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aglomerantes

PALETAS Y PALETINES

Seguramente sea la herramienta más significativa del mundo de la construcción. Está compuesta por tres partes: el mango, de madera o plástico resistente; el vástago de diferente altura y la hoja, habitualmente de forma triangular, pero también rectangular. Sirve para mezclar pequeñas cantidades de materiales, pastas y morteros; para poner en obra estos materiales. Se utilizan para enlucir, tabicar, los operarios más experimentados parten ladrillos y tejas con ellas, etc.

Existen varias tipologías de paletas y paletines que se pueden identificar en obra:

1. Paleta catalana: es la más empleada en obra. Sirve para la ejecución de todo tipo de fábricas y para el rebozado de las mismas. También se utiliza para la preparación de pequeñas mezclas de yeso, por ejemplo. 2. Paletas de albañil: es una paleta más baja que la catalana, aunque de dimensiones similares en cuanto a su hoja. Sirve para acabados vistos como los enlucidos o para trabajos de yesería. La hoja es más fina y afilada que la paleta catalana. 3. Palustre: tiene una utilidad similar a la paleta catalana. Es rectangular y sirve para la ejecución de fábricas. 4. Paletín: es una paleta pequeña que sirve para acabados y rejuntados de morteros.

ESPÁTULAS Y RASQUETAS

Es la misma configuración de herramienta, manual, y se diferencian entre ellas por el tamaño de la hoja. Sirven para amasar algunos conglomerantes y para aplicarlos en pequeñas dosis, pero como su nombre indica, también se

utiliza para quitar pequeñas cantidades de materiales o acabados: rascarlos. La espátula tiene la hoja más estrecha y la rasqueta más ancha.

LLANA, TALOCHA Y FRATÁS

Es una herramienta propia de la albañilería y en casos puntuales del pintor. Sirve y complementa a las paletas como herramienta para colocar, aplicar y dar el acabado a morteros, yesos, cales, etc. También sirven para distribuir pastas para la colocación de pavimentos o alicatados. Según el material y la forma de la hoja tienen una función. Se pueden distinguir las siguientes:

1. Llana: tiene la hoja de acero templado y es utilizada por albañiles (colocación de morteros), yesaires o escayolistas (colocación de yesos, etc.) o pintores (colocación de masillas y monocapas). Cualquier tarea de los oficios mencionados puede atribuirse también al albañil. Esta herramienta dará un acabado liso e igualado a la superficie donde se aplique la masa. 2. Talocha: al tener la hoja de plástico (antiguamente podían ser de madera) da un acabado más basto a la masa. Se utiliza para maestrear hormigones y morteros o para capas previas a los enlucidos. 3. Llana dentada: tiene una composición de hoja parecida a la llana, pero con dos de sus aristas dentadas. Con ella se distribuyen las colas para alicatar o pavimentar con cerámica. 4. Fratás: con la hoja de plástico o madera, sirve para dar a las pastas un acabado áspero. En lugar de esta llana, en obra se suele utilizar una esponja. 5. Llana de rejuntar: con una hoja esponjosa, pero de plástico, sirve para llenar las juntas después de realizar el alicatado o pavimentado de una superficie.