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9.4.1. Bombas

Las bombas de hormigonado se diseñaron para facilitar los trabajos de elevación y transporte y para que el vertido del hormigón fuese continuo y rápido. En la función del jefe o jefa de obra a la hora de limitar costes de la misma, la bomba suele ser una buena opción cuando el transporte y el traslado del hormigón es costoso. Aunque su coste pueda parecer elevado, hay que valorar el conjunto de la operación, puesto que en la mayoría de casos cuando el vertido sea complicado, la bomba hará que se ahorre dinero del presupuesto.

El montaje de las bombas es relativamente sencillo, ya que está muy automatizado. Sin embargo, hay que prever su ubicación, donde se pueda tener un buen acceso y no impida el paso de otras máquinas u operarios.

Los trabajos previos son los mismos que en cualquier operación de obra: hay que conocer las necesidades, alturas, ubicación de la obra, espacio para el estacionamiento, etc.

Las características de las bombas son muy similares en todos los tipos de bombas. Están dotadas de una bomba por donde se vierte el hormigón, una válvula de admisión y otra de salida que dosifican la cantidad de hormigón que saldrá por la manguera y un émbolo hidráulico que empuja el hormigón por la manguera.

En obra se pueden observar básicamente dos tipos de bombas: las estacionarias o portátiles y las bombas sobre camión.

El primer caso, las bombas estacionarias o portátiles, están equipadas con un motor de combustión o eléctrico que mueve el émbolo para la distribución del hormigón. Son bombas para una producción media, unos 45 m3/h.