Negritud, sororidad y memoria: poéticas y políticas de la diferencia en la narrativa de M. Condé [2]

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Negritud, sororidad y memoria: poéticas y políticas de la diferencia en la narrativa de Maryse Condé; Marta Asunción Alonso Moreno, UCM, 2017.

nous étions enfants. Mais c’est surtout son immensité souveraine qui m’impressionne. Un rien, un souffle de vent l’encolère. La nuit son rire, pareil à celui d’une femme folle, comme le dit le proverbe antillais, pénètre jusque sous les couvertures (2015: 364).

Estos sentimientos encontrados hacia el agua, en nuestra opinión, se realizan ejemplarmente en Desirada: el estrecho marítimo que separa la isla Désirade de las tierras de Guadalupe, según el pasaje y el punto de vista, resulta benéfico o maléfico. También la relación de las tres mujeres protagonistas -abuela, madre e hija- con mares, océanos, lluvias o ríos varía en ese sentido. La abuela, Nina, se niega al final de su vida a abandonar su frágil cabaña para refugiarse de los ciclones y tormentas tropicales. La madre, Reynalda, encuentra en su exilio metropolitano la salvación y jamás volverá a surcar las aguas de regreso a su tierra natal: fue allí donde, con quince años, embarazada, trató de suicidarse arrojándose, precisamente, a un río. Por último, Marie-Noëlle, nieta e hija respectivamente, será la única que establecerá dinámicas diferentes con el líquido elemento, origen de la vida, superando así los traumas de las generaciones anteriores de mujeres de su familia y afrontando la búsqueda identitaria con todas sus consecuencias: Mais Marie-Noëlle, qui avait suivi des cours de natation à l’école, partait à grandes brassées ver le large comme si elle voulait attraper l’horizon (...). Elle se sentait devenir un algue charroyée là par la faintaisie des courants ou un animal marin, araignée de mer, hippocampe (1996: 29).

También Ranélise, la madre adoptiva de Marie-Noëlle durante su infancia guadalupeña, mantiene una relación problemática con el mar: “elle savait que la main de la mer guérit tout” (1996: 29), pero de todos modos “entrait précautionnesement dans l’eau, faisait deux grands signes de la croix” (idem). En Hugo le Terrible, igualmente leemos, en primera persona, los sentimientos encontrados que sobre el mar alberga el joven Michel: “La mer me fait peur et m’attire à la fois (...). Elle procure à l’homme de la nourriture, mais elle est aussi capable de le tuer” (1991: 35). La volubilidad de los océanos, en resumidas

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