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1.4.2. La expresión creativa por medio de la cerámica

momento. Pero el medio es distinto y necesita estrategias y soluciones también distintas. Para empezar, las primeras manipulaciones espontáneas son acciones en las que se explora el material, jugando con los efectos que producen huellas de dedos, apretones, pellizcos, etc. Al principio la materia incita a la acción sin intención de representación, lo táctil adquiere protagonismo. La percepción de sensaciones nuevas, directas, menos mediatizadas por herramientas, permite conocer de primera mano las características de la materia.

En un adulto que no haya experimentado esas sensaciones se produce la misma reacción que en los niños. Pero al principio se acercan a la arcilla con más precaución. Después de la primera exploración visual hay que animarlos a tocar el barro, y a partir de la inmersión en la materia el juego y la experimentación se hacen presentes. La manipulación, tanto en niños como en adultos, permite comprobar las propiedades del material. La percepción de la maleabilidad, humedad, textura, olor o resistencia de la pasta se convierte en una realidad atractiva para iniciar acciones más complejas.

1.4.2. La expresión creativa por medio de la cerámica

Para proponer modos de actuación en el aprendizaje de la cerámica es necesario tener en cuenta aquellos aspectos que puedan condicionar un aprendizaje significativo. Hay que tener objetivos claros y flexibles que se puedan adaptar a las necesidades individuales del momento educativo. Pero también hay que conocer el antes y el después del alumnado que tenemos presente. ¿Cuáles han sido sus experiencias artísticas y sus carencias? Cuando Aguirre (2003) considera «que el objetivo prioritario y exclusivo de la educación artística no debe ser solo lograr el desarrollo de la expresión y la imaginación creadora de los niños y niñas» realiza una apreciación importante que se puede aplicar en todas las etapas educativas. O cuando afirma «que los niños y niñas, incluso en la etapa educativa de infantil tienen una sensibilidad estética bastante más desarrollada y capaz de lo que creen quienes se empeñan en ilustrar los productos a ellos dirigidos con formas supuestamente “infantilizadas” y colores primarios». Destaca una de las carencias más evidentes que se pueden detectar en la escuela y que afecta tan profundamente en el aprendizaje artístico que estos conceptos artísticos infantilizados permanecen a lo largo de la vida.

A estas consideraciones se podrían añadir muchas más, pero destacamos una especialmente importante para entender el mundo cerámico: el desarrollo de la percepción táctil. Tanto en la infancia como en la juventud las carencias manipulativas de la infancia se prolongan a la edad adulta. Las experiencias sensoriales y estéticas limitadas y simplificadas conducen a tal empobrecimiento expresivo que es muy difícil actuar de un modo diferente, cuando de adultos se les hace conscientes de cómo se ha desarrollado su educación artística. Faltan herramientas estéticas, percepción de matices sensibles para relacionarse con la materia y para enfrentarse a otras situaciones en otros contextos. Falta, en definitiva, una experiencia estética interiorizada que dé significado a las acciones de cada individuo.

A partir de estas reflexiones vamos a tratar de elaborar una guía, a modo de quitamiedos, para poder dotar al profesorado de infantil y de primaria de los