entonces que

comprendí

que

jamás

sería

feliz

a

destrozando, acribillando y arrebatando vidas

su

lado,

de tan

feroz manera. Me había condenado a una existencia de vacío voluntario.


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Hacía ya muchas horas que se encontraba sentado sobre una piedra a la orilla del río tratando de pescar. Mientras observaba los destellos del agua que transcurría a sus pies, el hombre recordaba ciertos momentos de su vida pasada: su primer cachorro, aquella muela picada, las milanesas de su madre, la pelea con el Gringo, la mujer que amó y aquello… Lentamente, recogió la línea y vio venir, aun desde lejos, los anzuelos vacíos… otra vez. Sin dudas ese día no era “su día”. Fastidioso, se dispuso a encarnar por última vez, ya casi con rabia… iracundo, en realidad. La ceguera del alma le nubló los ojos, perdió el equilibrio y se sostuvo del aire y la caña de pescar, con tal fuerza que se incrustó uno de los enormes anzuelos en la palma de la mano. Sangrando, comenzó a gritar las mayores groserías que su experiencia le había enseñado, maldiciendo su suerte una y otra vez. Se alivió al recordarse pescador experimentado y se propuso retirarse el metal de la piel con inusitada frialdad. En eso estaba cuando vio algo en el río que de inmediato le llamó la atención: un reflejo, una sombra, una silueta flotando. Se paralizó ante el espectáculo inesperado: la corriente arrastraba de a poco, juguetona y macabramente, un cuerpo sin vida hacia el exterior del recodo… “Siéntate a la orilla del río y espera: el cadáver de tu enemigo no tardará en pasar”, recordó. Un temblor expresó su sobresalto incontrolado cuando creyó verse en ese ser sin vida que se acercaba empujado por las aguas turbias del riacho. Lógicamente, desechó la idea en algo menos que un segundo por considerarla simplemente estúpida… pero la curiosidad ganó su espíritu por lo que, sin

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reflexionarlo más (así, como había sido su vida), se acercó sin acordarse del dolor lacerante de su palma herida. Abrió los ojos más allá de la capacidad de sus párpados cuando vio en los pantalones del muerto el desgarro causado por su propio perro hacía dos días… su camisa descolorida por el tiempo… entonces, con recelo y extraño temor se agachó a contemplar o contemplarse en el otro. Vio en el agua, junto a la mano izquierda del muerto, un hilo de sangre que se diluía y desaparecía en el oleaje. La cabeza enredada en los pastizales y el junco no le permitían reconocer ningún rostro. Un anillo despidió un destello incandescente, tal vez respondiendo a algún embrujado rayo del sol colándose entre las nubes incipientes: ése que le había legado su padre. Esa mañana había acertado en tomar entre su equipo un viejo bichero que ahora atinó a recoger, tembloroso, para intentar dar vuelta el cadáver y verle, por fin, la cara. Estas últimas acciones lo llevaron a un recorrido de esa parte de su vida que había querido ocultarse… se perdonó… perdonó a otros… pese a que nunca pensó poder lograrlo… Repentinamente, se sintió en paz. Cuando consiguió girar el cuerpo con el gancho, siguió sin poder ver el rostro de quien yacía sin vida ante él. Con pavor, con sorpresa, con resignación, reconoció en la mano del otro, su mano perforada aún con un anzuelo “pata larga” que había preparado la noche anterior. En la quietud de la tarde, como el humo de un fuego que se extingue, comenzó a desvanecerse en el aire cálido del ocaso aterciopelado… mientras tanto, en el cadáver quedaban, agolpadas y concatenadas, sus propias miserias.

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Todas tenemos miedos, ¿a qué negarlo? Descubrirlos, aceptarlos y, por qué no, tomarlos con humor tal vez pueda ser el primer paso para evitar males mayores.

Ante todo, recuerda: Este no es un consultorio psicológico ni pretenderá serlo.

¿Te has preguntado alguna vez cuál sería tu mayor temor? ¿Qué es el miedo? La Real Academia Española nos dice que es una “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario”. ¿Estás de acuerdo? ¡A que no! Algo me hace ruido en esa definición y es la ausencia de un punto crucial: lo involuntario del asunto. Las reacciones físicas ante aquello que nos provoca temor suelen no estar sujetas a los mandatos de nuestra mente o de nuestra conciencia. ¿Cuánto de nosotros, seres de luz se pierde entre las sombras de los miedos? Mariela Villegas nos adentra en nuestra propia oscuridad interior.

Fobofobia Si debía pasar el resto de mis días así, francamente sería mejor morir. Se suponía que los Elfos del Bosque éramos seres llenos de valía, dedicados cuidar de nuestra raza y de todas aquellas que las hojas de los frondosos árboles albergaban. Pero, yo le temía a todo y a nada en concreto. Había pasado medio siglo de una infinitud escondido tras mi arco y mi flecha, aunque nunca me enfrentaba a nuestros enemigos en el campo de batalla. Siempre me embargaba la misma sensación: ¿Y si no soy lo suficientemente fuerte o rápido o preciso para que los demás se sientan orgullosos de mí? ¿O si, simplemente, no soy suficiente? ¿Por qué no podía ser como las hadas, las ninfas o los sátiros, sin preocupaciones ni temores que me embarguen sin motivo aparente? “No cabe duda que lo peor de ser un ser de luz, es vivir entre las sombras de mi propio corazón”.

La fobofobia es uno de los temores de aspecto más extraño, ya que se trata del miedo a tener miedo. ¿Existe eso? ¡Sí, claro! Y, sin embargo, de algún modo, todos sufrimos de esa cosa tan terrible que nos hace ser vulnerables, no tanto ante los demás como ante nosotros mismos… porque, ¿a qué negarlo? Tener miedo de tener miedo termina siendo, inevitablemente, la expresión de nuestras propias inseguridades: “Si aquél me mira es

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porque algo no hice bien”. “Si no me mira es porque no le intereso”. “Si me habla es porque quiere algo de mí”. “Si no me habla, no soy nadie para él”. ¿Cómo… cómo? Es que lo primero que nos ocurre cuando tenemos miedo es, además, algo muy terrible: tenemos vergüenza de ese temor porque muchas veces termina siendo un completo sinsentido que no podríamos explicarle ni a nuestra mejor amigo… es más, tal vez si intentáramos decírselo lo único que obtendríamos como respuesta sería una burla o una risotada malévola, o una serie de bromas pesadas, miradas de reojo y gestos de “¡Ay, pobre!” que solo nos exasperarían tanto como para pelearnos con la persona a quien más amamos. La vergüenza y la fobofobia parecen ir de la mano: ambas son intolerables e intolerantes… tanto, que para zafar de ellas somos capaces de inventarnos las historias más inverosímiles sobre los demás, como una suerte de autodefensa, en las que proyectamos todo nuestro caudal interior, como en una expiación insana en la que creemos ver en el otro todas nuestras miserias. Para peor, encontrarnos con alguien que no tiene toda nuestra carga o la sabe manejar de otra manera nos resulta aplastante: en lugar de unirnos a él para salir adelante, nos sumimos en la desesperación y la envidia, que es uno de los sentimientos más corrosivos para el alma, porque no se va y porque genera otros, cada uno más intenso y sostenido que el anterior. ¿Solución? Si no estamos dispuestos a ver la vida de otro color la cosa tal vez se nos complique y necesitemos algo de ayuda exterior. Personalmente, yo entiendo la vida como una de dos opciones posibles: el vaso medio vacío o medio lleno. Verlo medio vacío supone una serie de problemas extra: crearnos temores y daños inexistentes y luego tener que buscarles una solución; creer que los otros son malos y nosotros no y, por eso, estamos solos en el mundo. Verso medio lleno, en cambio, admite una claridad que se expande en nuestra vida cotidiana como la luz en una habitación que ha estado oscura durante mucho tiempo en la que redescubrimos las cosas que estaban allí y que no habíamos sido capaces de valorar. ¿Tienes otros miedos? Te invito a compartirlos conmigo y a que nos volvamos a encontrar el mes entrante.

Un agradecimiento especial a Norita Rodríguez, Grace Lloper y Bea Sylva por posibilitarnos trabajar juntas en esta maravillosa columna mensual. Vean la actual en www.revista-nr.com

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María Elena Rangel Desperté en un lugar extraño, pero que a la vez me resultaba familiar. Era un inmenso bosque con inmensos árboles. Me sentía algo rara y recorría por mi cuerpo una sensación desconocida. Comencé a caminar tratando de encontrar el camino a mi hogar. ¿Cuál hogar? Escuché que me decía una voz a mis espaldas. “Tú ya no tienes hogar. Tu hogar ahora soy yo”. No supe qué hacer, ni siquiera me volví a ver a quien pertenecía esa voz áspera, pero con cierta ternura a la vez. Un impulso me obligó a correr para apartarme de esa presencia, a pesar de que mi cuerpo no respondía. Era como si una fuerza superior a mí me anclara a la tierra. Entonces comencé a dar la vuelta, poco a poco, como si el tiempo transcurriera en cámara lenta, con el corazón retumbando en mi pecho hasta quedar de cara al desconocido, y en ese momento, un torbellino de recuerdos inundó mi mente. ¡Era él! El hermoso sempiterno que me había transformado. Ya no era humana... Ya no lo sería nunca más. www.facebook.com/Nela04?fref=ts


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Lorena Sampedro Noelia es una niña risueña, simpática y dulce. Tiene el pelo dorado y unos grandes ojos de color azul tan intenso como el azul del mar. Todas las noches antes de irse a dormir, le gustaba abrir la ventana y mirar la luna y las estrellas. Desde muy pequeña se había sentido atraída por la magia de noche. No había ni un solo día que no admirara el brillo de la luna. Cuando era más pequeña, le preguntaba a su madre –¿Mamá tú crees que brilla por que alguien la alumbra con una linterna? Y su madre siempre le contestaba. –No, Noelia, brilla por que la noche es mágica, tienes hadas que esparcen polvos mágicos y hacen que brille la luna, y sus inseparables compañeras las estrellas. El día que Noelia cumplió trece años, pensó que ya era muy mayor para creer en esas historias, y aunque siempre la gustaría admirar la luna, era momento de crecer. Y así, fueron pasando una y otra noche, sin que Noelia, diera las buenas noches a la que había sido su compañera tantos años. Una de las noches, mientras dormía, escucho a alguien que le susurraba al oído, abrió los ojos pero no vio nada ¡Un momento! –Pensó–. ¿Qué es esa pequeña luz que sale detrás de la cortina? Se acercó con sigilo y la luz comenzó a revolotear rápidamente, casi no podía seguirla con la mirada ¡Para, no tengas miedo! –gritó Noelia–. No podía


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creer lo que veía. Se frotó los ojos una y otra vez. –¿Eres un hada? El hada, se acercó lentamente a Noelia, dejando un rastro tras de sí de polvos dorados. La niña podía notar como la acariciaba el leve aire que desprendían sus alas al moverse, ésta se acercó a la ventana y Noelia la abrió. El hada salió volando hacia la luna que brillaba con más intensidad que nunca. Desde esa noche, Noelia no dejo ni una sola noche de salir a ver a su tan amada Luna. Fotografia: Pedro Ignacio Fernandez De Marco. www.facebook.com/lorena.sampedrobarbero.1

Andrea Constanza Abrí los ojos, miré hacia fuera a través de los vidrios, quedé suspendida en una gota y ahí me estaba esperando el Parque Forestal con una corrida de farolitos que se encendían para anaranjar el atardecer. Las hojas danzaban al compás de los columpios… De pronto lo vi; mis manos transpiraron en azul y las suyas en blanco. “Te extraño” – lenguaje dactilológico (sordomudo) –. Mi corazón gritó por dentro. Colores fríos en mis dedos. Corrí, lo abracé en color perla… Tal vez, así palparía los dos largos inviernos que me congelaron en su ausencia. Imagen: Parque en Invierno (pintura al óleo) de Leonid Afremov. andreasalinasfer@gmail.com


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Catalina Kündell Tuve un sueño. Largo, sí. Fuerte, tan fuerte que los latidos de mi corazón despertaron en mí una tortuosa sofocación al sentir tus labios sobre los míos. Esos que fueron suaves, cálidos, desesperados por posarse en mi boca haciendo de ellos solo uno con los tuyos, que la respiración se nos olvidaba, pues la conciencia no era parte de nuestro amor, menos de nuestra desbordada pasión. Ahora me privas de ellos, tanto así que hasta en mis sueños me persigues, pero estos ya no son tan frescos y menos lozanos como en antaño. Son abrasadores, dolorosos, ¿deseas sacrificarme mediante tu aciago veneno envolviéndome con tu dulce néctar? Tan frágil soy, tan sometida ante tus caricias, que sé me doblegaran, porque te ansío, de forma tan tormentosa que prefiero sucumbir bajo tu cuerpo, ahogada ante tu candente roce que aunque la vida se me escape, no te vayas tu con ella. Tu lengua me enfunda tan ligera como minuciosa, apoderándose, jugando con la mía, que ya se ha resignado bajo tu sabor y encanto. Me empiezas a recorrer una y otra vez, y yo solo esclava de tu ser, solo un alma entregada en gloria y majestad ante su deleitoso deceso. Imagen: Anka Zhuravleva www.facebook.com/pages/JC-K%C3%BCdell-Anti-Escritora/181952648664272


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Es un gran placer tener con nosotras a esta gran autora del género Romántico Paranormal que se distingue por su solidaridad, por entregar el alma a sus lectores y por su pasión por la literatura. Catalina, bienvenida a tu espacio, Luz de Dos Lunas. R: Gracias a ustedes por invitarme. Es un placer poder compartir con los lectores de la revista Luz de Dos Lunas. —Queremos que nuestra gente te conozca. Dinos, ¿quién es Catalina Küdell o JC Küdell, como te hemos conocido en los medios de comunicación y redes sociales diversas? R: En el medio de la literatura soy conocida como JC Küdell, aunque la mayoría de mis amistades y hasta lectores me llaman por mi nombre, Catalina. Pero la verdad ambos nombres son totalmente míos, lo que no me complica en que me llamen por cualquiera de ellos. —¿Hubo alguna motivación específica que te animara a iniciar el camino de la palabra escrita? R: Con honestidad fue algo que surgió de la nada, puesto que siempre fui, desde niña, una ferviente lectora. Pero de un momento empecé a escribir notas sueltas; poemas, prosas, pero solo anotaciones, de eso hace unos diez años atrás, pero luego de otros más, empecé a escribir mi primera novela, de un momento a otro, casi por inercia. De allí no paré hasta el día de hoy. —Tengo entendido que la gran mayoría de las novelas que distribuyes —si no es que todas—, son gratuitas. ¿Es esto cierto? Y de serlo, podrías contarnos ¿qué te impulsó a darlas a conocer sin costo para tus lectores? R: Exactamente, mis novelas son gratuitas y solo debes acceder a Blogger o a Wattpad para leerlas. De hecho, mi primer libro también lo distribuí de forma gratuita. Más que nada quise probar qué tal me iba, ver cómo la gente aceptaba mi escritura, que por suerte el recibimiento ha sido fenomenal. Sí para este nuevo año, 2015 estaría presentando para la venta al menos tres libros, pero sí siempre dejando alguna novela gratuita para los lectores que me han seguido durante tanto tiempo.

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—Catalina, ¿hay alguna razón por la cual escogiste el género paranormal como tu sello distintivo? R: Siempre he dicho que la escritura debe tener su pizca de ilusión, de magia, pues creo que es fundamental entregarle al lector algo nuevo, fresco, que lo haga soñar, que sea un convite a nuevos mundos, por lo que no fue difícil escoger mi género literario, pero sí siempre estoy explorando otros campos literarios. Pienso que un escritor debe de probar, curiosear, más bien experimentar con diversos géneros, más allá de un gusto en particular. —Sabemos que eres muy popular en las redes sociales gracias a tu talento y tu habilidad para ver en todo el lado positivo. ¿Crees que esto te ha llevado a tener el éxito merecido en tus novelas? R: La verdad que cuando comencé a publicar por las plataformas sociales no me detuve en deparar cómo el lector iba a recibir mi pluma. Fue un riesgo que no lo vi sino hasta cuando comencé a recibir críticas, que la mayoría siempre fueron positivas. En mi caso, nunca he tenido la meta necesaria en vender, por lo que dejé el estrés de lado en cuanto a ese asunto, pero ya con el tiempo me he dado metas a cumplir como vender y experimentar con respecto a ello. Creo que me ha ido bien porque principalmente escribo lo que me gusta, lo hago con mucha dedicación, mucho amor, por lo que siempre estoy positiva, satisfecha en lo que hago, independiente lo que el lector muchas veces pueda opinar, pero sí, muchos de ellos me han dado las garras, las ganas de continuar. Pero hablar de éxito aún se me hace algo desconocido. —Había hecho esta pregunta previamente a otra autora, pero realmente me interesa saberlo de ti y

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pienso que a nuestros lectores también. ¿Cuál de tus novelas es la mejor te define como autora y por qué? R: Es una muy buena pregunta. Creo que como escritora podría responder que aún no hago la que me identifique en totalidad, pero debo decir que cada una de mis novelas lleva una parte mía. Alter egos, lo que sueño ser, o descartaría en hacer. Como también he agregado ciertas características de personas cercanas a mi vida, pero si puedo responder sería “Oh Lena, dulce Lena” pues es una novela que tiene de todo. Me preocupé de colocar todo lo que yo deseo leer en una historia, desde el romance, la tragedia, el humor, la ironía y las vivencias cotidianas de la vida, con personajes que pueden ser hasta lejanos, pero indagando sus vidas te das cuenta que no son tan diferentes a uno. Y por supuesto la magia, lo bizarro, lo que no es común. Eso me llevó a hacer esta novela, que surgió de un corto, pero un par de lectores me dijeron que sería muy bueno que explorara más y que intentara en hacer de esa historia una novela, y allí estoy, de cabeza escribiendo una novela que me llena de muchas maneras. —¿Alguno de tus personajes es de tu predilección? O como dicen las madres de sus hijos, no existe ningún preferido. R: Amo a cada uno de ellos, pero me es difícil quedarme con uno, ya que son muy opuestos, pero serían Gauler Aldara, protagonista de mi libro Inferus V3: La legión del mal, por su ingenuidad, su valentía y su esperanza hacia un mundo desconocido. Y las otras dos serían Minka Lunn y Geiger Alteheus, ambas co-protagonistas de mi novela Oh Lena, dulce Lena, mujeres fuertes, dolidas, con una forma de vida muy diferentes, y con una mirada hacia el amor y hacia el prójimo que no deja de sorprender. —He leído algunas de tus historias y me han parecido magníficas. Sin embargo, noto una particularidad que se repite en tus historias: los nombres sumamente inusuales y que denotan poderío. ¿Los inventas, los buscas en internet o tienen un trasfondo más místico? R: Cuando comencé a escribir sobre mis personajes, dejé sus nombres al último, pues siempre he sido muy crítica respecto a los apodos y a los nombres, lo que me llevó a explorar y a encontrar una diversidad de ellos, nombres pocos usuales, y menos ocupados, pues cada vez que leía una novela muchos se repetían, y no quería caer en eso, siempre trato de buscar la originalidad, aunque cuesta mucho. La mayoría los he inventado, como he fusionado muchos de ellos, jugando, y de ahí han nacido nombres como Gauler, o Minka, hasta Pybella. Pero podría decir que

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siempre trato de agregarle el misticismo, un nombre corto pero que quede en la retina del lector, en su recuerdo, y creo que ha resultado. —Tu nombre de autora es peculiar y llama la atención en cualquier sitio en el que te presentas. ¿Es un seudónimo o deriva de tu mote real? R: Me llamo así, pero JC vendría siendo mi seudónimo como el de Kvyentray que ocupo generalmente para novelas juveniles. —Dinos, Catalina. Si alguna de tus historias fuera trasladada a la pantalla grande, ¿cuál sería y te gustaría interpretar algún papel en ella? Cuéntanos. R: ¡Difícil! Pero me arriesgaría a interpretar el rol de Minka Lunn, pues es un personaje diverso, no sabes si amarle u odiarle. Crea muchos prejuicios, pero cuando la empiezas a entender te cambia la opinión, y yo amo esos personajes que son así, no me gustan los extremos al menos en la literatura, por lo que jugar un poco, es algo que se permite en esto. Y por supuesto sería Oh Lena, dulce Lena. —Para aquellos lectores que no lo saben, Catalina es una grandiosa diseñadora gráfica. ¿Utilizas este talento en todas tus portadas? R: ¡Muchas gracias! Sí, en mis portadas trato de agregar todo lo que sé como también jugar con el ingenio. Ya para mis siguientes publicaciones como libros para la venta habrá un par de sorpresas con respecto a los diseños e ilustraciones. —¿Algún libro que hayas leído te marcó como persona y como autora? R: Tengo muchos, pero el cual me marcó y me hizo explorar tanto lo misterioso, la ficción como el erotismo fue el libro “Donde acecha la serpiente” del autor chileno Hugo Correa.

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—¿Crees que debería haber un parámetro para todos los autores al escribir o eres fanática del libre albedrío en la escritura? R: Un escritor debe ser como un actor, es decir, un camaleón, esa es mi formula, que si bien es cierto siempre nos sentiremos más cómodos con un cierto género, pero pienso que un buen escritor siempre se aventurará en hacer algo más, pero también creo en el libre albedrío, pues esa es la regla no-regla de la escritura. Puedes escribir bajo tus propios sueños, argumentos y visiones. Allí se es libre. —Por último. He notado que en tu página de Facebook te llamas a ti misma “antiescritora”. ¿Por qué elegiste esta palabra para describirte? R: Creo que es más que nada como un juego. Pues como autodidacta, no tengo estudios literarios ni una base en sí. Solo poseo el ingenio como las ganas de escribir, lo que me hace sentir una anti-escritora, porque a pesar de escribir género paranormal exploro de todo un poco, no me encasillo, como digo, solo me dedico a plasmar lo que se me viene a la mente, sin pensar en que eso me hace un escritor o solo un observador. Te agradecemos infinitamente el dedicado y debo decir que te consideramos una persona llena de luz y belleza que contrasta perfectamente con sus historias oscuras y enigmáticas. Cualquiera que tenga el privilegio de toparse con tus novelas, no debe perder la oportunidad de leerlas. Un gran abrazo de parte de Andrea y mío. ¡Gracias, Cat! R: Gracias a ustedes queridas Mariela y Andrea por esta entrevista. Disfruté muchísimo respondiendo. Un abrazo para ustedes y para los fieles lectores. *Proporciónanos dos páginas donde los lectores puedan encontrar tus libros y la portada con sinopsis de una de tus historias, más una imagen tuya de autora (no importa si es un avatar para no mostrarte si no gustas hacerlo). Un gran beso.historias, más una imagen tuya de autora (no importa si es un avatar para no mostrarte si no gustas hacerlo). Un gran beso. *Pagina de autora: https://www.facebook.com/pages/JCK%C3%BCdell-Anti-Escritora/181952648664272?fref=ts *Página de la Saga Inferus: https://www.facebook.com/sagainferus *Blogger http://ohdulcelena.blogspot.com *Wattpad http://www.wattpad.com/user/JCKudell

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Alguien, alguna vez, me preguntó cómo se debían presentar los diálogos en un cuento: era un alumno que escribía muy bien y tenía ganas, justamente, de presentar un trabajo suyo en un certamen literario local. Recuerdo que en aquel momento le indiqué dos estilos, los dos tradicionales: directo e indirecto; pero la verdad es que hay por lo menos tres maneras más y cada una de ellas responde a necesidades expresivas y estilísticas bien diferenciadas. En primer lugar, podemos incluir el diálogo en el cuerpo del relato sin puntuación que lo diferencie de lo que no lo es. Este modo, a simple vista, no parece nada correcto y esto suele ser cierto, salvo que el efecto sea el de buscar la introspección en lo que se denomina monólogo interior(un estilo bastante complejo por su fraccionamiento, alteraciones de humor, disparidad de criterios, inclusiones de textos externos, desorganización y demás, que son propios del discurrir del razonamiento) acentuando la confusión de ideas del personaje, ya que lo que se busca es revelar sus pensamientos a un nivel pre-discursivo (esto es, antes de que sean verbalizados) de modo tal que no parezcan estar controlados por el autor y mostrando al lector su intimidad más cruda. Este estilo floreció en el resurgimiento de la novela del siglo XX y fue cultivado con maestría por Joyce en su Ulises. Otro modo es distinguir el diálogo entrecomillándolo, como lo ha hecho, por ejemplo, Alejo Carpentier. Sin embargo, este estilo parece más apropiado a la hora de incluir en la narración los pensamientos del personaje: algo que debemos conocer como lectores pero que debe permanecer oculto de quienes le rodean. Usado con habilidad, puede dar resultados estremecedores si, por ejemplo, el personaje se saliera del control del autor y tramara algo diferente a lo que expresa abiertamente. Otra posibilidad que resulta llamativa es la inclusión del diálogo con la forma habitual del género dramático: anotando en

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cada entrada el nombre del personaje. Suelo utilizarlo como un recurso de vez única en narraciones muy extensas, cuando la idea es dotar a la escena una sensación de agilidad e inmediatez sin que sea necesario describir nada ni relatar nada porque todo detalle sería irrelevante. Aquí, el diálogo debería ser preciso, contundente y relacionar al menos tres personajes para que no resulte una técnica usada de modo absurdo. En este punto, ya podemos entrar en las formas más tradicionales: el estilo indirecto y el estilo directo. Son, ambos, el modo más habitual y depurado para presentar diálogos. El primero de ellos, implica que lo que los personajes dicen pasa por el tamiz del narrador, quien lo interpreta y le brinda el filtro de su propia opinión; el texto dirá: “Cuando se encontraron esa tarde se saludaron amablemente y ella le preguntó cómo estaba”. Es decir, no se presentan las palabras textuales sino una adaptación que brinde los matices funcionales que el autor in fabula, cuya presencia ha de ser fuerte y distintiva, considere necesarios para limitar la libre interpretación del lector y el albedrío de su narrador. En cuanto al estilo directo, bien, es mi favorito no solo porque brinda una amplitud de matices sino también por su elegancia y porque permite una pluralidad de cosmovisiones y enfoques que, obviamente, incluyen los de los personajes, del o los narradores y el del propio autor. Dicho esto, así, vacías de contenido, las reglas para componerlo son más o menos las que enumero: · El guión de diálogo o guión largo o raya, se coloca en el inicio del diálogo o de la aclaración pegado a la primera palabra. Si bien en las aclaraciones funcionan más o menos como los paréntesis, no lo son y, por lo tanto, no es necesario cerrarlos. He aquí un ejemplo: –Hace tiempo que te esperaba –dijo con frialdad. · Sin embargo, cuando la acotación va en medio, sí se cierran y van pegados a la primera y última palabra siguiendo, justamente, las reglas de los paréntesis. Luego de la acotación del narrador siempre ha de haber un punto, aunque haya terminado el parlamento del personaje con signos de exclamación, interrogación o puntos suspensivos.

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–No hacía falta que vinieras –dijo–. Puedo solo. –¿No te parece que estás algo susceptible? –agregó impaciente–. No se puede con vos. · Si la acotación está en medio de una oración del personaje y fuera necesario utilizar una coma, ésta debe ir siempre después del inciso del narrador y no antes. –Mirá, Carlos –suspiró profundamente–, mejor, te dejo solo. Pero hay más… el estilo indirecto libre combina el estilo indirecto con ciertos aspectos del monólogo interior, puesto que en él la voz del narrador se ve interrumpida por ciertos enunciados que son propios de un personaje. En este caso, tampoco se colocan signos de puntuación ni marcas lingüísticas especialmente distintivos y por lo único que puede ser reconocida esa voz del personaje tiene más que ver con el estilo discursivo diferenciado entre él y su narrador. Veamos: “La fiesta estaba en su apogeo. Las conversaciones eran fluidas y se versaban más o menos sobre lo mismo: cómo conseguir una pareja para pasar el rato y no más. Los muchachos se codeaban entre ellos y las chicas se arreglaban el cabello y se tapaban la boca para hablar, como si eso bastara para que los demás no supieran de qué hablaban. ¿Por qué no podían ser como él? Menos obvios, más inteligentes, menos frívolos… ¿Cómo podría encontrar pareja allí si todos son insoportablemente inferiores? Miró alrededor con desesperación y se alejó cabizbajo y enfurecido”. Por supuesto, el buen narrador someterá a exhaustivo juicio y criterio cada una de estas técnicas y, de no hallar lo que necesita buscará experimentar con distintas hibridaciones hasta dar con el resultado que ansía; porque a veces, las voces de nuestros personajes se hacen tan insoportablemente independientes que quieren escaparse de nosotros mientras intentamos con desesperación que se queden en el lugar que los colocamos y cumplan con la función que nos es tan necesaria para que todo funcione. Encontrar el estilo y la técnica que nos represente y que esto, además, sea justamente lo que estábamos buscando es, al fin y al cabo, uno de los placeres más inconmensurablemente abrasadores que el alma del escritor pueda desear. http://andreavluna.blogspot.com.ar/2012/07/sobre-la-puntuacion-en-los-dialogos.html

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Tempestades y Cadencias. Antología poética y narrativa.

La mente y el alma de un escritor se encuentran en un movimiento permanente que no termina nunca; ni si quiera cuando consigue, después de ese momento en que se deja dominar por la imaginación denodada, expresar en palabras lo que sabe que va más allá de sí mismo. Después de mucho trabajo, he conseguido realizar una compilación de lo que creo son mis mejores poemas y cuentos para que, finalmente, puedan salir a la luz y no quedar encerrados en una carpeta. Disponible para su compra digital en:

www.nuevaeditoradigital.com/#!andrea-v-luna/c23fd


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“Noche de Brujas” Vol. 1 Saga Noche de Brujas Presentación: Dicen que todos los cuentos deberían comenzar con la frase: “Érase una vez…” Yo no empezaré así. Esta no es una historia común, mucho menos un cuento de hadas. Es más bien el relato de un submundo que existe muy a pesar de los seres humanos, en los rincones más obscuros de nuestras mentes. El lugar dónde todo puede ser posible, desde el más hermoso sueño hasta la peor de las pesadillas. El mundo secreto de las brujas.

"Con la luna alumbrando mis brazos de porcelana blanca. Puedo ser la plaga, la muerte, la peor de las trastadas. Mis ojos brillan como dos luceros al sol, pero a la obscuridad de la noche son feroces cual inmortal fuera de control. Mi temperamento puede ser gélido, mas nunca lo será mi piel. Soy humana después de todo, una vengadora fiel. Mi destino está marcado por la sangre en mis venas y mi clan me ha acompañado en todas mis noches en pena. Soy bandida, no traidora, soy realista y matadora... soy la magia en pleno celo y con mis labios doy consuelo. El destino me arrastra como el viento a una burbuja. Ya lo sabes, no te olvides, soy Madison, una bruja".

*Booktrailer: https://www.youtube.com/watch?v=xLilabrEvTw *Venta en Nueva Editora Digital (eBook): http://www.nuevaeditoradigital.com/#!mariela-villegas-r/cocv *Venta en Marcel Maidana Ediciones (ePub): www.marcelmaidana.com Página de la Saga Noche de Brujas en Facebook: https://www.facebook.com/pages/Saga-Noche-de-Brujas-MarielaVillegas-R/141524426016453

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A todos nuestros amigos lectores: El ser escritor, conlleva una serie de sacrificios y recompensas que queremos compartir con ustedes. Redactar una novela de cualquier extensión, requiere muchísimas horas de trabajo alejados de las personas que amamos, entre otras cosas. Una novela, cuento o relato, no solamente se escribe y sale a la venta. Una vez que el autor termina de redactarla, hay que revisarla numerosas veces, reescribirla, editarla, darle formato y enviarla a una editorial, eso si no somos escritores autopublicados –lo que lleva aún más tiempo de preparación y publicidad-. A eso hay que añadirle el dinero de las promociones que llevamos a cabo y que invertimos para hacerles llegar una obra de la mejor calidad. Hacemos esto con mucho amor para que nuestros lectores reciban novelas que les lleguen al corazón y que les hagan volar, sentir, imaginar, sonreír, amar, llorar o estremecerse, dependiendo del tipo de obra a la que sean aficionados. Cada vez que alguien descarga gratis una novela de nuestra autoría sin nuestro consentimiento, se está robando no sólo una obra, sino miles de horas, dinero y esfuerzo invertidos. Esto, sin duda alguna, es un plagio. Existen cientos de sitios webs y blogs que distribuyen nuestras novelas de manera gratuita, cuando los mismos autores lo hacemos de forma controlada y adecuada a las necesidades de todos. Sabemos que esto no ocurre con todos, pero es una triste y devastadora realidad. Se roba parte de nuestras almas, de nuestras vidas. Conocemos las necesidades de nuestros lectores y por ello proporcionamos libros de manera gratuita cuando hacemos publicidad en páginas autorizadas. Queremos que nuestras historias se conozcan, para eso las hacemos, pero todo tiene un límite que hay que respetar. No se trata de reprochar ni buscar culpables, sino soluciones. Para que podamos seguir creando mundos, debemos mantener el nuestro limpio de estas situaciones. Por ello les pedimos, por favor, NO DESCARGUEN LIBROS SIN LA AUTORIZACIÓN DEL AUTOR, y tampoco regalen sus archivos. Es tan simple como esto: si haces tus deberes de escuela y alguien viene a querer tomarlos sin permiso, te enojarías porque invertiste tiempo y esfuerzo para llevarlos a cabo. Tampoco se los “prestarías” a alguien si sabes que esa persona no ha “pagado” el precio por ellos. Se le llama INTEGRIDAD, y es un valor que todos debemos fomentar. La lectura es un tesoro invaluable que nos regala la oportunidad de sentir y vivir en planos distintos a los nuestros. Si quieren que sobreviva, DIGAN NO A LA PIRATERÍA. Valoren el esfuerzo de los demás. El universo en su infinita sabiduría lo retribuirá y les dará mil veces más. Esa es una ley ineludible. “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Eviten la vergüenza de resultar expuestos como “ladrones”. Es mejor hacer lo correcto y apoyar la lectura dentro de los márgenes que nos dictan la consciencia y la sociedad. Esperamos sinceramente que este manifiesto sea considerado. ¡Apoyemos a nuestros autores predilectos para que podamos tener obras mejores y más novedosas!

ACLARACIÓN: Todas las imágenes fueron tomadas dela Web. Si alguien se ofende o su autor (apropiadamente certificado) reclama retirarlas o agregarles su nombre, siéntase libre de hacerlo.

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