«Nada es más femenino que el encaje: sutil pero a la vez atrevido» de sus vestidos, que el encaje: «es sutil pero atrevido y a la vez frágil y delicado». Un tejido que se puede encontrar en prácticamente todos sus vestidos de novia, casi a modo de sello de la casa Mareque. Románticos encajes y bordados que se unen a muselinas, rasos y tules de seda para confeccionar los vestidos que marcarán un punto de inflexión en la vida de sus clientas, o sus niñas, 168 atelier love
como a ella le gusta llamarlas. «Se crea un vínculo muy especial entre las niñas que vienen con toda su ilusión a que les confeccione su vestido de novia y yo. Al pasar el tiempo, lógicamente, se suele ir perdiendo pero en algunos casos esa amistad perdura». Pero no todo son bordados y delicadezas en la vida profesional de Helena Mareque. «Soy una persona muy creativa, un torrente de ideas, y necesito innovar, hacer varias cosas, ir cambiando» confiesa. Por eso, ha ido dándole forma a un proyecto con el que viene trabajando: la demi couture. Hasta ahora, principalmente, como complemento a su trabajo como