Yo Tenía Un Juego #10 - Videojuegos Retro

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LOS PRIMEROS TIEMPOS

En 1984 las tiendas no confiaban en la venta de juegos: el principal motivo iba ligado a los problemas económicos de Atari y al desplome que habían sufrido sus videoconsolas en un mercado saturado de cartuchos mediocres; así pues, entre 1983 y principios de 1984 la mayoría de juegos sólo podían adquirirse por correo directamente al distribuidor. Gracias a su experiencia previa en la venta de VHS, Martin Alper y Frank Herman tenían bastantes contactos con pequeñas tiendas, videoclubs y otros comercios minoristas. Con la intención de apaciguar sus temores les ofrecieron un trato exento de riesgos: les dejaban gratis un expositor con 100 juegos de Mastertronic, de forma que sólo tendrían que pagarles por cada juego que vendieran. Todo lo que tenían que poner de su parte era el suelo para el expositor o una estantería ¡y esperar a que llegase el dinero! Mastertronic puso así todo su empeño en lograr que los juegos llamasen la atención y tuviesen un aspecto profesional en las estanterías. Por aquel entonces era habitual ver a la venta juegos con portadas fotocopiadas en blanco y negro, pero en lugar de ofrecer un producto así, pagaron a artistas profesionales y utilizaron impresiones a color de máxima calidad. Sin internet y sin pantallazos con la leyenda “las capturas pueden variar en las diferentes versiones” sólo podías decidir si comprabas o no un juego en función de su portada. Uno de esos artistas fue Mark J. Brady, quien hizo la mayor parte de ilustraciones de batallas espaciales que encendieron la imaginación de muchos chavales. Mark trabajaba en una tienda de fotografía cuando sus capacidades artísticas atrajeron la atención de Mastertronic. En un estilo totalmente opuesto al de Mark tenemos a John Smyth, con un estilo más cercano al cartoon ¡sus dibujos siempre me hacían reír! Sorprende que John recuerde que tan solo le pagaron ₤200 y ningún royaltie por sus fantásticas creaciones.

Otro aspecto por el que las portadas de Mastertronic también fueron pioneras fue su diseño de cajas con diferentes colores para que el cliente supiera con un golpe de vista para qué sistema era cada juego (los de Vic-20 eran azules, los de Spectrum amarillos, el rojo para C64 y naranja en el caso del Amstrad) Este detalle fue rápidamente copiado por todas los demás distribuidoras. En un mercado en el que los juegos costaban alrededor de ₤6.00, Mastertronic estableció las ₤2.00 como estándar, lo que auguraba un gran éxito. En este primer momento solamente disponían de unas cuantas aventuras conversacionales, pues se habían quedado con los derechos de los juegos de Carnell Software aprovechando la bancarrota de dicha compañía. ¡Ahora necesitaban más juegos! Aunque los miembros originales de Mastertronic no sabían demasiado sobre videojuegos tenían una idea clara de cómo venderlos; además, estaban convencidos de que los beneficios serían mayores colocando muchas unidades a un precio más bajo que el caso contrario, por lo que rápidamente se pusieron a buscar desarrolladores que estuvieran interesados en su distribuidora.

Fijaron su atención sobre una nueva compañía desarrolladora llamada Mr. Chip Software, fundada por Doug Braisby (como dato os diré que los mejores programadores de Mr. Chip acabarían constituyendo Magnetic Fields, la empresa que hizo aquellos fantásticos juegos de Lotus y Super Cars). Gracias a la distribución de Mastertronic, los juegos de Mr. Chip vendieron 395.000 unidades durante los primeros 15 meses. Pero incluso estas ventas eran eclipsadas por las de otra casa de software, Galactic Software, propiedad de dos intrépidos adolescentes: David y Richard Darling; representados por su tenaz padre lograron negociar unos altos royalties con Mastertronic. Estos chicos hicieron buen uso de sus ganancias desligándose de la empresa para fundar su propia distribuidora de juegos en 1986: CodeMasters. Es cierto que la calidad de la mayoría de estos primeros juegos era cuestionable, pero eso no parecía importar a los chicos que los compraban, ¡y sus padres estaban encantados con los precios así como de la variedad de establecimientos donde estaban disponibles! Así fue como Mastertronic creció rápidamente, vendiendo 2,1 millones de juegos en los primeros 15 meses, de los cuales el 55% eran juegos de Mr. Chip y de los hermanos Darling.

► El diseño de las cajas debía tener un color específico, así el cliente sabría con un vistazo para qué plataforma era cada juego

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