(para quien llorara) y unas chapas para que los invitados se identificaran si venían de parte del novio o de la novia. Y, para llevar las alianzas, bordé en punto de cruz un bastidor con nuestros nombres que dejamos dentro de una cajita de madera rellena de virutas de papel de seda. El día de la boda Guillem y yo entramos juntos a la ceremonia. Una cantante de fado (regalo de mi madre) amenizó el enlace. Aunque lo más especial, sin dudas, fue que nuestra perrita estuvo presente durante toda la ceremonia (después la dejamos en la habitación que teníamos en el castillo para nosotros). Toda la decoración la montamos el día anterior a la boda con la ayuda del padrino. ¡Un faenón! pues detalles no faltaron. Durante el invierno cosí corazones en tela de
patchwork rellenos de algodón, que acabaron decorando la mesa y el rincón del libro de firmas. El libro de firmas era un álbum de fotos que decoré con el método del scrapbooking; le escribí algunas frases dentro para dar idea a los invitados sobre qué poner. Además, Guillem dibujó un árbol de huellas que el día de la boda dejamos junto a tintas de colores para que los invitados pusieran su huella dactilar en las ramas a modo de hojas. Para el seating plan compramos unas pizarritas con forma de corazón que colgamos de los árboles en la zona del aperitivo. Llevaban un número y varias tarjetas con el nombre de cada comensal. También utilizamos la idea de las pizarras para escribir el menú de la boda y sustituir así las minutas. Usamos unas pizarritas cuadradas sobre un caballete y colocamos una en cada mesa. Tendencias de Bodas: Bodas Handmade
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