La ‘Tuna Moderna’ o la institucionalización de la Estudiantina (siglo XIX a 1937)

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Cierto es que en un principio son varias las voces que critican su costumbre de postular con insistencia entre los viandantes y pobladores de las balconadas que se cruzan a su paso13, mas luego dichas críticas se acallan cuando, con el correr de los años, las estudiantinas se envuelven de un carácter romántico y galante. Gozan entonces de una excelente fama a la que contribuye su participación activa en obras sociales de caridad, postulando en favor de los más necesitados14. Ese prestigio continuará15 acompañándolas cuando amplíen la gama de sus actuaciones con serenatas, conciertos y giras por el extranjero, la mayoría en el marco de un proceder benéfico, y les permitirá, en gran medida, romper la relación existente entre la salida de la estudiantina y las fiestas de antruejo. Las estudiantinas Universitarias en particular usaron las póstulas para reforzar el espíritu corporativo escolar (así, por ejemplo, para pagar las matrículas de los compañeros necesitados), o para coadyuvar en la mejora de la propia Universidad invirtiendo lo recaudado en la mejora de los equipamientos de su correspondiente centro suplirle de su propio peculio; y el resto acaba por consumirse en una fonda, que siempre recibe de buen talante a tan alegres y generosos huéspedes”. 13 Hubo postulantes en verdad audaces, como el que retrata el artículo titulado “Imprudencia” de El Clamor Público del 21-02-1855: “Antesdeayer pasaba la Reina por la calle Mayor, a la sazón que una de las estudiantinas que rondan estos días las calles, cruzaba por la Puerta del Sol; el postulante, creyendo hacer una gracia, se tiró al coche de la Reina, con sombrero en la mano, a pedirle una limosna; pero uno de los nacionales de caballería que escoltaban a S. M. que observó aquel movimiento del estudiante, se lanzó hacia él a galope resuelto y acaso hubiera ocurrido una desgracia si corriendo no se hubiera interpuesto la gente y apaciguado al guardia, refiriéndole la intención del joven”. 14 El ejemplo más antiguo que he conseguido localizar tuvo lugar en Murcia con motivo de un brote epidémico, probablemente de cólera, en el año 1834, siendo recogido por la edición madrileña del Eco del Comercio del sábado 28 de junio: “MURCIA. 24 de junio. Una reunión de jóvenes urbanos de esta capital, viendo que ciertas voces infundadas y esparcidas tal vez por fines particulares sobre un mal que no existe, causaban efectos tan alarmantes que muchas familias emigraban sin saber de qué, y otras por lo misino yacían consternadas; conociéndose que en tales casos la sola aprensión basta para atraer enfermedades que no vinieran; y en fin considerando que esto mismo pudiera en algún modo coartar los eficaces deseos de la junta superior de sanidad tan infatigablemente celosa por el alivio de los pocos pobres enfermos que hay en los depósitos, precaviendo empero la caída de otros igualmente menesterosos con oportunos socorros alimenticios; dispusieron estos beneméritos urbanos una música estudiantina que a la par de alegrar al público con graciosos cantares y agudas ocurrencias, estimulasen la caridad de los sanos a favor de los enfermos. En efecto con beneplácito de las autoridades, salieron ante ayer vestidos de estudiantes por todas las calles, y consiguieron ambos objetos, pues alegrando sobremanera al público recogieron 840 rs. vn. cuya cantidad han puesto a disposición del Excmo. Sr. D. Francisco Ferraz, comandante general de esta provincia y digno presidente de la junta superior de sanidad, seguros de que les dará la más piadosa inversión; y que con el mismo laudable objeto les permitirá repetir sus músicas variadas en todos los subsiguientes días festivos”. 15 Lógicamente también se produjo algún abuso. En el Diario Oficial de Avisos de Madrid del 31 de agosto de 1878 podemos leer lo siguiente: “El total de lo recaudado por la estudiantina gaditana, con destino a socorrer las familias de las víctimas del Cantábrico, asciende a 10971 reales, y lo gastado por la misma a 8300, quedando solo un sobrante de 2604 reales. El gobernador civil de Cádiz, en vista de los excesivos gastos hechos por la estudiantina distrayendo cantidades que estaban destinadas por sus donantes para el socorro de las desgraciadas familias de los náufragos del mar Cantábrico, ha remitido todos los antecedentes al juzgado, para que si considera cometido algún abuso, proceda á lo que haya lugar”. 8


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