5 minute read

Misiones Salesianas DON BOSCO, AL RESCATE DE LOS MENORES EN CÁRCELES DE ADULTOS

Advertisement

Don Bosco, al rescate de los menores en cárceles de adultos

Naciones Unidas establece que, cada año, entre 1,3 y 1,5 millones de menores en el mundo son privados de libertad. La mayoría ingresa en prisión por faltas leves o por andar de noche por la calle, pero todos con condenas desproporcionadas. Lo hacen sin asistencia legal, sin juicio, y sin que sus familiares sepan que están allí.

La situación se repite en muchos países del mundo en los que la presunción de culpabilidad condena a los menores a sufrir un infierno en prisión, rodeados de adultos y de abusos. Muchos mueren sin esperanza o dejan de comer para no sufrir más: se convierten en invisibles a los ojos de todos.

La Convención de Derechos del Niño de 1989 establece en su artículo 37 que “la detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo (…) tan sólo como medida de último recurso y durante el periodo más breve”. “Todo niño privado de libertad estará separado de los adultos (…) y tendrá derecho a mantener contacto con su familia”.

Don Bosco, en 1841, supo ver esta situación de injusticia que vivían los menores y jóvenes de Turín. Visitó con asiduidad el correccional La Generala y a muchos los salvó para que empezaran una nueva vida. En la actualidad, en más de una veintena de países, los misioneros salesianos continúan haciendo ese trabajo de ayuda, acompañamiento y esperanza con los menores que están en prisión. A los que están en cárceles de adultos, además, tratan de protegerlos y agilizar sus causas judiciales, o pagar pequeñas fianzas.

Los misioneros salesianos ofrecen una comida extra a tres grupos de 75 reclusos, los más débiles y enfermos.

Los misioneros salesianos en el mundo trabajan con jóvenes que están privados de libertad, recluidos en míseras cárceles, por haber cometido delitos leves y con condenas desproporcionadas. El ejemplo claro es la cárcel de Pademba en Freetown (Sierra Leona).

El infierno de Pademba

La prisión de Pademba, en la capital de Sierra Leona, es sólo un ejemplo del horror que unos muros pueden contener para menores que, en la mayoría de los casos, son inocentes. Construida hace casi un siglo para apenas 300 reclusos, en la actualidad alberga a más de 2.000 que viven hacinados, sin espacio ni tan siquiera para dormir tumbados, y reciben una sola comida al día y siempre la misma. Muchos, por una pelea o por robar un teléfono, llevan años encerrados y han perdido la esperanza de salir de allí porque su expediente se ha perdido. Desde 2013 los misioneros salesianos son los únicos con permiso para visitar a diario esta cárcel, a la que han llevado incluso la canalización del agua. Allí atienden a tres grupos de 75 reclusos, “los más débiles y enfermos”, a los que les dan una comida suplementaria, asistencia médica, jurídica y espiritual,

Las celdas más grandes de la cárcel de Pademba, para cinco reclusos, acogen a casi 30 actualmente.

además de tener actividades educativas y de ocio con ellos.

En estos 8 años, más de 250 reclusos menores de 25 años, y la mayoría menores de edad, han salido de prisión gracias al trabajo del equipo legal de Don Bosco. Asimismo, casi 400 reclusos se han convertido al catolicismo y todos reconocen que “estoy vivo en prisión gracias a Don Bosco. Él me ha ayudado y me ha cambiado la vida. Si no me hubieran atendido ya estaría muerto”.

El año pasado, el miedo a los contagios por el coronavirus desató un motín en el que hubo decenas de muertos y en el que numerosos edificios acabaron incendiados. Los misioneros salesianos tuvieron que empezar de cero y durante meses dieron de comer a todos los presos, castigados sin salir de sus celdas.

Campaña ‘Inocencia entre rejas’

La respuesta salesiana a esta situación de injusticia y de vulneración de derechos de los menores es el contenido de la nueva campaña de Misiones Salesianas, que incluye el documental ‘Libertad’, que se estrenará el 16 de septiembre a las 19:30 horas en su canal de YouTube. ‘Libertad’ refleja el trabajo de los misioneros salesianos en la cárcel de Freetown, en la que hacinamiento, insalubridad y convivencia de menores con adultos convierte a estos últimos en víctimas de abusos. Misiones Salesianas

Durante las siguientes semanas, el documental se presentará en Pamplona (20 de septiembre), Santander (21), Oviedo (22), Salamanca (23), Ourense (24), Huesca (27), Puertollano (28), Villena (29), Málaga (30), Pozoblanco (1 de octubre), Burgos (4), Barcelona (14) y Zaragoza (18 de octubre). Alberto López

Dios no tiene prisas

Don Antonio Rodríguez Tallón es un salesiano que ha trabajado muchos años en África y ofrece esta bellísima reflexión que nos ayuda a comprender el valor que tiene el tiempo. De modo particular, el tiempo que dedicamos a nuestra relación con Dios:

“Qué lección nos dan los africanos en el uso del tiempo; para lo importante no hay prisas; y Dios es una de estas realidades importantes.

No es que las familias africanas no tengan cosas que hacer, pero dan importancia a las personas, a su comunidad, a su iglesia, a su expresión religiosa. Es tratar al otro, o al Otro, con respeto y consideración.

Con mi deseo de querer hacer muchas cosas en poco tiempo, fui a visitar al arzobispo de Lomé y, apenas saludado, me adelanté a decir: “Yo venía con este asunto”. Me paró en seco y me dijo: “No corra. ¿Cómo hizo el viaje? ¿Cómo está la familia? ¿Cómo encontró a los hermanos?”. Este parón me enseñó cómo es la cultura africana y la falta de consideración para la persona que mis prisas había originado. Pedí disculpas y comenzamos a hablar con serenidad; sólo después vino el ‘asunto’ que me había llevado hasta él.

Para Dios y para las personas no hay prisas. Me admiraba el gusto con el que la gente acompañaba la homilía, no siempre breve, de uno de sus sacerdotes o del obispo que pasaba el precioso ‘tiempo’ dedicándolo con agrado a Dios y a su comunidad”.

Nosotros tenemos prisa hasta para hacer la señal de la cruz.

Eusebio Muñoz Ruiz, sdb