Boletín Salesiano 138

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CONTENIDO DON BOSCO EN CENTROAMERICA Director: Heriberto Herrera Dirección: Parroquia María Auxiliadora. Apartado 2324. San Salvador. El Salvador. Teléfono: (503) 225 9019, Fax: (503) 225 9018 Correo electrónico: bs.cam@telesal.net hherrera@telesal.net

No. 138

Lanzarse a mar abierto

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Educar como Don Bosco

Parece sin importancia

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Tema del Mes: SOR MARIA ROMERO MENESES

Diseño Gráfico: Mauricio Ponce, D.G. Impresión: Imprenta Ricaldone. Final Av. Hno. Julio Gaitán. Santa Tecla. El Salvador Distribución: Librería Salesiana 23 Calle Pte. y 5ª. Av. Nte. No. 335, San Salvador, El Salvador, C.A. Tel. 235-3826; 225-6221

Al servicio de los últimos La beatificación Sor María Romero llegó a su casa Los Oratorios de Sor María Romero Frijoles y milagros El agua de la virgen

Colaboradores en este número:

Meditación

Consejo de administración: José Manuel Guijo, Isidro González, Heriberto Herrera, José Mauricio Ponce. Consejo editorial: Salvador Canjura, Evelyn Carbajal, Heriberto Herrera, Victoria Mónico, Miguel Pacheco, José Mauricio Ponce .

José Luis Burgrueta, Graciela Camacho, Graciella Curti, Pacífico Chávez, Rolando Echeverría, Hugo Estrada, Gererdo Guzmán, Isaura Patricia Martínez Flores, Luis Pacheco, Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga.

Religión de «ondazos»

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Tema social

El mundo en que vivimos

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Perfil

BOLETIN EN LINEA Visite el sitio web del Boletín Salesiano en la siguiente dirección:

www. boletinsalesiano.net Además de encontrar el más reciente número de nuestra revista, podrá aprovechar otros materiales educativos y pastorales.

Belleza y privilegio Jarra, agua y tohalla Himno de alabanza Juego peligroso Gracias Don Bosco

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En busca de la felicidad

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Conociendo a Don Bosco

Santo o loco

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Presentación

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enía razón Juan Pablo II en beatificar a esta mujer nicaragüense-costarricense, sor María Romero. Una mirada atenta a su vida desvela una personalidad increíblemente rica y extraordinaria.

Desde un punto de vista puramente humano, su figura resulta atrayente. Refleja su alma poética en la música, la poesía, la pintura. Es fácil imaginarla cantando a plena voz O Sole mío. Hasta su misma muerte frente al mar, como lo había soñado, tiene un ribete romántico. Impresiona hasta la admiración su audacia emprendedora. Multiplica oratorios como por arte de magia. Atrae multitud de colaboradores y colaboradoras, algunas jovencísimas, y las lanza a tareas arriesgadas y exigentes, con la prudente imprudencia de los santos. Con visión de empresaria promueve obras sociales a favor de los pobres que acobardarían a otros. ¿Cuál es el secreto de esa energía poderosa impensable en una grácil monjita? Por supuesto que la fuerza

le viene de lo alto. Su relación con Jesús y con la Virgen deja boquiabierto al curioso. Conversa con ellos, les consulta, los trata con familiaridad desarmante. Su piedad tiene un sabor entre ingenua y filial. Le hace bromas a Jesús, lo saluda hasta en inglés, pone las flores muy cerca del sagrario para que Jesús sienta su olor. La famosa “agua de la Virgen” suena a talismán desorbitado, si no es porque en sor María no hay línea clara entre natural y sobrenatural. Hasta se atreve a “chantajear” a la Virgen: “Si no me deparas esta cantidad que necesito...”. Los milagros se le escapan de la mano, como si nada. Casi parece sacárselos de la manga. Uno puede imaginarla divertida como una prestidigitadora: mira -¡paf!- aquí tienes tu milagro. Ese aire juguetón (recordar sus traslados “procesionales” a sus nuevas fundaciones) encubre la dimensión grandiosa de su existencia. Leyendo su biografía, uno no sabe en qué momento aquello suena a Francisco de Asís o a Juan Bosco.

La santidad es algo más que entusiasmos y vitalidad desbordante. Los santos perciben con agudeza el conflicto bien-mal, Cristo-demonio. Y optan por el Señor, asumiendo el lado trágico de la batalla, con sus heridas y momentos oscuros. A sor María la sostiene el Señor cuando el mal parece aplastarla. Su existencia no fue miel sobre hojuelas. El mismo servicio extenuante a las innumerables personas que a diario acuden a ella la deja como “naranja exprimida”. Es su cruz, que asume con coraje venido de Dios. Sor María no es una aventurera quijotesca. Se lanza con audacia a grandes proyectos, pero en comunión con sus superioras y con la autoridad eclesiástica. Y con la certeza de que la Virgen lo quiere. Los pobres fueron su obsesión. Una sensibilidad aguda que se plasmó en gestos y obras prácticas de caridad. Hay razón de sobra para que la Iglesia la proclame santa. Heriberto Herrera

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EDUCAR

COMO DON BOSCO

Parece sin importancia Bruno Ferrero

Cuando la vida familiar fluye como un tranquilo río, los hijos crecen como las esponjas, que se nutren del agua. La vida, en su totalidad, educa. En familia, a través de la infinidad de momentos aparentemente insignificantes, los niños aprenden a juzgar, a comportarse, a discernir qué pueden esperar de la vida. Más a menudo de lo que creemos, ellos reciben, de nuestros comportamientos y actitudes, los mensajes más fuertes que constituirán su modo de vida. “El día que pegaste mi primer dibujo en la puerta de la heladera, me dieron ganas de quedarme en casa y seguir dibujando”. “Cuando creías que no te miraba, te vi alimentando un gato, y curarle la pata. Ese día aprendí a querer los animales”. “Aunque pensabas que no me daría cuenta, advertí con cuánto cuidado y amor hacías el pastel de mi cumpleaños, y descubrí que esos detalles pueden ser especiales”. “Sin pensar que fuera importante, un día comenzaste a rezar, y yo empecé a creer en un Dios con el que se puede hablar sencillamente”. “Cada vez que venías a darme el

La percepción “oculta” obtiene notables resultados.

beso de las buenas noches, yo sentía que me querías de veras”. “También descubrí lágrimas en tus ojos, y aprendí que, a veces, hay cosas que causan dolor, y que llorar hace bien”. “Cuando sonreías sin proponértelo, yo quería aprender a ser gentil como tú”. “Cada vez que te preocupabas por mí, mis ganas de ser yo misma crecían”. “Aunque pensaras que yo no te observaba, yo lo hacía, y quería agradecerte por todo lo que hacías creyendo que yo no te miraba”. (De una carta - testimonio escrita por una hija, ya adulta, a su madre, agradecida por todo lo que recibió de ésta “cuando creía que no la miraba”). Lo más importante, para los niños, es saber que son amados. Lo único que quieren es ser aceptados, como son, en el seno de su familia. Temen ser un “agregado” o un adorno.

“Cuando mamá dice: “Dejen tranquilo a papá, que trabajó todo el día y está cansado”, me dan ganas de responderle: “Pero, ¡yo no quiero cansarlo; yo quiero estar con él!”. Tus nenes no necesitan cosas hechas PARA ellos, porque la fuerza educativa de las que NO se hacen PARA ellos, es enorme. Esos gestos te ayudan a animarlo en los momentos difíciles, y los que fortalecen la buena imagen de sí mismo y la autoestima.

La percepción oculta Una vez quedé sorprendido al escuchar que alguien, sin darse cuenta de que lo oía, hablaba bien de mí. El hecho de que el comentario fuera realizado sin intención de lisonjear mis orejas, lo hizo todavía mucho más agradable. Cuando alguien me elogia “en la cara”, habitualmente me pregunto si no está tratando de sacar alguna ventaja. Más de una vez te habrá pasado lo mismo. BS Don Bosco en Centroamérica

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En la familia los niños aprenden más de lo que creemos.

Los psicoanalistas hacen uso deliberado de estos comentarios aparentemente no intencionales, en el procedimiento conocido como “percepción oculta”, que obtiene notables resultados con niños cuya autoimagen es insatisfactoria. La experiencia demostró que tiene mayores posibilidades de éxito que el elogio directo. El niño que tiene mala opinión de sí mismo encuentra difícil creer que un adulto pueda pensar bien de él y, cuando lo elogian, se pregunta dónde está la tram-

Las “percepciones ocultas” exigen un acuerdo previo entre los adultos, y deben ser aplicadas con prudencia. Para darte una idea, propongo el siguiente ejemplo: La madre trabaja en la cocina, y conversa con su esposo, conscientes de que su hijo juega en el cuarto, cuya puerta está entreabierta. Aprovecha, entonces, para comentar “Mateo estos días se está portando muy bien”, o “No sabes qué tranquila me siento, ahora que vuelve de la escuela y se pone a hacer los deberes sin protestar”. El

“Se educa con lo que uno es, no con lo que dice, porque los niños y las niña escuchan con los ojos”. pa, y rechaza, a menudo, el halago porque no lo siente adecuado a su capacidad.

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padre responde, haciendo eco al elogio, y participando de la satisfacción de su mujer. Naturalmente, el tono no debe ser “artificial” o con voz demasiado alta, porque el niño

se daría cuenta. Tampoco pueden hacerse demasiado a menudo: tiene efectos solamente en dosis pequeñas. Muchos psicólogos dedicados al trabajo con niños y niñas indican el éxito de este recurso, porque los niños y niñas desean apasionadamente la aprobación de los padres, aunque no lo exterioricen. El niño que descubre uno de sus dibujos en el lugar donde su papá trabaja, quedará inundado de satisfacción. El tono general de la vida cotidiana influye en el recuerdo que los hijos e hijas conservarán de su familia. Los valores fundamentales se transmiten de una generación a otra a través de la vida diaria. “Se educa con lo que uno es, no con lo que dice, porque los niños y las niña escuchan con los ojos”.


Al servicio de los últimos

Graziella Curti FMA Varias veces elegida ciudadana de honor y mujer del año en Costa Rica, donde trabajó por más de cuarenta años entre los más pobres, María Romero, Hija de María Auxiliadora, llega al honor de los altares. María nació el 13 de enero de 1902 en la ciudad de Granada, Nicaragua, tierra de lagos y volcanes. De allí le vino su carácter volcánico para las continuas iniciativas y al mismo tiempo calmo, como las aguas de un lago, para su sentido de paz que siempre

lograba transmitir. Vio la luz al comienzo del siglo pasado, en una familia pudiente de Granada. Estudió con gusto piano y violín, mientras frecuentaba el Colegio de las Hijas de María Auxiliadora. Temperamento de artista, sabía dibujar muy bien y era brillante tanto en la escuela como en las relaciones: características fundamentales para ser Salesiana. A los 18 años, María comenzará su camino para ser Hija de María Auxiliadora. San José, Costa Rica, llegó a ser el campo de su misión en el que privilegió a los más pobres, los muchachos y muchachas de la calle. Un día, una alumna suya le contó acerca de una visita a un barrio de periferia donde “las familias, niños, viejos, jóvenes viven en casuchas de cartón, con pavimento de tierra, sin muebles...”. Esto bastó a sor María para quedar contagiada, como decían sus amigas, por la manía de los

SEÑOR, ¿QUIÉN SOY? Relata Sor María: Una vez en el Noviciado nuestra Maestra, Sor María Zanatta, hablaba con nosotras sobre el evangelio del día, que había sido tema de la meditación. Aplicándolo a la vida, vayan a hacer una visita a Jesús Sacramentado y le preguntan lo que él preguntó a

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sus apóstoles: ‘¿Vosotros quién decís que soy yo?’. Vamos a ver qué les contesta Jesús. En la visita que hice bien cerquita del Sagrario, le pregunté: Señor ¿quién soy? Y sentí una voz clara que me contestó desde el Sagrario: Eres la

pobres. Pronto inventó las “misioneritas”, niñas del Colegio que iban de dos en dos, como los discípulos, a los suburbios para ayudar y dar catecismo. Así nacieron decenas y decenas de oratorios festivos a los que llegaban millares de niños para rezar, jugar, recibir ropa y comida. Pero sor María no sólo escogió a los pobres y se consagró a ellos, logró convencer a los más ricos a ser solidarios con quien no tenía nada.

Las ciudadelas de María Después de la Casa de la Virgen, que era morada para los pobres con dispensario médico, escuela de orientación social y casitas para las muchachas pobres y abandonadas, María tenía otro sueño por realizar. Las personas que trabajaban en las obras sociales habían visto también las casas en que vivían los beneficiados. Si es que se podían llamar casas: no había sillas, ni camas, ni platos para comer. El Papa invitaba a preocuparse de los más pobres, ayudándoles en sus necesidades. “¿Qué haría Don Bosco?”, se preguntaba María. Después de rezar

predilecta de mi Madre y la consentida de mi Padre. Volví a ver hacia otras partes de la capilla para darme cuenta si alguien me había hablado, pero nadie había. El me había contestado. Conté lo sucedido a mi Madre Maestra, pero nada me dijo, sólo sonrió”.


TEMA mucho, le llegó la iluminación: un grupo de señoras para socorrer a los sin techo. Allí mismo, en la iglesia, ella, dibujante por vocación, diseñó su siguiente proyecto: Un gran círculo, un sol teniendo en el centro el nombre de la asociación que fundaría: ASAYNE, es decir Asociación Ayuda Necesitados. Dibujó los cuatro puntos cardinales y escribió los nombres de las periferias de San José donde era más urgente la necesidad de dar casas a los sin techo. Estaban por surgir las Ciudadelas de María Auxiliadora. Inmediatamente, como gran organizadora que era, además de préstamos bancarios, pensó también en una especie de acciones populares para hacer participar a los ricos en la construcción de las ciudadelas. Creó bonos de 100 y más colones. Después pensó también en una especie de tutor del proyecto: las señoras de la Asociación se ocuparían de toda la organización y los señores, abogados, ingenieros, industriales..., se encargarían en cambio de la construcción de las ciudadelas. Hoy todas estas obras subsisten, y son administradas por una multitud de laicos que, junto con algunas hermanas salesianas, han recogido el testimonio profético de sor María, y continúan organizando la esperanza.

Florecillas cotidianas Todo era sencillo en la vida de sor María. Se dirigía con la confianza de un niño a su Reina, como llamaba a la Virgen, y a su Rey. Era tal su confianza que ni siquiera las muchas situaciones difíciles que debía afrontar lograron afectar su amor abierto y franco, su deseo de vivir, su alegría. Para ella, los pequeños milagros cotidianos entraban a formar parte de la ordinaria administración. Un día debía pagar 500 colones por el pan de los muchachos, pero la caja estaba vacía. Llegó el panadero con

BEATA SOR MARIA ROMERO

DEL MES

Las misioneritas Comienzan a ir de dos en dos, los jueves y los sábados de cada semana. Visitan las casas de los pobres en los barrios más apartados de San José. Llevan comestibles y ropa y les hablan del Reino de Dios y de la devoción a la Santísima Virgen.

las canastas llenas y... la factura. María, sin alarmarse, le dijo: “Espere un momento”. Después rezó ante la Virgen pidiéndole: “Pon tu mano, Madre mía, ponla antes que la mía”. Se abrió la puerta y entró una cooperadora que le dijo con alegría: “Pude vender aquel terreno, tome”. Y le entregó un sobre. En el sobre había 500 colones. Lo mismo sucedió con los bizcochos. Había diez cajas de cien porciones. Los pequeños eran miles. Sor María le insistió a la monja encargada de la distribución que no les diera a las mamás, porque los bizcochos estaban contados. Pero ella se dejó conmover y los distribuyó a todos. Al terminar, se dio cuenta de haber agotado sólo una caja.

Las jóvenes que no pueden ir a estas visitas toman parte activa con la oración. Sor María vigila, cuida, guía a las misioneritas, y dirige sus trabajos. Jueves y domingos se reúnen en el colegio para exponer a sor María sus dificultades y recibir orientación.

Cuando pedía algo a la Virgen, ésta le sonreía y ella a su vez transformaba esta sonrisa en bienestar para los más pobres. Los testimonios dicen que Dios le concedió el don de la bilocación, le dio la fuerza de mover las conciencias, de curar los males internos y también las enfermedades físicas.

Correos electrónicos para el cielo En una biografía reciente, sor María es definida contemplativa. Así era verdaderamente. Sus días se desarrollaban en una actividad intensa, pero dado que su corazón moraba en Dios, ella lograba ser al mismo tiempo Marta y María. En su tiempo no existía el teléfono celular, mucho menos el correo electrónico, pero ella fue profética y original BS Don Bosco en Centroamérica

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también en esto. Al morir, se encontraron muchísimas hojas volantes con sus rápidos mensajes para el cielo. Algunos son declaraciones de amor para su Rey y para su Reina; otros son pensamientos sobre el estilo evangélico de comunión; los más numerosos contienen alabanzas, al estilo franciscano, por la belleza de la creación y de todas las obras de Dios. Siendo una artista, sor María usaba todas las modalidades de expresión que conocía para hacer más bellos sus mensajes. Con frecuencia tocaba, cantaba o escribía poesías, cultivaba flores. Al amanecer, muchas veces, se sentaba al órgano y entonaba la canción napolitana preferida O Sole mio para honrar a su Sol, el Dios de la vida. Un día, algunas niñas internas de la Casa de la Virgen, mirando por la ventana, la vieron hablar con las rosas y, hecho maravilloso, las flores todas inclinadas hacia ella aún cuando no soplaba viento que pudiera inclinarlas. También al final de su vida, descansando por algunos días cerca del mar, dijo: “Yo veo a Dios en cada gota de este mar. ¡Qué bellos sería morir frente al mar!”. El mensaje fue escuchado. Pocas horas después, los parientes encontraron a sor María dormida para siempre. Murió en León, Nicaragua, era el 7 de julio de 1977.

La beatificación El domingo 14 de abril de 2002, el Papa Juan Pablo II proclamó a seis nuevos beatos de la Iglesia Católica, entre ellos la nicaragüense Sor María Romero (1902-1977). La vida de la religiosa es una caricia de Dios para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, dijo el Papa Juan Pablo II en mayo del año pasado. El Papa Wojtyla reconoció que lo que más le atrae de sor María Romero es «su servicio a los pobres, con creatividad y eficacia». «Las obras que ella fundó —dijo— para promover la vida cristiana de los más necesitados y aliviar la situación de necesidad por la que pasaban tantos habitantes de San José (Costa Rica) y su periferia subsisten hoy en día y continúan dando motivos de fundada esperanza por medio de gestos de solidaridad hacia los más pobres».

Concluyó con una exhortación: «¡Que no venga nunca a faltar este servicio que tanto honor da a la Iglesia de Cristo!». El 12 de abril, al recibir a los participantes en el capítulo general de los Salesianos, con su nuevo rector mayor, don Pascual Chávez Villanueva, Juan Pablo II les recordó precisamente que la santidad es la obra esencial de los salesianos. «Queridos salesianos», dijo, «si os esforzáis por imprimir a vuestro trabajo una carga constante de amor evangélico, podréis realizar hasta el final vuestra misión con alegría y eficacia. ¡Sed santos! La santidad es —como bien sabéis— vuestra tarea esencial, como también lo es para todos los cristianos».

Conversando con la Virgen

Adiós a Jesús

Le preguntó Sor Ana María Cavallini a Sor María: -¿Conversa usted con la Virgen? -Sin parar. -¿Y ella le habla a usted también? -Yo le hablo y ella me habla. Es una Reina...

Cuando Sor María pasaba cerca de la puerta de la capilla, si no podía entrar, le decía adiós a Jesús con la mano. Y le repetía el adiós, a veces en inglés. Cuando la oíamos, se reía, y ella misma celebraba lo que hacía con tanta sencillez. Cuando tenía ocasión, ponía flores en el altar, pero muy cerca del Sagrario, para que le llegara bien el perfume a Jesús Sacramentado, y estuviera adornado con los colores.

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TEMA

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Sor María Romero llegó a su casa Gabriela Camacho B. Desde las nueve de la mañana del domingo 21 de abril se comenzó a congregar la gente en los alrededores de la Iglesia de La Merced, en San José, Costa Rica, y en el parque que lleva ese mismo nombre. El motivo, muy simple pero muy significativo, era celebrar en suelo tico la beatificación de Sor María Romero Meneses, quien el pasado 14 de abril recibió ese título en Roma. Cientos de religiosas de diferentes congregaciones, pero especialmente de las Hijas de María Auxiliadora, a la que también pertenecía Romero, vinieron de distintos lugares de Centroamérica y Panamá para unirse a la fiesta. Costarricenses de zonas alejadas también quisieron dar gracias y desde el día anterior se alistaron para participar en las actividades. A las diez de la mañana dio inicio la Santa Misa que fue presidida por el arzobispo de San José, monseñor Román Arrieta, quien junto a otros obispos y sacerdotes, invitaron al pueblo a unirse en la fe. En el acto religioso estuvieron también presentes el entonces presidente de la República, Miguel Angel Rodríguez y la primera dama, Lorena Clare.

En el Evangelio, monseñor Arrieta recalcó que este es un acontecimiento muy importante tanto para la Iglesia costarricense como para la nicaragüense. “Hago votos fervientes para que la familia salesiana y las Hijas de María

Luego de la Eucaristía en la que prevaleció el orden y a la que se sumaron cientos de fieles, se realizó la procesión, que salió desde La Merced hasta la Casa de la Virgen. Al son de alegres bandas, distintos colegios y gran cantidad de perso-

La prosesión salió de la Iglesia la Merced hasta la Casa de la Virgen

Auxiliadora sigan inspiradas en el ejemplo de la beata Sor María y continúen dándole a la patria esos servicios que ella dio en el campo de la educación, pero sobre todo de beneficencia, a los que menos tienen”. Dijo además, que este hecho histórico servirá de puente de amor entre Costa Rica y Nicaragua.

nas que portaban en sus manos banderines y afiches con la imagen de la beata, recorrieron las calles. Sin duda la carroza, en la que se podía observar la imagen de Sor María, confeccionada en fibra de vidrio, fue la que más sensación causó.

Sor Ana María fue llorando al pie del Sagrario, diciéndole a Jesús: Dime que no es cierto que tú no me amas. Manifiéstamelo en una gracias que te pido. Tengo necesidad de pagar tres colones y no tengo esa cantidad.

Como impulsada por el Señor, dice Sor María, fui a abrir una alcancía y encontré esa cantidad.

Gran sufrimiento Sor Ana María Cavallini declaró que el tiempo de gran sufrimiento al que se refería Sor María vino después de una entrevista con una superiora quien le dijo que Dios no la quería.

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Prohibición Se le pide a Sor María Romero cerrar algunos oratorios o pasarlo a otras manos. Sor María demuestra una obediencia y una humildad verdaderamente admirables. Su radio de acción, sin embargo, se amplía siempre más: se dedica a dirigir a tantas almas que acuden a ella, intercede con plegarias incesantes, por todos, promueve súplica al santo Padre. Se habla también de sucesos extraordinarios a propósito del agua bendita a ella donada por la Virgen a fines de 1955.

Los Oratorios de Sor María Romero El programa es inalterable: juegos, canto, catecismo. Luego repartición de dulces y sorpresas, y los sellos para controlar la asistencia. El canto al aire libre. El orden del horario puede variar según las circunstancias. Donde no hay Iglesia, cada domingo se reza el rosario.

Pero tanto para las consultas como para el agua llega la prohibición de la Madre Inspectora. Sor María escucha y escribe sobre un papel, imitando a Santa Teresa de Jesús: “Todo se pasa, todo se cambia, quien a Dios tiene nada le falta. Sólo Dios basta”.

Lugar: a la buena de Dios, como Don Bosco. Unos a la sombra de las iglesias, otras en las plazas de las escuelas, o en potreros, o en un patio de casa, o en plena calle. Instrucción religiosa: Dada por la catequista o misionerita, ayudada por los mejores niños o niñas. Catequistas: son preparadas por sor María. Se reúnen en el colegio todos los sábados, pero pueden consultarle cuantas veces lo necesiten. Los grupos se dividen por edades, tanto las niñas como los niños, cada grupo está bajo el nombre de un santo o santa. Se celebran las fiestas de San Juan Bosco, San José, María

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¿Te acuerdas cómo mi alma se henchía de gozo...?

Auxiliadora, el Sagrado Corazón de Jesús, la Asunción, Cristo Rey, y el día de la Inmaculada, muy especial la Navidad. Dificultades: Muchas. Tienen que exponerse a las inclemencias del tiempo y muchas se enferman y no pueden seguir. Se tiene que poner

al frente de los grupos jóvenes de acrisolada virtud, muy responsables y con gran espíritu de sacrificio. No es fácil dar con estos tesoros. Sin embargo, María Auxiliadora siempre ayuda y acude a las diversas necesidades.


TEMA

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Frijoles y milagros A fines de 1953 vino una antigua oratoriana con los ojos hinchados de llanto, porque desde el día anterior no había podido dar de comer a sus chiquitos. Le dimos una bolsa de galletas, diciéndole que volviera al día siguiente a las misma hora para darle algo más. Inmediatamente fuimos a referírselo a la Hermana Directora, y le pedimos permiso para darle a aquella pobrecita, semanalmente, siquiera unas libras de frijoles; y darles también a todas las oratorianas que se hallaran en la misma condición: - ¿Y dónde conseguirá los frijoles? nos dijo la Hermana Directora. - Pues allí está la gracia, -le contestamos. Que si la Virgen quiere, nos los da. Lo que necesitamos de usted es el permiso. Lo obtuvimos y nos fuimos a la Capilla a decirle a María Auxiliadora que, si estaba contenta de que le diéramos a los pobres qué comer, nos lo manifestara mandándonos el primer saco de frijoles. En eso estábamos cuando llegó una Hermana y, tocándome en el hombro, me dijo: - Pronto, que la llaman por teléfono; hace rato que la ando buscando. Voy, y la señora que me llamaba me dice: - Usted no me conoce, pero es que tengo una promesa y deseo ir a dejársela. - ¿Qué es? -le pregunté. - Una sorpresa. Es un saco de frijoles. - Venga entonces mañana antes de las 4 de la tarde.

Al día siguiente estaba a esa hora con dos quintales. - Es un milagro -me dijo. Figúrese que habíamos empleado todos nuestros ahorros en sembrarlos, pero al tiempo de nacidos, comenzaron a marchitarse, de tal manera que mi esposo estaba desesperado. No se desespere, le dije. Ofrezcamos a María Auxiliadora que, si nos los revive, le llevaremos el primer saco para los pobres. Un día después, los frijoles parecían otros, alegres, fresquitos, y ahora vea, que hermosos. ¡Si parecían de la tierra prometida! Nuestra Madre Santísima hacía sur-

gir su obra entre las columnas de dos milagros. Momentos después, la antigua oratoriana tenía su buena bolsa de frijoles con galletas, a la cual, poco a poco, fuimos agregando, con permiso, arroz, fideos, pan, dulce o azúcar, y ahora verduras y carne. En seguida, así como habíamos previsto, apareció otra oratoriana, luego otra y otra... y pobres vergonzantes acribillados por el hambre pidiendo socorro; y nosotras a todos los que envían no sólo dábamos y apuntábamos para seguir dándoles cada semana. Escritos Espirituales Vol. 4.p.73 BS Don Bosco en Centroamérica

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El agua de la Virgen Llegó a vernos una Cooperadora y, apenada, nos decía que su hijo estaba muy enfermo; que le habían recetado el agua bendita, pero que, a pesar de haberle dado ya dos litros, no había tenido ninguna mejoría. “Es que a esta agua le falta la bendición de María Auxiliadora”, le dijimos, y le dimos un cuarto de botella. Antes de terminárselo, el hijo estaba curado. Una tarde estábamos con el temor de si la bendición del agua se hubiera perdido, pues teníamos duda de que la hija de casa, encargada de llenarla cada vez, hubiera gastado en una de tantas más de la mitad. Pero no, gracias a Dios. Una señorita deseaba darse un paseíto por Honduras y tenía ya comprado el pasaporte. Llegó un domingo con fiebre, toda llorosa, porque la iban a operar de apendicitis el miércoles siguiente. “Este es el momento, Madre mía, dijimos a la Virgen, que nos digas, curándola, si el agua ha perdido o no tu bendición”. Le dimos una botellita y por el agua la fiebre

Detrás del mausoleo de sor María se encuentra el Agua de la Virgen.

se le quitó en seguida. No hubo necesidad de operarla, ni nunca más tampoco. El sábado siguiente se fue para Honduras. Más hicimos que esta Agüita adelante (así la llamamos por cariño, y la Virgen también) recibiera la bendi-

ción del Santísimo, la bendición de la Santa Misa y sobre todo que descendieran sobre ella los rayos del Sol Divino en el momento de la Consagración. Escritos Espirituales Vol.4.p.76

Poesías para Jesús Sor María pasaba algunos recreos cortos en la capilla, y Sor Ana María Cavallini le preguntaba: - ¿Qué hace allí? Y muy jocosa respondía: - Rezo, canto, recito, le digo cosas lindas a Jesús y a la Virgen. - ¿Qué le recita? Contestaba: - A veces las poesías que aprendí en los libros de lectura cuando era niña: Subió una mona a un nogal...”, - Pero esto no es para Jesús,- le decía. Y ella alegre exclamaba: - A Jesús todo le gusta, si se le hace con amor.

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Casa natal de sor María Romero en Granada, Nicaragua.


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oncédeme Dios mío que, mientras voy subiendo la cuesta de mi vida, pueda sin interrupción: Enjugar todas las lágrimas que encuentre, endulzar todas las amarguras y sinsabores, suavizar todas las asperezas, y echar un poco de bálsamo en todas las heridas. Haz que pueda hacer sonreír a todos los tristes y angustiados; dar la serenidad a todos lo atribulados, unir a todos los corazones distanciados, y apaciguar todos los enconos y violencias. Haz que pueda dar siquiera un pedazo de pan a todos los hambrientos que me pidan; un vaso de agua a todos los sedientos; un retazo de lienzo a todos los desnudos; y un albergue en mi alma siquiera a todos los peregrinos. Haz que pueda dar un rayo de luz a todos los que andan en tinieblas; encaminar hacia el bien a todos los que andan extraviados; dar la mano a todos los que están a punto de caer; y levantar con delicadeza a todos los caídos. Haz que pueda arrancar las espinas de todos los corazones oprimidos; devolver la paz a todos los que la han perdido; cubrir con el manto de la caridad a todos los pobres pecadores; y derramar por doquier refrigerio, descanso, bienestar y calma.

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e acuerdas mi amado y Buen Pastor, cómo me sentía feliz, felicísima, cuando hacía de pastorcita, imitán dote, al bajar y subir aquellas empinadas cuestas, pedregosas y resbaladizas del Oratorio Iglesias, Flores, para ir a recoger a niños? ¿Y cómo mi corazón rebosaba de alegría cuando me encontraba en medio de ellos, enseñándoles a no apartarse de ti, a amarte y a amar a la Virgen? ¿Te acuerdas también, cómo mi alma se henchía de gozo, cuando por ti sufría aquellas horas y horas de sol abrasador en el Oratorio Cristo Rey, para que los niños jugaran? ¿Y cuando, para ir al encuentro del camión para regresar al Colegio, caminaba bajo aquellos aguaceros torrenciales que me llegaban hasta las rodillas y me calaban los huesos? ¿Y cómo después de estos domingos de trabajo intenso y agobiador, quedaba, como los Apóstoles –después de haber sido azotados por el Sanedrín- llena de júbilo por haber tenido la dicha de sufrir por Ti? Sor María Romero Escritos Espirituales Vol. I.p. 118

Sor María Romero Escritos Espirituales Vol. I.p.58 BS Don Bosco en Centroamérica

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Religión de “ondazos” Hugo Estrada Cuando se le pregunta a alguien el motivo por el cual no va a misa o no frecuenta los sacramentos, responde: No me nace. Para él o ella la religión es asunto de emoción, de sentimiento, de ondazos, como dicen los jóvenes en su jerga. ¿Qué tal sería que la madre de familia cocinara solamente cuando se siente fascinada, o que pagáramos nuestros impuestos solamente cuando nos impulsa una fuerza irre-

El libro del Deuteronomio consigna las palabras del Señor cuando las entregó su pueblo. En este día –decía el Señor- les doy a elegir entre bendición y maldición. Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les he ordenado. Es clara la opción que el Señor nos propone. Somos nosotros los que escogemos bendición o maldición.

dre y nos metemos en el mal del mundo que nos zarandea y nos desequilibra. Un caso clásico lo encontramos en la vida de Saúl. Aparece en la Biblia, al principio, como un joven insignificante; anda buscando unas burritas. El Señor envía al profeta Samuel para que lo consagre como rey de Israel. El Espíritu Santo invade la vida de Saúl y se convierte en un rey y profeta. Pero comienza a apartarse de los senderos del Señor; el espíritu se retira de él. Dice la Biblia que un mal espíritu lo comenzó a atormentar. Saúl se vuelve neurótico, con impulsos diabólicos. Había caído en estado de maldición. Cuando en nuestras vidas hay pecado, cuando nos hemos alejado de Dios, las fuerzas del mal nos poseen y todos notan nuestro desequilibrio espiritual, nuestro mal carácter, nuestra falta de serenidad. La bendición de Dios no está con nosotros.

La maldición

Una mujercita del pueblo quiso alabar a la Virgen Madre, y cuando pasaba Jesús le gritó: Dichosos el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron. Jesús añadió: Dichos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. Jesús redondeó la alabanza a favor de su madre: su mérito estaba sobre todo en haber estado pendiente siempre de la palabra de Dios, y en vivirla. Aquí Jesús estaba especificando en qué consistía la verdadera religión. En buscar en todo la voluntad de Dios y de ponerla en práctica.

Cuando hablamos de maldición, no lo hacemos en sentido pagano; los dioses paganos enviaban rayos y truenos sobre los rebeldes humanos. Decimos que estamos en estado de bendición cuando nos encontramos en comunión con Dios. Estamos en estado de maldición cuando nos zafamos de su mano de Pa-

Santiago, con su experiencia pastoral, nos hace ver como es fácil dejarse fascinar por la palabra y no vivirla. Dice que no hay que contentarse con ser oidores de la Palabra, sino hacedores. El joven rico de la parábola evangélica se dejó fascinar por la palabra. Se presentó a Jesús preguntando por el camino de la

Es fácil fabricarse una religión al gusto

sistible; o que el joven fuera a la escuela únicamente cuando se siente impelido por el deseo de estudiar? Jesús fue muy práctico cuando nos habló de religión: Sí me aman –dijocumplirán mis mandamientos. Para Jesús la religión consiste en hechos realizados por amor. No limosna que le damos a Dios cuando estamos de buenas.

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MEDITACION

Buscar la voluntad de Dios y ponerla en práctica.

salvación, Jesús fue tajante: el cumplimiento de los mandamientos. El joven rico alego que él cumplía los mandamientos. Según él su religión la practicaba perfectamente. Jesús le hizo ver en qué consistía para él la verdadera religión; lo invitó a dejar sus riquezas y a seguirlo. El Evangelio describe a aquel muchacho que se aleja sin gozo en el corazón. No iba con la bendición de Dios. Le había dicho que no al mismo Dios. El había creído que ser bueno consistía en hacer muchas cosas buenas a su antojo. Se le olvidó que lo indispensable era hacer la voluntad de Dios. Por eso se alejo sin la bendición de Dios.

Religión a la medida Es fácil fabricarse una religión al gusto. Es fácil creer que damos culto a Dios, y es culto a nuestra comodidad lo que estamos realizando. Un matrimonio alegaba que no llegaba

a la misa porque estaba asistiendo a un curso bíblico. ¡Qué curiosos! Estudiaban la Biblia, pero no caían en la cuenta de que algo esencial en la Escritura es santificar el día del Señor. A algunos les encanta hacer largas y penosas peregrinaciones a santuarios famosos, pero no visitan a los enfermos ni a los necesitados. A otros les complace sobremanera llevar flores a Jesús; pero no le han entregado su corazón, sus negocios, su hogar. Son muchos los que se sienten muy espirituales cuando cargan sobre sus hombros una pesada anda de Jesús; pero diariamente están renegando de la cruz que Dios les ha asignado. Es muy fácil fabricarse una religión a la medida, y resultan haciendo un sinnúmero de prácticas piadosas, pero descuidando lo que está explícitamente mandado por el mismo Dios.

La revista española Vida Nueva traía una encuesta acerca de los cristianos españoles. Entre los que tenían más de cincuenta años, abundaba el legalismo en cuanto a la religión. Se cumplía porque estaba mandado. ¡Qué triste debe ser para un papá que su hijo le dé los buenos días por obligación. A la madre se le escapa el beso para su hijo porque lo quiere mucho. A Dios le debe repugnar que sus hijos cumplan por obligación. La religión entonces se convierte en record de obras que hay que hacer para llenar un requisito. A todo esto el escritor Papini lo llamaba mecánica devocional. Algo que no sale del corazón, sino del miedo, de la autocomplacencia de sentirse buenos. Jesús, en cambio, reduce la religión a algo puramente de corazón. Si me aman, cumplirán mis mandamientos.

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CONOCIENDO A DON BOSCO

RECOMENDAMOS

Los laicos, esperanza de la iglesia del siglo XXI P. Félix Serrano Ursúa

El siglo XX fue considerado por muchas personas el siglo de la Iglesia. ¿Podrá ser el siglo XXI el siglo de los laicos? Muchas de nuestras comunidades cristianas parroquiales ofrecen en la actualidad un rostro muy diverso al de años atrás. Gran cantidad de personas de diversas edad circulan por todas partes y están comprometidas en múltiples actividades pastorales. Se nota vitalidad, dinamismo y un ambiente festivo, que difunde el espíritu de alegría que produce el servicio a los hermanos.

Santo o loco « Si este sacerdote fuera un general de la armada, podría combatir con el ejército más aguerrido del mundo, con la seguridad de la victoria». Estaban una vez todos los jóvenes corriendo, jugando y gritando con afán. Don Bosco necesitaba decirles algo: hizo una señal con la mano y en un instante cesó el jaleo. Todos le rodearon para oír su voz. Un guardia allí presente, que hacía rato observaba, no pudo menos de exclamar:

Algunas veces, al volver de la excursión, se paraba la comitiva, levantaban en hombros al buen sacerdote, que se esforzaba por liberarse e insistía en que no lo hicieran, y, quieras que no, lo llevaban en triunfo, al igual que los antiguos romanos, cuando llevaban sobre sus escudos a los emperadores.

-Si este sacerdote fuera un general de la armada, podría combatir con el ejército más aguerrido del mundo, con la seguridad de la victoria.

En alabanza de estas excursiones se debe notar que entre aquellos jóvenes, no forzados por disciplina alguna, no se daba el menor desorden. Ni una riña, ni una queja, ni robar fruta, pese a que, a veces, llegaban a seiscientos o setecientos. Y no se trataba tan sólo de niños; había entre ellos muchachotes robustos, capaces de desafiar cualquier peligro, y que llevaban consigo su inseparable navaja.

En Turín se hablaba mucho de Don Bosco. Cuando atravesaba por las calles con sus muchachos, la gente salía de las casas, se asomaba a los balcones, a las ventanas, a las puertas para gozar de aquel espectáculo. Unos decían que era un santo, otros que era un loco.

Los laicos han ido tomando progresivamente conciencia de que son cristianos de primera categoría, que les corresponde un puesto y una misión en la Iglesia y en el mundo. Se sienten corresponsables, juntamente con los presbíteros, en la comunicación de la Buena Nueva de Jesucristo para la humanidad de hoy. La evangelización en el siglo XXI va a depender en gran parte de la capacidad de atracción y fuerza que desempeñen los laicos en sus actividades ordinarias de la familia, del trabajo, de la educación, de la política, etc. Es en la vida corriente y común donde se ha de llevar a cabo la evangelización, sin esperar que eso ocurra en los templos y por obra de los sacerdotes. Múltiples encuentros de pastoral me han motivado a ofrecer a los laicos unos materiales didácticos que los ayuden en esa tarea. De ahí han surgido 8 cuadernos sobre “Formación de laicos”, que desarrollan cinco temas fundamentales: 1) Los laicos en cuanto fieles cristianos; 2) la misión de los laicos en la evangelización, en la comunidad cristiana, en la vida celebrativa y en la construcción del mundo; 3) los ministerios laicales; 4) la espiritualidad de los laicos y 5) la formación de los laicos.

Memorias Biográficas, II, 295 BS Don Bosco en Centroamérica

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Vuestra misión consiste en ser «levadura, sal y luz» del Evangelio en los ambientes. Para lograrlo es necesario ante todo cultivar una intensa vida espiritual, alimentada por la escuela de la Palabra de Dios, de la oración asidua, de la participación en la liturgia de la Iglesia. Junto al compromiso por el estudio y las actividades asociativas, nunca debe faltar la conciencia de ser sobre todo contemplativos del misterio de Dios. Juan Pablo II, a los jóvenes.

El Boletín Salesiano – Don Bosco en Centro América – está destinado a todos los amigos de Don Bosco. Quienes se sienten salesianos por cualquier motivo encontrarán en esta revista bimensual el lazo común que alimenta la pertenencia al carisma y misión de Don Bosco.

Don Bosco en Centro América se distribuye gratuitamente a todos los que deseen recibirla y sientan el deseo de identificarse más con Don Bosco y su espiritualidad. La revista se sostiene con la colaboración voluntaria de sus lectores. Usted puede enviar su colaboración directamente a la obra salesiana que conoce. O puede depositarla en la siguiente cuenta bancaria:


«Te prometo, Jesús mío, que jamás se irá de mi lado una persona que necesite un consuelo sin recibir de mí una palabra de aliento». Sor María Romero


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