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PAÍS DEL ABSURDO!

Por: Dr. Jaime Guillen

Como profesional de la salud, es de suponer que preferiría hablar sobre algún tema de salud, desde luego me agradaría, pero viviendo los actuales momentos de inseguridad colectiva, se impone la necesidad estatal de encontrar sin protagonismo político cambios consistentes orientados a la protección de un grupo de ciudadanos, que por suerte son mayoría, se han constituido en una clase vulnerable, desprotegidos, desamparados de toda protección del estado, a quien de manera puntual contribuimos con impuestos el mantenimiento de un estado conducido por un grupo de individuos corruptos, irresponsables e injustos, dedicados a la ingrata labor de defender mediante sofismas de “derechos humanos”, a una banda de antisociales dedicados a sembrar pánico en una sociedad que lucha por conseguir honestamente un modo de subsistencia diaria.

Dicho esto, no es cuestión de limitarse a juzgar las múltiples incongruencias existentes en el ejercicio del poder; tal es el caso que resulta increíble que sujetos con antecedentes penales, portadores de armas, vinculados con el narcotráfico y criminales, pueden salir libres y deambular libremente; los antisociales cuentan con sobradas ventajas frente a los agentes del orden, portan armas de mayor calibre, se desplazan camuflados, los agentes del orden son indefensos en ciertos casos, no son agresores, son víctimas, ellos se desplazan en vehículos fácilmente detectables a cierta distancia, por donde circulan no hay nada anormal, portan armas pero no pueden usarlas, so pena de ir a la cárcel si por proteger a un ciudadano privan la vida de un delincuente; los padres de la Patria por razones poco claras no se preocupan de dar soluciones a los problemas existentes como es el presente caso de inseguridad ciudadana; el ciudadano común, el que trabaja, el que genera empleo, desconfía de la idoneidad de sus gobiernos, el poder centralizado se ha debilitado, no existen las suficientes garantías para un sano desarrollo.

El Estado no es más que una familia vista con lupa, donde el presidente figura como el padre, el parlamento como la madre y el pueblo, los hijos; en toda familia el padre y la madre contribuyen con su parte al bienestar de sus hijos, pero en el presente caso el padre desea impartir disciplina, orden, seguridad, responsabilidad, obligaciones, la madre en vez de regular dichas disposiciones, incita al desacato, creando desconcierto, inseguridad, indisciplina, desconfianza en sus hijos.

Basándonos en estos básicos principios espero podamos elegir mejor en estas próximas elecciones.

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