La Rabassada. La utopia de l'oci burgès

Page 131

L’ESPLENDOR

127

que la Rabassada funcionaba, en su novísimo aspecto, á todo trapo y sin dificultades ni tropiezos, y hasta disfrutaba ya de leyendas de suicidios y tragedias. Mas he aquí que la otra tarde, en el Congreso, un diputado, no se si por amor á la dulce y apacible Rabassada perdida, ó por desamor al triunfador Lerroux, tronó ligeramente contra aquellas cosas, y el mismo Gobierno que sin empacho ha venido consintiéndolas, las ha prohibido con fulminante decisión, y como á ello se respondiera por quien ahora todo lo puede que, ó se tiraba de la manta para todos, ó no se le dejaba á él fuera de ella, la orden ha sido general, y se ha prohibido el juego en toda España hasta que el Sr. Canalejas lo haya sometido á régimen y tributación especiales. Es la segunda ó la tercera vez que el actual Gobierno pone sobre el tapete consabido ese tema de la «Reglamentación» del juego, y sería lo mejor que tampoco ahora pasase el propósito de la categoría de un tema para conversar y de un recurso oratorio para aquietar á los protestantes de ocasión. Y no por razones jurídicas ó morales más ó menos complejas, sino por muy claras y sencillas razones del arte de gobernar á los pueblos. Estatuyendo una disciplina legal para la explotación del juego, no se remediaría ninguno de los males del juego como plaga social y, en cambio, se perderían las ventajas sociales indudables que se derivan de la tolerancia bien administrada por el arbitrio gobernativo, por el arbitrio de gobernantes exclusivamente inspirados en el bien público, que no es el bien absoluto predicado por la ética, sino aquel bien relativo que prácticamente se puede alcanzar en cada momento, y según las circunstancias de la sociedad, la cual se gobierna.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.