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Entrevista a Julio de la Fuente

Julio de la Fuente, a punto de estrenar “El Hogar”

La portada de este mes está dedicada a un gran cineasta con mayúsculas, Julio de la Fuente. No es la primera vez que Julio ocupa la portada de nuestra revista. Esta ocasión es muy especial, pues estamos a pocos días del estreno de su última creación, “El Hogar” un largometraje de ficción, como bien le gusta decir, un homenaje al cine de Charles Chaplin, especialmente a su película “El Chico” que acaba de cumplir cien años; por ello, el homenaje no puede ser más fiel: Julio, acostumbrado a trabajar en el alambre sin red, lo hace contando una historia de cine mudo en blanco y negro.

El que tiene el placer de entrevistarle en esta ocasión para las páginas de Luz y TinTa tiene el honor de haber sido el Productor Ejecutivo de su trabajo. Por ello, y como soy consciente de que si me extiendo mucho en la presentación terminaré no siendo objetivo, dada mi vinculación con la película, y además prefiero que los espectadores juzguen por sí mismos. Pero no puedo por menos que decir que nos encontramos ante un gran trabajo, de dirección, de actores y técnicos, y un gran plantel de figurantes al mejor estilo del cine neorrealista. Con unos escenarios únicos como son los que Asturias nos brinda de forma natural, en este caso diferentes atmosferas de Oviedo y de Llames de Parres. Pero dejemos que el propio Julio nos cuente, como lo está viviendo y sintiendo.

—¿Qué se siente a punto de estrenar EL HOGAR el próximo 31 de octubre en el Filarmónica, de Oviedo? —Siento una gran responsabilidad. Es el momento en el que el publico te dice si la película le ha gustado o no. Como capitán del barco, donde toda la tripulación espera ansiosa ese veredicto, sientes un ejercito de hormigas patrullando por tu cuerpo, a la espera de si el público aplaudirá o no.

—Como director, ¿que esperas de tu última creación? —Espero que las nuevas generaciones tengan una pequeña noción de lo que fue el cine cómico, y en especial el que hicieron los pioneros del cine mudo en blanco y negro y que no conocen. También espero que les haga reír, sentir, y pensar a todas las personas que vayan al cine a verla.

—Se supone que, siguiendo la trayectoria de sus películas anteriores, El Hogar será presentada a diferentes festivales de cine, nacionales e internacionales. —Ciertamente, la película será presentada en los festivales más importantes, tanto nacionales como internacionales, por supuesto también en cines y televisiones.

—Últimamente se está hablando mucho de la promoción del cine asturiano, ¿que tiene que decir al respecto? —Mi asignatura pendiente siempre ha sido que el cine asturiano tuviese la importancia que tienen otros cines como el catalán, el vasco o el gallego. Pero según pasan los años me doy cuenta de que cada vez más mis ilusiones se asemejan a una hermosa utopía. Hay un poema de José Saramago que termina diciendo: “¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa¡ ¡Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento¡» Me identifico plenamente con sus palabras, a sabiendas de que pensar así tiene un precio. En los últimos dieciséis años de mi carrera como realizador he hecho catorce cortometrajes, tres largometrajes documentales, dos películas de ficción y cuatro obras de teatro, y tengo la sensación de que todo sigue igual, al menos en mi caso me encuentro con las mismas dificultades o más que las que me encontré a la hora de realizar mi primer trabajo. El cine asturiano es muy singular y diverso, dejando de lado los piratas que más que trabajar juegan con este arte saltándose las normas más elementales de la legalidad, y que hacen mucho daño a este noble oficio; en el entorno verdaderamente profesional existe una rivalidad poco sana, que a veces se impregna de un sectarismo que ayuda muy poco al desarrollo de la pluralidad creativa. Siempre me he negado a la idea de que esto no tiene solución, pero como dice nuestro paisano el cantante Víctor Manuel en una de sus canciones refiriéndose a la patria, que curiosamente se titula “Esto no es una canción” dice: ¡Aquí cabemos todos o no cabe ni Dios¡ y yo no puedo por menos que pensar en esa Asturias patria querida, donde desde diferentes esferas no somos todos iguales, al margen de los riesgos económicos que corre cada realizador. Quiero negarme a creer que el cine profesional asturiano son algo más que dos directores y un festival, pues no es la primera vez que escucho esa manifestación. Sobre todo cuando se te reconoce el trabajo en otros lugares, el mismo que se te niega en tu patria chica. Así la posibilidad de desarrollar tus aptitudes es imposible, más allá del riesgo económico personal que ese siempre lo tienes abierto.

—Algún nuevo proyecto para el 2003. —No, me temo que este trabajo sea el punto final. Nunca se puede decir “de este agua nunca beberé”. Pero tienen que cambiar mucho las cosas, las razones ya te las he dicho en la pregunta anterior. Son dieciséis años haciendo cortos, teatro y películas de ficción. Sinceramente no puedo más, es mucho el dinero perdido y el esfuerzo realizado, llevando en mis trabajos el nombre de Asturias por un total de veinticuatro países, recibiendo premios y selecciones finalistas. Y algo más importante que el dinero perdido, que lo es, dejando en ello la salud. Siento una gran envidia sana al ver como se valora el trabajo de otros realizadores en sus regiones de origen, desde mi punto de vista aquí no se nos valora adecuadamente, ni somos lo suficientemente reconocidos por quienes pueden hacer algo más por el cine, mientras las ocasiones en las que se consigue el esperado y merecido reconocimiento es en otros lugares lejos de nuestro entorno más íntimo. Abandonar, no abandonas nunca, pero seguro que será bajo otras características, donde el riesgo económico no lo asuma yo, como ha ocurrido en estos dieciséis años, serán colaboraciones especiales puntuales, para ello, siempre estaré abierto y dispuesto a poner mi grano de arena, como la colaboración que acabo de hacer contigo en tu corto “Solo”, donde me ha encantado hacer el papel del viejo profesor que se encuentra con su alumno años después, corto para el que te deseo toda la suerte del mundo, pues te lo mereces.

Muchas gracias, Julio, desde Luz y Tinta íí que te deseamos lo mejor, y que este trabajo tan icónico, este homenaje al cine que te hizo amarlo desde niño, el cine de Charles Chaplin, seguro que será reconocido y admirado por todos aquellos que aman el cine como nosotros, aquí, en nuestra patria chica, a la que bien te refieres y seguro que siguiendo la dinámica de tus trabajos anteriores también será admirada y reconocida en muchos lugares del mundo. En este caso la prueba del algodón serán los festivales de nuestro país y los de allende los mares.

Suerte,Julio, tú sí que te lo tienes más que merecido. Las personas cambian, van y vienen, las obras permanecen, y en ocasiones hacen que uno no sea profeta en su tierra, pero como las obras perduran en el tiempo, al final el trabajo se termina reconociendo en todas las esferas, esperamos y deseamos que no sea muy tarde para ese reconocimiento, y que lo puedas ver y disfrutar más pronto que tarde.

José Luis Cuendia, “Guendy”

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