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Don Bosco cambió mi vida Saludo con cordialidad y afecto a los lectores habituales del Boletín Salesiano, tantos de ustedes amigos y amigas del carisma de Don Bosco. Y con gusto les hago llegar mi sencillo aporte de cada mes como saludo que los anime a seguir estando juntos en este espacio que tan querido ha sido por el mismo Don Bosco, por él mismo fundado en el año 1877.
que se hace, de acompañar incluso el dolor, no solo de los quince largos meses que llevamos padeciendo el Covid-19, sino el dolor tan fuerte que se vive en estos momentos en Brasil, y ahora particularmente en India. Esta realidad nos tiene que acercar al dolor de los otros.
En muchos de aquellos boletines publicados en vida de Don Bosco (él ANGEL Fernández- vivió once años más allá de esa fecha fundacional del Boletín Salesiano), el Rector MAYOR mismo Don Bosco informaba a sus lectores de lo que se iba haciendo rettormaggiore en Valdocco y en otras casas salesianas, y también entusiasmaba a sus muchachos y a sus lectores con las noticias que llegaban de América, primero de Argentina y después de otras naciones.
Ordenando papeles y escritos me encontré con una carta que me entregó una joven cuando hice mi visita a la casa llamada Americana en Brasil, en la Provincia Salesiana de Sao Paolo.
Ángel Fernández Artime Rector Mayor
También hoy tenemos el deber de entusiasmar, de dar a conocer el bien
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Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Hay tantos motivos para agradecer y alegrarnos, o para llorar y estar al lado de quienes sufren. Hoy les traigo un sencillo testimonio que llega al corazón.
En aquella visita viví uno de los encuentros y diálogos más ricos y profundos con jóvenes entre los 16 y los 24 años. Durante dos horas hablamos de lo ‘humano y lo divino’. Hermoso diálogo con unos 100 jóvenes de aquella casa salesiana. Al releer la carta, me dije que, con el permiso ‘presunto’ de Elian, tenía que compartir el sencillo mensaje que me transmite ese corazón de una joven que encontró en una casa salesiana lugar, espacio y personas que
