Negritud, sororidad y memoria: poéticas y políticas de la diferencia en la narrativa de M. Condé [2]

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Negritud, sororidad y memoria: poéticas y políticas de la diferencia en la narrativa de Maryse Condé; Marta Asunción Alonso Moreno, UCM, 2017.

dedica a Tituba en Ipswich: “Tu aimes trop l’amour!” (1986: 160). Ambos personajes coinciden en la prisión acusadas de adulterio (Hester) 95 y brujería (Tituba) en 1962. Para Hester, la carnalidad y el apetito sexual de su compañera de encierro son síntomas de debilidad e implican una intolerable predisposición a la docilidad. Tituba, es cierto, manifiesta un comportamiento amatorio activo y desinhibido hasta el final mismo de sus días. Embarazada de Christopher, sus verdugos la sorprenderán en los brazos de Iphigene, un joven esclavo revolucionario que podría, por edad, ser su hijo. En ningún momento la Tituba narradora recurre a los velos de la elipsis para referir sus noches con Iphigene, Christopher, Benjamin Cohen o John Indien. Muy por el contrario, estos encuentros dan lugar a pasajes extensos, de notable poeticidad, plagados de créolismes y alusiones directas a los genitales (“morne massif de son sexe”; 1992: 13), los fluidos corporales, etc.: Qu’avait-il donc, John Indien, pour que je sois malade de lui? (…) Je dois avouer qu’en me posant cette question, j’étais carrément hypocrite. Je savais bien où résidait son principal avantage et je n’osais regarder, en deçà de la cordelette de jute qui retenait son pantalon “konoko” de toile blanche, la butte monumentale de son sexe (1986: 36).

Nótese aquí la asimilación de la figura masculina, desde la óptica subjetiva de la sensibilidad femenina deseante, con las ideas de veneno y enfermedad imponderables. Con las ideas, también, de destrucción y catástrofe: “À quoi comparer la passion ? À un cyclone, David (1991: 21), Hugo ou Bélinda, qui fond sur une île et la ravage entièrement. Que peut-on contre un cyclone ? Rien. On espère simplemente le momento où sa fureur se calmera” (2003 : 203). La narrativa condeana, así, redunda en una retórica, una poética o un lenguaje de la pasión femenina violentamente entendida, “vinculada a una noción de sufrimiento fecundo que halaga o legitima oscuramente, en lo más secreto de la conciencia occidental, el gusto por la guerra” (ROUGEMONT, 1978: 247). La potente imagen del ciclón, en 95

Marie-Hélène, en Une saison à Rihata, precede a Hester en tanto que personaje femenino adúltero en la narrativa condeana (1981: 33).

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