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Jóvenes vidas vocacionadas CHARO MORA, ESPOSA, MADRE Y SALESIANA COOPERADORA

Charo Mora, esposa, madre y salesiana cooperadora

Durante el curso 2019-2020, la presencia salesiana de Huelva cumplió 50 años de existencia. La COVID-19 ha impedido que se hicieran muchos actos de agradecimiento; sin embargo, la efeméride ha servido para reconocer que muchos han sido los jóvenes de familias sencillas y obreras que han pasado por sus aulas, patios, centro juvenil y programas de promoción social, recibiendo una educación salesiana. En esta casa, Charo Mora conoció a Jesucristo y a Don Bosco, y descubrió su vocación salesiana.

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Nacida el 8/02/1976, hizo EGB y bachillerato en un colegio público, y, siendo una adolescente, entró en el oratorio festivo y en grupos de fe de la casa salesiana, descubriendo y enamorándose del carisma y familia de Don Bosco. Ella cuenta cómo fue su entrada en los salesianos: “Yo no sabía nada de Don Bosco ni de los salesianos y, al entrar allí, algo me removió. La primera pascua en Sanlúcar la Mayor me marcó mucho y, a partir de aquí, me enamoré de este precioso carisma salesiano que ahora me define como persona”.

Al concluir BUP y COU, hizo la diplomatura de magisterio y, posteriormente, audición y lenguaje. Durante el tiempo de estudiante universitaria, fue animadora de un grupo de fe, al mismo tiempo que hacía su discernimiento vocacional, concluyéndolo en 2002, fecha en la que hizo su promesa como salesiana cooperadora. “Descubrí que quería formar parte de esta gran familia a través de la llamada a ser salesiana cooperadora en el mundo. Por eso di el paso. Y no me arrepiento de la decisión”. Esta vocación la comparte también con la de esposa y madre. El mismo año que hizo la promesa, se casó con Ángel, un antiguo alumno del colegio salesiano, miembro también de los grupos de fe y del centro juvenil. Tienen 3 hijos: Jesús, Óscar y Bruno. El mayor, que este curso comenzó sus estudios universitarios, ya es animador y desea seguir los pasos de su madre.

“De Don Bosco me gustaría tener sus energías y su capacidad para comprender a los jóvenes y ofrecerles respuestas acertadas a sus necesidades”.

Con sus grupos de fe

Actualmente Charo trabaja en el colegio salesiano como profesora de educación especial. Anima a un grupo del Catecumenado Juvenil “Sal Terrae” (jóvenes mayores de 18 años), y otro de jóvenes que están en discernimiento vocacional de salesianos cooperadores. De Don Bosco dice que “me gustaría tener sus energías y su capacidad para comprender a los jóvenes y ofrecerles respuestas acertadas a sus necesidades”. Cree que su vocación la hace cada día más feliz y propone a todos los jóvenes que tengan inquietud vocacional “que escuchen y se acerquen a Jesús en la oración, y que lo conozcan a través del evangelio. No se quiere lo que no se conoce y en el evangelio está la clave de la llamada que Dios nos hace a través de su amor incondicional”.

Jorge Juan Reyes, sdb