ERRATA# 0, El lugar del arte en lo político

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durante el siglo XVIII, continúa con su contemporáneo Herder, quien agregó a estos principios el concepto «formas culturales específicas» para que luego Dilthey, en el siglo XIX, diferenciara las «ciencias de la cultura» de las «ciencias naturales», que diferían, además de su objeto de estudio, en su método de análisis, que en el caso de las primeras se centraba en una «comprensión simpática» o una «aprehensión intuitiva»5 bajo una perspectiva histórica. Vemos que hay coincidencias que no serán discutidas ni ampliadas aquí; simplemente se deja abierta la discusión. En otro lugar, la tradición del análisis observacional de origen anglófono desarrollado hasta entonces permitió afrontar los retos que los desarrollos de las telecomunicaciones, la prensa, la radio y el cine plantearon al estudio de las sociedades, expandiendo su habitual campo de estudio, hasta entonces conformado por las esferas religiosa y educativa. Williams reseña tres clases de estudios en este momento: * El de las instituciones sociales y económicas de la cultura presentes en la comunicación moderna, caracterizada por una marcada postura acrítica y comercial. * Los estudios de contenido cultural de los productos de la comunicación que plantearon novedosos métodos, sobre todo cuantitativos de análisis observacional, distintos de los conocidos hasta ese momento en los trabajos de historia del arte y la literatura. * Los estudios de los efectos de los productos culturales, que tuvieron a su vez dos vertientes: los estudios operacionales que abordaron los efectos de los indicadores de la política interna y de mercadeo, y la investigación crítica, que se interesó por los efectos de los contenidos de las emisiones de radio y televisión en la audiencia. Pero, contra todo pronóstico, esta colisión de posturas permitió al final concebir una plataforma que indistintamente involucra elementos idealistas y materialistas, insistiendo y evidenciando que «la(s) práctica(s) cultural(es)» y «la producción cultural» no son simples derivaciones del orden social sino que son constitutivos de ese orden social: «considera la cultura como el sistema significante a través del cual necesariamente un orden social se comunica, se reproduce, se experimenta y se investiga» (Williams 1984, 13). Esto logra integrar las perspectivas sociológicas y antropológicas antes escindidas, comprendiendo la cultural como «todo un modo de vida» y ampliando el rango de «actividades intelectuales y artísticas» que por lo general se contemplaban al hablar de cultura, llegando a incluir todas «las prácticas significantes»6. Es así como cada acción que apunte a la comprensión de la cultura como política puede llegar a transgredir el sentido común y violentar ciertos límites y acuerdos, dice Mitchell, explicando que esto sucede porque es una respuesta desde los límites y fronteras, desde los distintos mundos producidos por las vidas de las personas, quebrantando justamente por su especificidad, particularidad de sentido, alcance social y de «optimismo de la voluntad»

como ocurrió y ocurre con las Panteras Negras, el

5 El término exacto es Verstehen. 6 Moda, diseño, lenguaje, artes, periodismo, filosofía, publicidad, etc.

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