Para la decoración de las estaciones o bufés utilizamos distintos elementos como un escurridor antiguo, muchos paños de colores y recipientes de hierro esmaltado mezclados con plantas aromáticas y ramitos de flores para darle un carácter más bonito e integrado en la boda. Un detalle especial fue la atención a los niños, para quienes se creó un espacio con alfombra y cojines por si querían tumbarse, y una mesa con pelotas hinchables y pomperos para que pudieran jugar. Para los mayores preparamos dorsales con la fecha de la boda y el logo del ayuntamiento de Sant Agustí de Lluçanes y diseñamos el photobooth como si fuera una línea de meta (en alusión a los novios que corren maratones)… ¡Fue muy divertido!
Un desayuno muy especial Anécdotas del día de la boda hubieron muchas. Una bonita fue ver cómo las amigas de la infancia de Núria estuvieron ayudándola a vestirse, y todas tenían esa cara de emoción de cuando uno vive en su grupo de amigos la primera boda. Prepararon bailes para después de la cena y hasta cargaron con una máquina dispensadora de bolas de plástico con sorpresas (de las típicas para niños y a tamaño real). Aunque, sin duda, una de las más especiales fue al día siguiente cuando el hermano y la cuñada de Núria les prepararon una cesta con un desayuno horneado por ellos mismos, que incluía dos revistas: una deportiva, con fotos del último maratón de Núria y Carlos, y otra del corazón, con fotos y anécdotas de las despedidas de solteros. ¡Un regalo muy original!
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