Una pareja con brillo en los ojos Núria y Carlos son una de esas parejas que siguen teniendo, cuando se miran, ese brillo en los ojos de los primeros días. Él parece seguir sintiendo la misma felicidad de cuando Núria decidió irse con él hace ya 7 años. Ella le sonríe –con alegría contagiosa– sabiendo que tiene un hombre bueno al lado, que quiere a toda costa que ella sea feliz. Los conoces y ya notas que a los dos les importa más hacer feliz al otro que a sí mismos.
Algo que Núria tuvo claro desde el principio es que quería que su boda fuera alegre y divertida. Ella es una persona detallista que busca que todo el que está a su alrededor se sienta lo más a gusto posible, así que con estas pautas diseñamos una decoración muy colorida (que recordara a esas pequeñas tiendas francesas llenas de color y estampados naïf) y con toques festivos (con montones de farolillos por todas partes).
Para su boda Núria y Carlos buscaban un lugar al aire libre en el que poder compartir todo el fin de semana con su familia y amigos, y en el que su perrita pudiera correr y formar parte del enlace; así fue como se decidieron por la casa rural Mas Bardolet, con un hermoso y gran prado que permitía celebrar la ceremonia y banquete al aire libre.
La ceremonia se realizó al cobijo de un gran árbol precedido de sillas de madera blanca. Adornamos el pasillo con estacas de hierro a las que atamos farolillos y cintas de colores (como esas bicicletas a las que los niños atan cintas) y preparamos unas bolsas especiales de confeti multicolor que marcamos con un sello hecho para la ocasión.
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Una boda moderna, naïf y colorida