En caso de que el ataque de hongos aparezca, se pueden i n t e n t a r las medidas de c o n t r o l : • • • • •
exponer lo antes posible al sol, que impide el desarrollo de los hongos; eliminar y entresacar todas las plántulas débiles o infectadas; mojar apenas lo imprescindible para que las plántulas no se sequen; espolvorear ceniza o carbón molido; tratar con fungicida (véase pág. 441).
De todas maneras, el ahogamiento es muy d i f í c i l de c o n t r o l a r , una vez aparecido. Es más peligroso en canteros que en bolsas individuales Una medida prudente, sobre todo en períodos cálidos y húmedos, es la aplicación p r e v e n t i v a de fungicidas de baja toxicidad (véase pág. 444).
Los h o n g o s q u e a t a c a n las h o j a s y t a l l o s Cuando las plantas están más desarrolladas pueden aparecer ataques de hongos en las hojas y talos.
Estos se conocen por diferentes síntomas;
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el tizón se conoce por la aparición de un polvo blancuzco arriba de las hojas y tallos, o por mantíhJtas amarillas seguidas por la aparición de un polvo gris o marrón en la parte inferior de las hojas. Estas se chamuscan y se secan;
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las royas producen pequeñas pústulas debajo de las hojas, de color rojo a amarillo, y manchas redondas rojizas en la parte superior. Pueden atacar los tallos;
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algunos hongos y también bacterias provocan una quemazón de las hojas y tallos, la cual empieza por una extremidad y se desplaza hacia abajo;
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otros hongos provocan manchas marrones o negras, bordeadas de amarillo, las cuales se extienden progresivamente a toda la hoja.
Estas enfermedades se evitan con las mismas medidas de p r e v e n c i ó n en contra del ahogamiento, y sobre todo : • evitando el exceso de sombra y de humedad; • evitando el exceso de nitrógeno (abono orgánico o químico). El c o n t r o l requiere de fungicidas sistémicos o de contacto (veáse pág 445)