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Comunidad no escapa al Cáncer de Mamas

MIKE SUÁREZ FERREIRA

El cáncer de mama es el segundo cáncer más común en las mujeres, con más de 2,2 millones de casos y 685.000 fallecimientos en el 2020. Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), una de cada doce mujeres se ve afectada por este tipo de cáncer, siendo más común las muertes en países de bajos recursos debido al poco acceso a buenos servicios de salud. La OMS proyecta para el año 2023 un total de 28.782 mujeres con cáncer de mama en Venezuela, además de un incremento de 11% en la mortalidad debido a la enfermedad, lo que se traduce a siete fallecidas cada 100.000 afectadas.

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El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células se multiplican sin control. Esta dolencia puede comenzar en distintas partes de la mama: los lobulillos, los conductos y los tejidos conectivos. La mayoría comienza en los lobulillos y en los conductos. Existen cinco estadios dentro de esta enfermedad: el estadio “0” es el carcinoma ductal in situ no invasivo; y los estadios “I al IV” representan un cáncer más invasivo.

“En manos de Dios y la Virgen”

En la comunidad luso-venezolano existen muchas mujeres incansables que han luchado para salir de esta enfermedad, cada una con una visión particular del proceso vivido. Una de ellas es Antonietta Yamilee Da Silva Silva, quien en febrero del 2020 fue diagnosticada durante un examen ginecológico de rutina. “Me diagnosticaron una lesión que tenía que salir de mi cuerpo y me dieron varios escenarios y probabilidades de salir de esto. Lo primero que pensé fue en mi familia, ¿cómo decirles lo que está por venir? Y que yo misma no sabía cómo afrontarlo” explicó.

Da Silva siguió los protocolos médicos: fue operada en abril del 2020 y luego, en mayo de ese año, comenzó con las quimioterapias, que se extendieron hasta el 27 de noviembre; día en que se celebra a la Virgen de la Milagrosa. Después de esto continúan los controles.

Yamilee es una de las tantas mujeres que superan con éxito esta enfermedad. Aunque al recibir la noticia tuvo mucho miedo, durante todo el proceso se apegó a la fe. “La superé emocio-

El mes de Octubre se viste de color rosa para luchar contra el cáncer de mama

Dos integrantes de la comunidad luso-venezolana que han pasado por la enfermedad cuentan su historia y llaman a realizarse la mamografía todos los años

nalmente gracias a la fe que tuve en Dios y en la Virgencita. Me acerqué más a Dios y puse todo en sus manos, confié, tuve mucha fe” dijo Da Silva, quien después de su última quimioterapia asumió “con fe y optimismo que Dios te guía y tú pones de tu parte para lograrlo, con el apoyo de quienes te rodean”.

Sin duda alguna, fueron su esposo, hija, madre, hermanas, cuñados y sobrinos quienes la auparon para seguir adelante en el duro proceso. “Con mucho amor y risas me daban fuerzas para afrontar y realizar el tratamiento” sancionó, recordando que en su última radioterapia estaba feliz, ya que era el último paso de los protocolos médicos. Actualmente está tomando un tratamiento diario durante varios años para evitar que las células se vuelvan a manifestar.

Existe mucho apoyo por parte de las mujeres que ya superaron esta enfermedad hacía las que la están padeciendo. Entre ellas se envían mensajes de motivación para que no se derrumben. “No tener miedo, aunque suene muy duro, como decía mi oncóloga en sus redes sociales. No es una sentencia a muerte, existen muchos testimonios de vida que sirven de apoyo; si existe un porcentaje de curarte debes aferrarte a él. La prevención temprana es la mejor cura. Confiar en Dios y en la virgencita y sobre todo en tu familia, ellos te dan la fuerza para seguir. Ser feliz, aunque no tengas el mejor pronóstico; dar y permitir felicidad a tu entorno” concluyó Antonietta Yamilee Da Silva.

“Una lucha constante”

Marlyn Velázquez es una luso-venezolana que luego de diez años vuelve a padecer esta enfermedad. “Lo más difícil de esta situación es no tener nunca la certeza al 100% de que será un proceso superado, siempre está el riesgo de recaer y lo que nos queda es tener la fe y esperanza de que los tratamientos funcionarán como se espera. Lo importante es el cumplimiento del protocolo. Todos los cánceres son distintos, unos son sensibles a algunas hormonas y otros no, ni si quiera cuando se practique mastectomías radicales” explicó.

“Mi caso particular fue por un accidente de hogar, recibí un golpe en uno de los senos, se me formó un bulto y por mi edad y antecedentes ni mi ginecólogo obstetra pensó que era algo malo; pensamos que era una necrosis por el golpe. Me realicé un eco y no se veía nada anormal, finalmente me hice una mamografía y allí estaba el diagnóstico. Fue cuando empecé a buscar un mastólogo y oncólogo, esa también es una parte muy importante en la recuperación: encontrar médicos que nos den un buen ‘feeling’, que nos hablen claro y nos traten como seres humanos y no como un número más” afirmó Velázquez.

Hace 11 años le detectaron la enfermedad a Marlyn; dos meses después le practicaron una mastectomía radical del seno derecho y posteriormente inició el proceso de seis meses de quimioterapias “preventivas”. El caso de Velázquez era receptor de hormonas, de allí estuvo diez años con un tratamiento de pastillas que le daba una efectividad de 75%, según el medico un buen número. Hace año y medio recayó y ahora lleva un año y tres meses de quimioterapia, sin conocer que tantas sesiones le faltan. “Como lo he dicho: fe, esperanza, amor y comprensión, aceptación y apoyo, todo lo que necesitamos y sin lugar a duda agradecimiento a nuestro Dios por cada día, por cada oportunidad y por cada pequeño momento vivido” -fueron las palabras de Marlyn.

“Lo primero que pensé fue en mis hijos y mi esposo. En mi familia completa. Por ellos lucharía todo lo que fuese necesario, quiero verlos crecer compartir sus alegrías y estar allí siempre que me necesiten. Mi lucha es por ellos y por mí, para estar allí” aseguró Velázquez, quien visualiza una vida larga y feliz. “Uno nunca quiere morir sin hacer muchas cosas primero. Lamentablemente no todas ganan la batalla y la verdad es una lucha constante. Aun luego de superarla siempre se vive con el miedo de poder recaer, ningún diagnóstico es ‘sano por siempre’. Yo vi esta enfermedad como cualquier otra, la que hay que medicar, tratar y esperar que los tratamientos funcionen. Después de todo, nadie en el mundo sabe de qué va a morir. Vivir con fe y esperanza es lo que tenemos. El Covid-19 es una muestra de ello” comentó la luso-descendiente.

Marlyn envía un mensaje para cada una de las personas que padecen esta enfermedad. “Mi mensaje va para las personas que lo padecen, los que llegasen a padecerlo y para quienes los rodean, definitivamente es un proceso muy difícil y mucho más si se vive solo. Es muy importante el apoyo de todos, que nos consideren, que nos tengan paciencia y nos brinden ayuda, todo ello sin tenerlos lástima o vernos como si ya tuviésemos el epitafio en la frente, estoy segura de que todos queremos vivir y en la medida de cada uno luche por superarlo. La negatividad o los reproches no producen nada bueno. La vida es una sola y tenemos seguro el día en el que nacemos, cada día vivido es ganancia, hay que disfrutar y verle lo bueno cara a cara” concluyó.