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Un nuevo reto

El Campeonato Mundial de la FIBA comienza en agosto. ¿Qué significa para el mundo del baloncesto?

EscribE rEnato rodríguEz arnaiz

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Hubo un largo periodo de dominancia, pero ya no se siente de la misma forma. En el mundo existen dos torneos que nos permiten descubrir cuál es el futuro del baloncesto a nivel mundial: los Juegos Olímpicos y el Campeonato Mundial de la FIBA. Ambos ocurren cada 4 años. Pese a que significan una hermosa oportunidad para poder observar a los jugadores talentosos chocar entre sí, aún existe una idea general en muchos fanáticos del deporte: las olimpiadas significan más.

Tras largos años de liderazgo por parte del equipo de USA, representado por ju- gadores como Kobe Bryant, LeBron James y, en el pasado, Michael Jordan, muchos dieron por entendido que solo los Juegos Olímpicos ameritan que los mejores representen a sus selecciones nacionales frente a los ojos del mundo entero. De hecho, esto no significa ninguna sorpresa. Desde que el baloncesto se convirtió en deporte olímpico en 1936, USA no perdió la medalla de oro hasta 1968.

Con el objetivo de facilitar el crecimiento del deporte de la pelota naranja en todo el mundo, la FIBA decidió imitar el sistema competitivo entre naciones al igual que la FIFA. No es hasta 1950 que se celebró el primer Mundial de baloncesto en Buenos Aires, Argentina. Aquel año, Argentina salió campeona del mundo y USA se tuvo que conformar con el segundo lugar. Un dato curioso es que Perú fue uno de los países que participó.

Se han celebrado 20 Campeonatos Mundiales de la FIBA y el Team USA ha ganado 5. Viéndolo de una forma comparativa, su rendimiento en esta competición es menos dominante que el que ofrece durante las fechas olímpicas. En el torneo de origen griego, los estadounidenses han ganado la medalla de oro 16 veces. ¿Por qué ocurre esto? Quizás sea por su interés nacional en continuar una tradición de dominio deportivo. Sin embargo, algunos han comenzado a ver la competencia realizada por la FIBA como el nuevo evento a seguir.

A finales del mes de abril de este año, leyendas del baloncesto como el argentino Luis Scola y el alemán Dirk Nowitzki asistieron al sorteo de grupos del próximo campeonato mundial de la FIBA. España, los actuales campeones, fueron acomodados para retar a una nueva aplastante plantilla del equipo estadounidense. Pero ya no es como en los años 80 o 90. Ahora todos cuentan con superestrellas y exponentes en sus equipos.

El talento es innegable. No podemos hacer como que Stephen Curry y LeBron James han dejado de existir. Son de lo mejor que hay y habrá en la historia de este bello deporte. Lo mismo ocurre con los jugadores extranjeros. Luka Doncic y Nikola Jokic, potencias europeas que representan a Eslovenia y Serbia respectivamente, formarán parte de uno de los equipos repletos de jugadores aguerridos y capaces de complementar el desempeño de ambas superestrellas. Grecia, la cual no es reconocida como un país donde se practique un gran baloncesto, llega impulsada por las capacidades físicas de Giannis Antetokounmpo. Equipos como Francia y Canadá cuentan con una plantilla llena de jugadores que han alcanzado el éxito en la NBA y que, suponemos, permitirán que sus países aspiren a los más alto.

Si bien es cierto que el Team USA no está presentando a sus mejores jugadores en este campeonato, sin duda alguna servirá como producto que nos permitirá conocer qué depara el futuro. Puede que sea el primer paso para que, próximamente, el crecimiento deportivo de equipos como el francés con Victor Wembanyama y el nacionalizado Joel Embiid fuercen a la potencia norteamericana a prender esa chispa competitiva que no vemos desde la última actuación del Redemption Team. //