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Comerciantes lusos apuestan a Venezuela

Portugueses siguen invirtiendo y apostando por Venezuela

MIKE SUÁREZ FERREIRA

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La comunidad portuguesa en Venezuela ha sido calificada tradicionalmente como una de las más trabajadoras, emprendedoras y dispuestas a crecer dentro del mercado nacional. En la actualidad no es diferente: los portugueses siguen apostando por un futuro en tierras venezolanas, manteniendo sus locales en perfectas condiciones y esforzándose por ofrecer un buen servicio. De hecho, en los últimos meses hay quienes han optado por invertir nuevamente en el país, por un futuro en estas tierras, abriendo nuevos locales comerciales.

Una familia luso-venezolana que está apostando por Venezuela es la familia Rodrigues quienes son los dueños de “la Muralla Gourmet”, una licorería ubicada detrás del supermercado La Muralla, una marca reconocida desde hace más de 28 años. Fue fundada por Antonio Rodrigues, inmigrante de la isla de Madeira, quien desde su llegada al país ha apostado por el crecimiento económico de Venezuela. Luego de muchos años, sus hijos abren el primer ‘Food Hall’ de Caracas detrás del supermercado de la familia, en donde los consumidores podrán encontrar vinos, cervezas y licores de cualquier nacionalidad, principalmente portugueses, así como también embutidos, restaurantes y un pequeño bar que en las mañanas ofrece café y en las noches una gran variedad de cocteles.

Dentro de La Muralla Gourmet encontramos tres restaurantes en alianza con el grupo CM Food Co., que han liderado y cautivado al público en Panamá, Aruba y El Salvador. Lucca Trattoria es un concepto moderno con alma rústica que ofrece auténticas pizzas napolitanas. Bruttito Sushi Bar es otra propuesta culinaria de la cocina japonesa, donde resalta el Tuna Hand Roll y el Crudo de White Tuna con aceite de trufas. El último restaurante que encontramos dentro de este ‘Food Hall’ es Burger Project, un ‘fast casual’ que ofrece hamburguesas hechas con carne 100% angus.

“Si nosotros queremos un mejor país y salir adelante, uno tiene que trabajarlo. Este negocio bene-

La comunidad lusa continúa creyendo en el país, manteniendo espacios tradicionales e impulsando nuevos emprendimientos

ficia a muchas familias, a muchos trabajadores, proveedores. Queremos seguir creciendo. Lo que necesitamos son personas que quieran invertir en Venezuela”, aseguró Liliana Trejo, encargada de La Muralla Gourmet. “Son espacios que el cliente agradece. Estamos en una situación difícil, pero nos tocó y eso no quiere decir que no nos merezcamos espacios como este, cosas buenas” agregó.

La propuesta de este nuevo establecimiento es mantener precios accesibles, aunque sus preparaciones y productos sean de un estilo gourmet. Cuenta con una buena selección musical, un agradable clima, espacios amplios y un estacionamiento con seguridad privada.

Otros lusitanos que siguen luchando y apostando por Venezuela, son la familia Ferreira del conocido restaurante “Grille de Macaracuay”; un establecimiento ideal para los amantes de la auténtica comida portuguesa, con amplios espacios, perfectos para esta época de distanciamiento social, además de una atención personalizada para cada uno de sus comensales. Desde tremosos, pasando por su famoso bacalao y con un delicioso pastel de nata, permiten al comensal sentirse en un viaje directo a las tierras de Camões.

El Grillé de Macaracuay es uno de los negocios que ahora es atendido y gerenciado por la segunda generación de una familia totalmente lusitana que vino a Venezuela con el propósito de construir un futuro en estas tierras. El espacio fue fundado en 1993 por los padres de Tiago Ferreira, quien se encarga hoy en día del local. Quien inició en la cocina fue la madre de Tiago, originaria de la ciudad de Tomar (cercano a Fátima), quien se encargó de enseñarle al primer tren de cocina que tuvieron en el restaurante. Las recetas pasaron de generación en generación.

La tradición no sólo pasa por la comida, sino también por el espacio físico, en el que han promovido numerosas noches de fado con artistas como Liliana De Faria y Nicole González, entre tantos otros. También destacan los festivales gastronómicos con cordero, pulpo, bacalao y opciones de platos de otras nacionalidades. “Ha sido muy aceptado por los clientes. Hemos tenido festivales de Pulpo también y han tenido una muy buena acogida. Me siento muy contento por eso porque a uno siempre le queda la duda, uno apuesta y esta vez nos fue bien” afirmó Tiago Ferreira, quien sentiría un gran orgullo si sus hijos continuaran con el restaurante. “Cada quién es dueño de su camino, pero para mi madre y para mí sería una gran alegría y un orgullo” sancionó.

En el Grille de Macaracuay existe una gran influencia de la cultura portuguesa: el idioma, la comida, el afán por el trabajo, la lucha constante y el esfuerzo por levantar algo es lo que llevó a este restaurante a lo que es el día de hoy. “Venezuela es un país muy noble, aunque esté un poquito dolido y deteriorado uno a la larga tiene que seguir para adelante” afirmó Ferreira.

En el conocido pueblo de El Hatillo encontramos un restaurante típicamente madeirense, conocido por las mejores espetadas de la zona este de Caracas; un lugar perfecto para sentirse en un viaje directo a la Isla, gracias a su buen sabor, decoración y servicio. Sus especialidades son las espetadas y los embutidos propios. Está ubicado frente al conocido centro artesanal Hannsi.

Quizás uno de los “negocios” que ha tomado mayor auge dentro de la comunidad son los llamados “bodegones”, en donde se encuentran productos importados, americanos en su mayoría. En Chacao está ubicado uno de los emprendimientos más conocidos: “La bodeguita del Portu”, un espacio inaugurado por una familia de portugueses que buscaba reinventarse en el país, ofreciendo muchos productos de la cocina portuguesa y tantos otros de diversos países. Este bodegón es tan sólo uno de las centenas que han sido impulsados por lusitanos a lo largo y ancho de Venezuela.