La semana antes de la boda hice yo misma el cinturón del vestido con la tela que sobró; así como la flor para el tocado que combinaba con los zapatos. Los zapatos los encontré pocos días antes de la boda, después de mucho buscar en Helsinki y en Barcelona. Fue difícil de encontrar unos zapatos bonitos, cómodos para andar por el campo y que además fueran de color rojo como quería.
separado y los complementó con un chaleco que encontró en una tienda de antigüedades de Helsinki, especializada en trajes de boda de época.
Una ceremonia hecha a medida
La noche antes de la boda, en casa de mi madre, busqué algún collar que me quedara bien con el vestido… y encontré un colgante precioso que perteneció a mi querida abuela. ¡Quedaba que ni pintado con el vestido y los demás complementos!
La ceremonia fue muy personal ya que el maestro de ceremonias nos dio la posibilidad de personalizarla. Fue una ceremonia hecha a medida, con toques de humor, palabras escritas por nosotros y textos que tenían un significado especial y que describían nuestra historia. Además la hicimos en una mezcla de catalán, inglés y un poco de finlandés. Los invitados tenían las traducciones en sus asientos para que no se perdieran detalle.
El novio lo tenía clarísimo: no quería llevar el típico traje de boda, así que compro los pantalones y la camisa por
La ceremonia fue civil y se hizo al aire libre, debajo de unos robles. El lugar era tan bonito al natural que no hizo
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