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Jóvenes vidas vocacionadas

ANA MARTÍN-GARCÍA:

“En Valdocco he aprendido a entregarme sin esperar nada a cambio”

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Natural de Madrid, Ana tiene 27 años y desde siempre ha estado vinculada a la Casa salesiana de Estrecho. A principios de este año se incorporó como voluntaria al proyecto de Comunidad Juvenil Internacional de Valdocco, en Turín.

Aunque la experiencia se vio condicionada por la pandemia, esta joven historiadora del arte valora muy positivamente lo que ha vivido en la Casa Madre de los Salesianos: “El proyecto se basa en tres pilares: favorecer una intensa experiencia espiritual entre los participantes, ofrecernos una formación sólida en salesianidad (a través de la historia y los lugares de Don Bosco) y, sobre todo, comprometernos en una actitud permanente de servicio”.

Recordando la experiencia vivida, Ana afirma sin dudar que “durante estos meses tan particulares en Valdocco he tenido la oportunidad de tener, sobre todo, tiempo: para mí, para los demás y para Dios”.

“La Comunidad salesiana me acogió desde el primer momento –recuerda Ana–. Junto a ellos me he sentido muy querida, muy amada. He encontrado una casa (en mi caso, la Casa Madre), pero por encima de todo he descubierto una familia. He aprendido a vivir en comunidad, a salir del confort de la realidad salesiana de mi Casa de origen y a entregarme sin esperar nada a cambio”.

Cuando le pido a Ana que destaque un rasgo de la experiencia vivida, ella no duda en quedarse con la dimensión espiritual de la propuesta: “He tenido la oportunidad de crecer espiritualmente, cuidando la oración comunitaria y avanzando en la personal, valorando la Eucaristía y acercándome acompañada a

Ana, en primera fila, con el Rector Mayor y la comunidad de jóvenes de Valdocco durante el CG28.

hacer una relectura más profunda no sólo de Don Bosco, su obra y la historia de los lugares salesianos; sino también, y por encima de todo, de acercarme al Evangelio y a Jesús, releyendo mi propia vida y la vocación que Dios me ha regalado”.

Uno de los puntos fuertes de esta experiencia es el enclave en que se lleva adelante, el lugar donde nació el carisma salesiano: Valdocco. Así lo ha sentido Ana: “He vivido como una más en la casa de Don Bosco, acompañada en todo momento por salesianos coadjutores y sacerdotes. Ha sido una experiencia muy rica dentro de una situación muy compleja, pero mentiría si dijese que no me ha cambiado. He descubierto lo importante que es ‘salir’, confrontarse; cuánto te enriquece y te hace crecer”.

Gracias, Ana, por compartir con nosotros esta experiencia que, sin duda, ha marcado un antes y un después en tu vida cristiana y salesiana.

Xabier Camino Sáez, sdb Delegado de Pastoral Juvenil SSM