Las mujeres que deciden romper con las ideas de la época y llegar a la universidad a cualquier costo lo hicieron por diferentes y conjugados hechos ligados entre sí como lo menciona García Lastra: “una mezcla de curiosidad intelectual, deseo de formación profesional, preparación para una profesión futura…y con un objetivo último, alejarse de una situación que a algunas comenzaba a asfixiar. No podemos olvidar que ya se ha iniciado una importante revolución también a nivel industrial y la mujer entra a ella con salarios y condiciones diferentes a las instauradas para los hombres. En Latinoamérica ocurre una situación similar y es sobre 1880 que también se permite el acceso a la universidad siendo protagonista también la carrera de medicina.
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