L’ESPLENDOR
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hay distintas fisonomías. Las unas son ricas, de un poder austero, conseguido por el esfuerzo del hombre; grandes metrópolis del comercio y de la industria. las otras radian de explendor, donde la Naturaleza lo ha hecho todo. Son las ciudades del reposo y de la alegría humana. En España un esfuerzo de dos años viene á termi· nar la creación, en las puertas de una de las ciudades más laboriosas del mundo, Barcelona, un centro mundial de distracciones mundanas: la Rabassada. (ibidem) De la mateixa manera ho va fer l’històric Diari de Barce· lona: Tiene Barcelona para el ciudadano, como para el turista, el atractivo especial de sus vecinas montañas. Por su estructura singularísima, por sus pinares inmensos, por su vegetación esplén· dida, ofrece, á la vez que panoramas nuevos á cada revuelta de carretera, savia de vida á los pulmones agostados por el aire enrarecido de la urbe. Y de esos panoramas, de esos lugares que lo son de salud y de esparcimiento, en pocos se suman tantas circunstancias agradables como en el conocido con el nombre la Rabassada. Lo que allí faltaba era algo de ese espíritu empren· dedor del Extranjero que hace del erial jardín ameno, y eso es, precisamente, lo que se ha lo· grado aunando, capitales de aquende y allende, en la Rabassada. Medios fáciles de locomoción, tranvías y autos, disposición excelente del local,