ERRATA# 0, El lugar del arte en lo político

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a ser «imaginativo y creativo, cualidades sin las cuales sería imposible para él ejercer su papel como revolucionario» (1969). Frederico Morais aproximará las tácticas de los grupos de izquierda al arte, llamando «guerrilla artística» a las propuestas de Lygia Clark y Hélio Oiticica, justamente por crear situaciones y por la apropiación de materiales precarios como un nuevo concepto de existencia, contra toda la cristalización estática en la duración que se confunde con la finitud de la vida. «El artista, hoy, es una especie de guerrillero. El arte, una forma en emboscada» (2001, 171). La principal relación entre las proposiciones de artistas brasileros, como Clark y Oiticica, y el activismo es la «acción», la experiencia de la protesta colectiva en las calles. Ya en los años ochenta, el movimiento estudiantil vuelve a ocupar las calles de São Paulo, llegando al culmen en 1984 con un millón y medio de personas reivindicando elecciones presidenciales directas en un movimiento conocido como «Diretas Já». Acaece también la histórica huelga de los metalúrgicos en el abc Paulista (1980), junto con la movilización del teatro militante de los grupos Ferramenta (1975-1978) y Grupo de Teatro Forja (1979-1991), el primer festival punk de Brasil, El Comienzo del Fin del Mundo (1982) y el nacimiento del rap brasileño en 1986, siendo el centro el punto de encuentro de B-boys y de sus disputas de break. Cabe aquí hacer énfasis brevemente en el papel colectivo de las subculturas en São Paulo y su elaboración de alternativas concretas de producción y distribución. La segunda

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