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UNA JOYA DE PELÍCULA E

sta columna forma parte del universo cinematográfico, así que hoy te traigo una película que representa al cine en su máxima expresión. Por supuesto que estoy referenciando a «Babylon». Me gusta Damien Chazelle por cintas como «La La Land» y «Whiplash», pero lo que logra en esta oportunidad pertenece a otro plano astral. Claramente, «Babylon» es un tributo hermoso de la transición del cine mudo al sonoro donde se entrega magia pura. Margot Robbie ha sabido ganarse a sus fanáticos. Yo soy uno de ellos. Me cautivo en «El Lobo de Wall Street»; me enamoré de Harley Queen y sentí que la desperdiciaron un poco en «Había una vez en Hollywood». Siempre deslumbra y no sé si ella misma pueda superarse después de esta gran interpretación en «Babylon». La sátira no es mi favorita, ni he cambiado de opinión después de ver esta película. No concibo que se ridiculice tanto a una escena o un personaje para elevar una caracterización específica de algo que se quiere contar. Las escenas pueden ser tan intensas que se confunde el sentimiento de amor de lo que están viendo, por un revoltijo de sensaciones en el estómago que te provoca dejar la cancha a un lado. «Babylon», a pesar de que es una sátira, logra glorificar la transición del cine mudo al sonoro, y es un hermoso regalo para entender mejor el Hollywood de los 20s y 30s. Ello en una visión de Chazelle que, definitivamente, a quien la vea le quedará marcada (8/10). Para esta columna les tengo una opinión más.

Por Renato Vinatea (*)

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Les cuento que se estrenó «Llaman a la puerta». Esta es una película que sorprende por el guion. Plantean la teoría de que una familia —dos padres y una niña— deben decidir quién va a morir para salvar al mundo de un posible apocalipsis. Esto revelado por cuatro personas completamente random que tuvieron visiones y están ahí para contarles y prácticamente convencerlos de que realmente uno tiene que morir. Suena ridículo. Pero tal como lo pensaste, los protagonistas de la historia también creen que están siendo timados por cuatro locos que solo quieren hacerlos sufrir y ver arder en el infierno porque son una pareja gay. Obviamente, este argumento te cala durísimo en la cabeza y no dejas de pensar durante toda la película si es verdad o no que viene el fin del mundo; ya que durante el largometraje vas descubriendo que, efectivamente, es real. Me gustó la trama, sin embargo, en ningún momento del filme se explora el porqué de esta situación. Solo hablan de visiones y que deben de creer en su propósito pues, de lo contrario, todos morirán. Siento que pudieron haber desarrollado el trasfondo de lo que ocurre realmente. Al salir de la sala de cine, esto te deja con un sin sabor que decepciona (6/10). Si quieres estar al tanto de contenido cinematográfico, puedes seguirme en mis redes sociales. Me encontrarás como @renatovinatea. Gracias por leerme. Hasta la próxima.

(*) Cinéfilo @renato_vinatea