Negritud, sororidad y memoria: poéticas y políticas de la diferencia en la narrativa de M. Condé [1]

Page 120

Negritud, sororidad y memoria: poéticas y políticas de la diferencia en la narrativa de Maryse Condé; Marta Asunción Alonso Moreno, UCM, 2017.

términos canónicos coloniales y blancos, aludiendo a los supuestos ojos azules de la enamorada. Esta rareza de los ojos azules, rasgo propio de los colonos europeos (y muchos de locales del archipiélago de Les Saintes -vide anexo fotográfico final-, por su mestizaje histórico con colones bretones) será, por cierto, motivo recurrente en otras historias de Condé, como en En attendant la montée des eaux (2010). Los ojos azules, aquí, serán interpretados como rasgo sobrenatural en las mujeres negras de la familia de Babakar Traoré, el protagonista: “Le nouveau-né n’avait pas hérité des yeux de la sorcière” (2010: 31). Además, el azul de la mirada reenvía poéticamente a los “méandres” de la “généalogie” (2010: 68) y al futuro, pasando, claro está, por el presente. Un presente en el que somos “des métis” (2008: 111) o “métèques” (2008: 133): hermanos, pues, en nuestras diferencias y por ellas. Volviendo al juego de los créolismes y sus traducciones francesas (o no, según los pasajes), no podemos dejar pasar el notable caso de La vie scélérate (1987), novela con la que el universo narrativo de Condé regresa al espacio guadalupeño natal. Es en este libro, a nuestro modo de ver y leer, donde las implicaciones políticas del bilingüismo literario voluntario en Condé comienzan a explicitarse y afirmarse con mayor rotundidad. Retomando los términos de André Jacques en su libro Caraïbales, études sur la littérature antillaise, constatamos en Condé un cierto y frecuente discurso créole “rapporté ou transcrit en français patoisé”: lo que desemboca en una personalísima escritura, en suma, situada en los estratégicos espacios de “frottement des deux langues” (ANDRÉ, 1981: 16). Hacen en ella su aparición términos créoles que, hacia el inicio de la novela, el lector deduce que encontrará siempre religiosamente traducidos en las consabidas notas al pie. A saber: “moudongue”, “moundongue”, “mondingue” o “soubarou”35 (CONDÉ, 1987: 23; HEARN, 2004: 198). Nada más lejos de la realidad, sin embargo. Poco después, todavía en la primera parte de la novela, la autora empieza a sembrar indicios de duda y desconcierto al respecto: en una misma página, traduce el 35

Sendas notas al pie explican que estos vocablos, en créole de Guadalupe, designan a los esclavos taciturnos y salvajes, respectivamente. Vide Glosario. CONDÉ, M., La vie..., p. 23.

120


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.