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1.6. Breve reseña histórica de los equipos de la construcción

1 .6 . Breve reseña histórica de los equipos de la construcción

Existen dos épocas claramente diferenciadas en la evolución de la historia de la construcción: el antes y el después de la primera Revolución Industrial (s. XVIII). Sin embargo, antes de eso, la humanidad aprendió a utilizar herramientas que facilitasen sus trabajos. Esta cuestión evidente es reseñable no por el mero hecho de ser cierta, sino por la evolución que esto conllevó. Desde que se utilizaban piedras como herramienta, hasta la invención de la rueda, el uso del fuego, las primeras forjas, las primeras cimbras, etc., pasaron decenas de miles de años. Por lo tanto, la primera cuestión reseñable en esta evolución es la temporalidad.

El concepto temporalidad es importante, puesto que ciertamente hubo un antes y un después de la primera Revolución Industrial, pero no fue un hecho homogéneo, escalable y uniforme. El siglo XVIII viene marcado por un éxodo rural desde las zonas rurales a las ciudades. El trabajo especializado en talleres, con herramientas más avanzadas que las de las zonas rurales (por ejemplo, los telares) hizo que, dada una revolución agrícola previa que había hecho que no se necesitase tanta mano de obra en el campo, los campesinos pobres emigrasen a las ciudades.

Figura 1.1. Muro de piedra en seco en Atzeneta del Maestrat

En esa época las obras de construcción tenían un recurso que se utilizaba por encima de los demás: la mano de obra. Los salarios bajos (en algunos casos la esclavitud) marcaban la diferencia entre grandes obras y pequeñas construcciones. Las herramientas, manuales en cualquier caso, eran las mismas en todas las obras. En el caso de los medios auxiliares o los bienes de equipo, podían diferenciarse el uso de prototipos de grúas, siempre utilizando poleas. El transporte era mediante caballerías o bueyes, carros y alforjas. Los materiales eran los que había alrededor de las obras, menos en el caso de grandes construcciones que podían importarse, pero desde lugares próximos.

La Revolución Industrial marcó un antes y un después por el uso de máquinas autopropulsadas. Sin embargo, este hecho no se aplicó directamente a la construcción en primera instancia. Como la mayoría de los casos, los cambios fueron para la alimentación (uso agrario de máquinas) y para la guerra (mejora de equipos). Los primeros usos de maquinaria para la construcción fueron para el movimiento de tierras. A partir de ahí, la evolución fue surgiendo en todo tipo de máquinas hasta la especialización actual.

Aun con estos avances, la construcción en las zonas rurales siguió estancada hasta los años ochenta del siglo XX. Actualmente existen personas dedicadas a la construcción que recuerdan perfectamente cómo se construían los andamios con montantes de madera, se realizaban los morteros a mano, se construían hornos para cal o yeso y se trabajaba sin maquinaria eléctrica de ningún tipo.

Figura 1.2. Foto histórica de una obra en Vilafranca